Justin, asúmelo: Estás atrapado en Hufflepuff con toda su fauna y flora. Lo peor que te puede pasar es que te mueras de aburrimiento. Y lo mejor... siempre termina cuando uno menos se lo espera. Pero siempre habrá un amigo cerca para recoger tus ped...
El plan de estudio de Ernie es demoledor, sobre todo porque tengo la capacidad de concentración descabalada y poca gana. Pero hay algo en estar sentado en la mesa de la cocina frente a Ernie que me trae agradables recuerdos de Hogwarts, al tiempo que me hace saborear una exótica sensación de estar en mi propia casa, y me distrae de pensamientos lúgubres.
Eso sí, nadie me quita a mí de ver mi capítulo del día, ya sea la última reposición en la tele, o los que tengo grabados en cintas; y mucho menos Ernie, quien ansiaba conocer a esos personajes que durante un tiempo llenaban en exclusiva la pared de mi cama. Luego, soy yo el que tiene que despegarle a él de la pantalla.
"Es una pena que no den noticias del mundo mágico por televisión," suspira Ernie cuando la apago en un arrebato después de tres horas seguidas sin levantarnos siquiera para ir a mear. "Aunque tal y como está el servicio de información estos días, nos quedaríamos igual. Me parece increíble que no haya saltado la alarma."
Estoy de acuerdo. Y es cierto que más vale prevenir que curar; pero hasta cierto punto entiendo la decisión política de acallar cualquier rumor: ¿Quién querría despertar un pánico no confirmado? Eso no quita que me duela en el alma que la muerte de Cedric no se tome como más que un accidente. ¡Un accidente! Maldito Voldemort cabrón hijo de...
"¿Nos vamos a correr un rato por el parque? Sería una pena no salir con la tarde tan buena que hace," sugiere de improviso Ernie, sacándome de mi ensimismamiento y evitando que siga agasajando verbalmente al Señor Oscuro.
Me gusta hacer ejercicio con él: intentar seguir su ritmo y su aguante al correr (ay, mi flato), y luego echar competiciones de largos en la piscina (ay, mis pulmones). Y me gusta aún más cuando nos sentamos a cenar después de una buena ducha y hablamos con la radio puesta de fondo, muy bajita.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un día nos llega una carta de Susan que nos da mucho de que hablar: Harry Potter tendrá que someterse a una vista judicial el día 12.
Por lo visto utilizó magia ilegalmente delante de un muggle, su primo. La noticia nos deja muy extrañados, porque Harry no sería tan lerdo como para hacer magia accidentalmente o por fardar, sino que sólo la usaría como último recurso al verse acorralado. O si le hubieran sacado mucho de sus casillas, como tengo entendido que hizo en tercero, cuando infló a su tía.
Ernie no está preocupado, dice que cuenta con el apoyo de Dumbledore, que aunque Susan nos haya dicho que ya no está al frente del Wizengamot, el tribunal mágico, seguro que aún le queda la influencia suficiente para sacarle las castañas del fuego. Pero a mí sí me tiene en vilo. Después de lo que pasó en junio, ¿quién nos asegura que esto no ha sido cosa de Voldemort y sus secuaces, que lo atacaron? Si es cierto que ha regresado, claro.
Lo que nadie puede negar es que Harry escapó por muy poco de la trampa en la que cayeron los dos campeones, llegó herido y hecho polvo, y aún así tuvo el grandísimo detalle de traer de vuelta el cuerpo de Cedric. Con eso Harry ganó muchos puntos de nuevo para mí, y no creo que este incidente haya sido casualidad. ¡Maldito Ministerio y sus normas cerriles!