Las dudas de Cad y la primera vez de Summerby

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Tras aquella visita demoledora, hay un ambiente más alegre y dicharachero en nuestra casa. Al menos tres chicos más y hasta cuatro chicas han salido del armario. Entre los chicos hay un par de bardos, lo cual me entusiasma, porque no tenía ni idea. Zacharías comenta que debe de ser una estúpida moda contagiosa, a lo cual no tengo ni que responder, porque una chica de cuarto le cierra la boca con una maldición que nadie le cura hasta la cena.

Esa chica luego nos cuenta que su novia Ravenclaw en realidad nació chico, pero al entrar en Hogwarts eligió llevar uniforme femenino. Por lo visto la magia que nos impide entrar a los chicos a los dormitorios de las chicas no funciona con ella, porque de verdad se siente chica. Lo mismo le ocurre, al parecer, a otra chica Ravenclaw y a un chico Gryffindor, del cual desconoce cómo se las apaña en los dormitorios y en las duchas, pero él dice que tiene amigos que lo protegen.

El que va dando bandazos es Summerby, quien no deja de sorprendernos con esa especie de doble personalidad mimosa que despliega en presencia de Fleet. Porque habitualmente el mamón exuda masculinidad y seguridad en sí mismo, pero cuando está cerca su amado, el héroe del equipo se transforma por completo en una heroína romántica. Algunas admiradoras no se han recuperado del impacto que les causó presenciar la transformación en vivo y en directo. A cambio, lo siguen rodeando un buen número de chicas que aprecian su honestidad, y que a su lado se relajan y lo tratan como un igual.

Su historia con Fleet ya es comidilla popular y a las chicas las sumerge en una historia romántica de fantasía, en la que la "intensidad y la pureza" del amor que desprenden ambos les hace soñar a ellas con vivir alguna vez lo mismo. Yo, sinceramente, alucino con las películas mentales que pueden montarse las quinceañeras. Aunque tampoco olvido que a su edad yo fantaseaba con viajes familiares al Lago Ness junto a Cedric y nuestros hijos adoptados. ¡Cómo he cambiado! Ya no pienso en adoptar. A Ernie lo quiero para mí solo.

Ernie está cumpliendo su palabra y después de cenar ya no vuelve a la biblioteca, ni se lleva los libros para estudiar en la sala común. Está conmigo, con los amigos y con el equipo, tranquilo y relajado, siendo uno más. A veces le cuesta, porque es una persona que necesita estar haciendo siempre algo, no soporta estar pasivo-inactivo durante mucho rato. Pero por mí, lo aguanta. Cuando estamos con los demás, a menudo nos abrazamos o me acurruco contra él, pero los besos seguimos dejándolos para detrás de las cortinas, porque una vez empezamos la cosa escala rápidamente, y por mucho que me vaya el morbo, nunca me ha interesado el exhibicionismo.

Cad, por su parte, está raro. Lo noto muy nervioso: por un lado aguarda con anhelo el regreso de Katie Bell y, por otro, mira a Summerby como si de un día para otro se hubiera convertido en una criatura fascinante. De ser verdad que ambos se masturban juntos en la intimidad de su cama, es posible que Cad se esté encaminando a un callejón sin salida.

 De  ser verdad que ambos se masturban juntos en la intimidad de su cama, es  posible que Cad se esté encaminando a un callejón sin salida

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La víspera de las vacaciones de Pascua, Summerby se acerca a mí discretamente para solicitarme una reunión privada. Como sospecho de qué va la cosa, instintivamente lo llevo al rincón más alejado de los invernaderos, mi escondite sagrado, al que no había acudido desde aquel fatídico día.

¡Hufflepuff Existe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora