Extra: Love is only for the brave.

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Este capítulo no influye en la línea de tiempo actual en la que se encuentra la historia, puede ser leída antes o después del final, es tan solo un extra; una idea que quería redactar desde hace mucho y también pueden tomarlo como un capítulo para leer mientras escribo el resto. Se estima que haya sucedido entre los capítulos en los que Draco y Harry llegan a Francia.

Roma, Italia.

Junio.

Harry sintió el famoso cosquilleó en lo alto de su estómago, estaba evidentemente nervioso. Se observó una vez más al espejo, quizás para reafirmar que, lógicamente, se veía bien. Tenía algunos rulos enroscados y otros mechones más lacios. Su cabello, como siempre, era un desastre, pero uno de los que luce bien. Malditamente bien.

—Deberías dejar de mirarte al espejo si sabes que luces bien.

La voz ronca de Draco hizo presencia en la habitación de hotel. Harry se volteó a observalo, negando varias veces ante su comentario.

—Esa es la cuestión. No sé si luzco bien. No he tenido a nadie que lo note. —arrulló, con un tono de voz provocativo. Se volteó al espejo nuevamente. Colocó un poco más de glitter y brillantina roja en lo alto de su párpado.—....Quizás si salgo a algún bar esta noche alguien me lo recuerde.

Tan de pronto como terminó con la máscara de pestañas, Harry sintió la respiración de Draco detrás suyo. Aún no entendía como era que hacía para ser tan sigiloso. Echó un poco para adelante su cuerpo, haciendo que la parte trasera de su pantalón, junto a los bolsillos y botones, se restregaran con una lentitud tortuosa a la parte delantera de Draco.

—Harry... —advirtió Malfoy.

—Ups. —se excusó el castaño. Verse con maquillaje y un atuendo totalmente llamativo hacía que su ego creciera un poco, pero... ¿Debía culparse a sí mismo o a la serpiente narcisista con la que vivía?

Draco se acercó a la oreja de Harry, el susurro cerca de su cuello lo hizo erizarse. Draco sonaba tan débil y poderoso a la vez que casí le parecía irreal.

—¿No prefieres que sea yo quien te lo recuerde?

Harry sonrió. Se volteó nuevamente cuando tuvo por seguro que su maquillaje y su cabello estaban en el punto justo. Tomó a Draco por el cuello de su abrigo, con lentitud, observando cada átomo de su piel. Sintió la textura de los pliegues del gorro doblarse, y la piel de Malfoy, bajo la tela, parecía arder de deseo.

Draco, a diferencia suya, no parecía ir demasiado escandaloso. Tenía un par de converses con media altas a rayas, un pantalón de chándal gris que se ajustaba a sus piernas, y una polera de líneas moradas, azules y rosa que ponía "Marcho por un mundo donde el closet sea solo para la ropa"

Harry se sintió feliz al saber que el color de su abrigo representaba la bisexualidad, y que Draco, siendo un chico maduro y sin complejos, marchaba por ella. No solo por ella, se corrigió a sí mismo una vez que lo tuvo claro, Draco marchaba por todas aquellas personas que no podían hacerlo, Draco marchaba para que otros no tuvieran que salir del closet, para que no conocieran el rechazo de sus familias o el odio de sus Dioses, para que no muriera nadie más por el simple hecho de demostrar su amor.

Draco marchaba porque era un valiente, y porque el amor es sinónimo de valor.

            
                           [...]

Los labios de Malfoy se entreabrieron. No había sido testigo nunca de una marcha a favor de los derechos homosexuales, y ahora, frente a las carrozas, las banderas y los rostros felices de la gente, Draco se sentía hipnotizado. No pudo evitar sonreir cuando una bandera a franjas multicolores le rozó el rostro, tan cerca que los colores arco iris se reflejaron en sus ojos grises. La gente en la marcha bailaba al compás de la música, todos de una manera distinta, alborotada, feliz, estaban siendo ellos mismos y Draco lo sabía.

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