Capítulo 45

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Draco aún estaba estático, con la palabra "hermano" resonando en un molesto eco en su mente. —¿Cómo me has llamado?

Nicholas sonrió al escuchar el hilo de voz de Draco, había causado el impacto que quería en él.

—Hermano. —cada letra arrastrada hacía que Draco sintiera como una daga era clavada sin piedad dentro de su pecho. Entonces, aquellas similitudes obvias cobraron sentido. Sus cabellos rubios, sus tonalidades de piel, sus caracteres casí idénticos, y por supuesto, su llegada de la nada luego de estar años sin verse.—Así te he llamado.
—Harry juró que su piel se erizó ante el tono que su voz cobró, macabro.—Mi nombre es Nicholas Malfoy, hijo de Andrómeda Black y Lucius Malfoy, heredero de la fortuna Malfoy por encima de cualquier otro, incluso, por encima de tí.

—Mi padre...

—Tú padre es un cobarde que disfruta tener relaciones fuera del matrimonio, Draco. Aunque... tu madre parece no ser una santa tampoco. —analizó, aunque era lógico que se trataba de una actuación muy buena.—Narcissa Malfoy. Sí, totalmente una zorra.

Draco había escuchado suficiente, saltó sobre Nicholas como una bestia encolerizada y comenzó a golpear su rostro o cualquier zona más allá de su vista frontal.

—Vuelve a llamar zorra a mi madre y te juro que te abro el pecho y saco tu corazón fuera. —vociferó el Slytherin. Me gustaría decir que Nicholas golpeó de vuelta a Draco, pero estaría diciendo una terrible mentira. Sin embargo; este sonrió con los labios pintados de rojo por la sangre, mientras hacía uno que otro gesto de dolor que continuamente se ligaba con la burla. Se veía tan hermoso y maligno como solo un demonio sabe.

Con el torso de su mano se limpió los labios. —¿Qué pasa, hermano? ¿Te molesta compartir tu fortuna?

Nuevamente, Draco comenzó a golpearlo. Estaba repleto de ira. Cuando observaba a Nicholas, solo podía ver el rostro de su padre y el de su tía, en lo que parecía ser una retorcida mezcla de ambos, nauseabunda y enfermiza. Incluido el de su madre, porque si ella había decidido mantener en silencio toda aquella jugada sucia por el bien de la familia Malfoy y su reputación, también formaba parte de ellos. Y eso, no hacía nada más que darle asco. ¿Cómo habían podido mantenerle todo aquello oculto? Se lo repetía en su mente una y otra vez. Nicholas era el primogénito de Lucius, y él, el segundo al mando. No era precisamente el hecho de ser el segundo lo que le molestaba y enfurecía como una bestia, sino que le hubiesen estado viendo la cara de imbécil toda su vida y ahora, justo ahora que todo iba bien, se haya enterado nada más y nada menos que por Nicholas, con quien había tenido rivalidad desde que era un niño.

—¡Draco! —Harry le gritó a Draco para que se detuviera, y entre todo aquel caos, fue a la única persona a la que escuchó.—¡Draco, ignoralo! ¡Solo te está provocando!

Harry estaba más asombrado aún. Su instinto respecto a Nicholas no había fallado en lo absoulto. Lo sabía. Sabía que conocía aquel cabello rubio y gestos burlones de alguna parte. Sin embargo; la imagen que tenía de Lucius, la misma que él le había dado tiempo atrás, comenzaba a distorsionarse. Incluso la que tenía de Narcissa. No podía imaginar siquiera el dolor y confusión que estaba pasando por la mente de Draco aún cuando este se mantenía golpeando a Nicholas.

De un momento a otro, la voz de Harry volvió a escucharse, pero esta vez, horrorizada. —Oh, no. —sus ojos estaban cristalizados, al punto de derramar una lagrima.—Pansy... acaba de morir.

Draco salió de encima de Nicholas casí corriendo.—No, no, no. —se repitió a sí mismo, pero ya no había vuelta atrás. Tomó el rostro pálido u ojerozo de Pansy entre sus manos, intentando reanimar algo que ya no tenía vida. —Vamos, chica, vamos.

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