Capítulo 62: Final, part I

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Un grito desgarrador se escuchó. El cielo empezó a llorar de nuevo. Lluvia gris. Lagrimas grises. Ojos grises eran tan buena combinación con ojos verdes.

Draco corrió sobre el aire tan rápido como su escoba pudo, incluso más. El aire, en ráfagas, rompía contra su rostro, sus ojos estaban llorosos, rojos. Era la primera vez que Draco dejaba verse con los ojos repletos de lágrimas, y siendo sinceros, no le importaba. Sufriría mucho si dejaba morir a Harry y su equilibrio en la escoba comenzaba a recordarselo. Sabía que lo alcanzaría en el aire antes de que cayera al suelo. Lo sabía no, tenía que hacerlo.

Estuvo a segundos de agarrar la túnica de Harry y sujetarlo por esta antes de que llegara al suelo, pero estando en contra del aire, todas las opciones parecían tan irreales, así como una vida con el Gryffindor. Algo tan imposible.

Entonces, cuando estuvo a un paso de saber que no atraparía jamás a Harry antes de caer y que vería a este morir ante sus ojos, Draco tuvo una idea. Era una mala idea, una pésima idea, involucraba su muerte en todos los aspectos, pero al menos, sí salía bien, Harry viviría. Y aunque Draco no lo sabía, era lo mejor, porque Harry ahora no solo debía vivir por él. Habían dos vidas en una.

Aceleró el vuelo en su escoba, sintiendo el aire quemar su rostro por la velocidad. Lo único que pensaba era en Harry, en su nombre, en su manera de ser, lo tímido que era y lo salvaje que podía llegar a ser. El increíble ser humano que era, con todas sus virtudes y defectos que, a sus ojos, eran tan perfectas como él. Pero sobretodo, en el dolor que le había causado y que, probablemente, estaba causando. En como destruyó el mismo corazón que juró curar.

Oh cariño, estás en lo correcto, el amor duele.

El impacto del cuerpo de Draco al tocar el suelo fue épico, su cuerpo chocó contra algunas rocas y, milagrosamente, no se rompió uno o dos huesos, pero su cabello estaba sucio, empapado de tierra mojada. Tenía rayones, arañazos y heridas por todo el cuerpo que empezaban a sangrar según respiraba. Hizo un esfuerzo por vivir, sintiendo como sus costillas se contraían al intentar tomar un poco de aire.

Segundos más tarde y como sí no hubiese sido suficiente, Draco sintió el impacto de un cuerpo sobre el suyo. Sonrió mentalmente con las pocas fuerzas que tenía al recordar que era el de Harry. Draco amortigüó la caída de Harry. Draco había salvado la vida de Harry.

Se movió un poco, haciendo que Harry comenzara a abrir sus párpados. Draco maldijo al recordar que tendría más cicatrices en su cuerpo por culpa de Potter.

-Vamos, pequeño suicida. -murmuró, su voz parecía más ronca de lo normal. ¿Cómo hacía este hombre para seguir adelante a pesar de que casí moría?

Harry se removió nuevamente. Sus ojos se abrieron de par en par cuando vió a la persona bajo él. Recordaba el momento de la caída, como Draco había salvado su vida sin pensarlo una sola vez. De un momento a otro, al ver su rostro con cicatrices frescas, solo le provocó acunarlo y besarlo hasta que sanara, sin embargo; no fue eso lo que hizo. Se reprimió, adolorido, pues a pesar de que su cuerpo no dolía a la medida que el de Draco, seguía haciéndolo también.

Harry tenía un hilo de voz. El habla casí perdida.

-¿Qué has hecho, Draco? -murmuró, aunque él sabía lo que había hecho. Era su manera de reprochar su acto.

Malfoy se levantó, dejando a la vista su ropa rota y su túnica rasgada. Alguna de las piedras, afiladas y frías, tenían rastros de las caras ropas de Draco; y quizá un par de la túnica roja y amarilla de Harry.

Malfoy se giró, un poco ofendido por la pregunta de Potter.-¿Crees que te dejaría morir?

-Era lo mejor.

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