Él aclaró su garganta y me miró a los ojos con esos nervios que conozco de él. —Betty... ¿Te gustaría salir conmigo hoy en la noche si no estas ocupada?— Preguntó.
Mis ojos se abrieron como platos mientras lo miraba. —¿Acaso tu quieres salir conmigo?— Pregunté para asegurarme.
—Claro. Bueno... solo si quieres y puedes— Me aclaró, aún nervioso. —¿Aceptas?—
Yo lo miré de arriba a abajo, pensando si aceptar o no mientras tomaba a Milo y lo colocaba sobre mi regazo. —¿Sabes? Antes sin duda hubiese aceptado una invitación tuya. Pero... ¿Que motivos tengo para creer en ti?—
Jughead suspiró mientras se pasaba una mano sobre la cabeza. —Betty... de verdad me interesa arreglar las cosas contigo. Lo único que te pido es que me des una oportunidad. Solo una oportunidad para demostrarte que de verdad he cambiado y me arrepiento de lo tonto que fui. Por favor...— Suplicó.
Yo no le respondí y lo miré. Sus penetrantes ojos azules clavados a los míos, suplicando una respuesta. Suplicando perdón.
—¿Que dices?— Me preguntó en voz baja, poniendo su mano sobre la mía.
Tome aire y lo miré. —Está bien. Saldré contigo—Acepté.
Una gran sonrisa se formó en su rostro y me abrazó. —Te prometo que no te arrepentirás—
—Si, si... está bien— Contesté, separándome de ese fuerte abrazo. —¿Hoy en la noche? ¿A qué hora?—
—Espérame lista a las siete de la noche— Respondió, guiñándome un ojo.
—De acuerdo pero... ¿A donde iremos?— Le pregunté. No me iré con él sin saber a donde me piensa llevar.
—No lo se. Prefiero que sea... ¿Sorpresa?— Dijo, divertido. —Bueno... podríamos salir a comer algo y luego... no se. Lo que tú quieras—
Lo miré con una ceja alzada y el solo empezó a reír, confundiéndome.
—¿Por que te ríes?— Le pregunté. Nadie le está haciendo chistes.
—Es que... se que no confías en mi— Contestó. —Tu mirada lo dice todo pero yo haré lo posible para que eso cambie—
—Suerte con eso— Respondí, poniéndome de pie con Milo en mis brazos. —¿Quieres tu abrigo ahora o...?
—Oye, consérvalo— Me pidió, poniéndose de pie frente a mi. —Tengo mas como ese y tu lo necesitas. Está haciendo frío—
Yo asentí y volví a ponerle la correa a Milo y empecé a guardar también sus juguetes. —Entonces... ¿Nos vemos esta noche?—
—Nos vemos esta noche Betts— Me aseguró, volviendo a guiñarme un ojo.
Sonreí sin querer, perdón pero recuerden que ese chico aún me gusta. Así empecé a caminar hasta mi casa, con todo lo que había pasado hace rato en mi cabeza.
¿Por que de repente él tiene interés en mi? ¿Qué tipo de interés tiene?
Amoroso no puede ser, por mas que yo quiera creer que es así.
Llegue a casa y alimenté a Milo y luego ese pequeño sin vergüenza se quedó dormido. Lo vi dormir y quise morir de ternura.
Por él estoy manteniendo la cordura en esta solitaria casa.
Me senté en el sofá a pensar en todo esto. ¿Fue buena idea aceptar la salida de Jug? No quiero salir lastimada otra vez... no quisiera imaginar que él es capaz de fallarme.
Pero ya acepté. Tengo que ir... ¿No? Las mujeres Cooper somos mujeres de palabra. Pero antes levanté mi celular y llamé a mi mejor amigo del mundo mundial.
En la llamada...
—Hola Coleta— Me saludó Kevin.
—Kev... ¿Que tal? ¿Que harás esta noche?— Le pregunté.
—Pues... voy a ver películas con Fangs aquí en casa. ¿Por que?— Me preguntó el.
—¿Podrías cuidar a Milo hoy? Es que... tengo que salir y creo que él aún está pequeño para dejarlo solo— Le expliqué.
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Y cayó la noche. La hora se aproximaba y yo ya estaba casi lista. Me arreglaba el cabello frente al espejo de mi habitación, luciendo un vestido verde esmeralda sin tirantes y que me llegaba a las rodillas. Tengo varios así.
Estaba sola en casa porque ya había dejado a Milo con Kevin y Fangs. Cuando terminé, bajé las escaleras y en ese mismo momento escuché que un auto se detuvo frente a mi casa.
Lo más probable es que es Jughead, de seguro.
En eso escuché que tocaron la puerta de mi casa y tome aire, acercándome a la puerta principal. —¿Quien es?—
—Jughead Jones, señorita Cooper. Y usted tiene una cita pendiente conmigo— Respondió, divertido.
Solté una pequeña risa mientras abría la puerta, encontrándome con Jughead. Llevaba puesto un traje muy elegante, como si fuera a asistir a una boda.
—Wow...— Exclamé, mirándolo de arriba a abajo.
—Hoy me siento lindo, Betty— Aseguró él, con una sonrisa presumida y mirándome de arriba a abajo. —Tu también estas preciosa—
—Gracias— Le agradecí.
—Así que... vámonos— Me dijo, acariciando mi mano y soltándola de inmediato.
Sonreí por ese pequeño roce entre nuestras manos. Sentir su piel y la mía juntas era la mejor sensación.
Cerré la puerta principal de mi casa y seguí a Jughead hasta su auto. Él fue tan atento y caballeroso que fue él quien me abrió la puerta del auto para luego entrar.
Él empezó a conducir y había un silencio bastante extraño. Era como si hubiera tensión entre nosotros.
—¿Y Milo?— Me preguntó él, mirándome de reojo mientras conducía.
—Se lo llevé a Kevin para que lo cuidara. Aún está pequeño y no quise dejarlo solo— Le contesté mientras miraba por la ventana del auto. —¿A donde vamos? ¿No piensas decirme?— Le pregunté.
El soltó una pequeña risa, aún conduciendo. —Paciencia Betts. Primero comamos algo—
Yo asentí, mirándolo al fin hasta que él detuvo el auto frente al restaurante Italiano más grande y caro de la ciudad de Nueva York.
Mis ojos se abrieron como platos al ver ese restaurante lleno de luces y gente adinerada, aun cuando ya había bajado del auto gracias a que Jughead me abrió la puerta.
—¿Te gusta? Por tu cara yo diría que nunca habías venido aquí— Habló Jughead, poniendo una mano sobre mi hombro.
—Es que... es el nuevo restaurante. Uno de los más grandes de la ciudad— Respondí sin apartar mi mirada de ese iluminado edificio de cristal.
—Mereces solo cosas buenas Betty. Vamos— Me dijo, entrelazando su brazo con el mío.
El principio de una noche memorable👀Samy ❤️
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•Crush• 'Bughead'
FanfictionBetty Cooper se siente terriblemente atraída hacia Jughead Jones, pero el chico apenas le habla. ¿Esto podría cambiar?