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Jughead se acercó a mi y me miró con una deslumbrante sonrisa en su rostro.

Yo lo miré y le sonreí mientras acomodaba a Milo en mis brazos. —Hola Jug—

—Betty... hola— Me saludó y empezó a acariciar a Milo. —Hola amigo. ¿Como estas pequeño?—

Aclaré mi garganta y hablé. —Jughead... ¿Para que querías que nos viéramos aquí y ahora?—

—Se me ocurrió que seria buena idea que conversáramos mientras comíamos helado. ¿Quieres?— Me invitó.

—No sería bueno negarse a eso— Acepté. —Pero... ¿Conversar sobre que?—

—Sígueme Betty— Me dijo, rodeándome con su brazo.

Los dos empezamos a caminar uno al lado del otro, él rodeándome con su fuerte y sexy brazo.

Oh no... aquí vuelve la Betty del pasado. Totalmente obsesionada con su crush.

Llegamos a una heladería cerca del parque y nos detuvimos frente a esta.

—¿De que quieres el tuyo Betty?— Me preguntó Jughead. —Recuerdo que te gustaba el de fresa... ¿Cierto?—

—¿Como sabes eso?— Le pregunté. No recuerdo que él pusiera mucho interés en esos detalles.

—Soy Jughead mejorado— Presumió, guiñándome un ojo y entrando a la heladería.

Negué con la cabeza y soltando una pequeña risa cuando Jughead entró a la heladería y yo me quedé afuera, agarrando la correa de Milo. Solo pocos minutos después, Jughead regresó con nosotros con dos helados.

—El de chocolate es mío y el de fresa es para la señorita aquí presente— Dijo Jughead, pasándome mi helado.

—Muchas gracias Jug— Le agradecí,  tomando mi helado con una sonrisa.

—¿Me haría el honor de acompañarme al parque y sentarnos a disfrutar de este maravilloso helado señorita?— Me invitó.

Reí, mirándolo. —¿Quieres por favor dejar de hablar así?— Pregunté aún entre risas.

—Es que se supone que ahora soy un caballero— Presumió, riendo.

Le golpeé el hombro en broma y ambos caminamos con Milo hasta el parque mientras nos comíamos nuestros helados.

Yo lo miraba y no podía creer ese cambio tan radical en el. Antes parecía un niño asustado, aunque extremadamente sexy. Ahora sigue siendo extremadamente sexy pero ahora es un hombre seguro de sí mismo, gracioso y muy atento e inteligente.

Creo que eso me hace enamorarme aún más de él, pero se supone que no debo caer ahí otra vez. Solo seremos amigos y nada mas que eso.

Estoy olvidando ese beso, pero dudo que eso significara algo para el.

—Betty— Me llamó Jughead, mirándome, divertido. —Te me quedaste mirando como si estuvieras hipnotizada. ¿Que ocurre?—

Me di cuenta de que ambos estábamos sentados en una banca del parque y ya nos habíamos terminado el helado. Pero resulta que ahora no se disimular mi obsesión con el.

Ese rostro de telenovela, ese sedoso y abundante cabello negro, ojos azules y profundos como él mismo mar y una sonrisa que podría matar a cualquiera.

Okey Betty... estas volviendo a lo mismo y eso no es bueno. Vuelve a aterrizar.

—Es que... me quedé pensando en algo— Contesté, acomodando a Milo sobre mi regazo.

—Entiendo— Dijo el. —Pero... ¿Se puede saber en qué pensabas?— Preguntó.

Tome aire, mirándolo. —Estaba pensando en el cambio que has dado. Es que aún no lo creo. Te admiro tanto ahora... eres tan firme, seguro de ti mismo y menos tímido que antes—

•Crush• 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora