—Claro que si. Más que antes— Aseguró, acercándose más a mi mientras miraba mis labios.
Yo no sabía que era lo que él estaba pretendiendo hacer, pero también empecé a acercarme con miedo a que él volviera a hacerme lo mismo de la última vez.
Cada vez me acercaba más y más, y mi miedo a que él me rechazara otra vez se hacía mas grande. Pero pasó algo que yo desesperadamente deseaba que pasara.
Nuestros labios se juntaron y sentí como si de repente voláramos. Lo se... suena infantil pero juraría que no hay mejor sensación que sus labios y los míos juntos, mezclándose. Su aroma encantador y esa manera tan dulce y única de besar...
Podría jurar que está besándome con verdaderas ganas de hacerlo.
De repente la puerta de la habitación se abrió y nosotros nos separamos de golpe. Por favor... yo pensé que estaba cerrada.
—¿Por que se...? Oh... lo siento— Murmuró la hermana de Jughead, avergonzada, retirándose de la puerta de la habitación.
Jughead suspiró, pasándose una mano sobre el cabello y poniéndose de pie. —Puede que yo ya no viva aquí pero aún así merezco mi privacidad— Murmuró, algo enojado.
Me puse de pie y mis mejillas hasta se calentaron de vergüenza. —Lo siento...— Murmuré, sin mirarlo a la cara.
—Oye... vamos afuera— Contestó, tomándome de la mano y saliendo de su habitación.
No nos volvimos a dirigir la palabra hasta que volvimos al jardín trasero en donde estaban los Jones. Se estaban divirtiendo al ver a mi perro jugar con su Golden Retriver. La verdad es que era una escena muy tierna.
Jughead ni siquiera me miró, pero no soltó mi mano hasta que nos sentamos junto a sus padres y hermana. Era como si estuviera enojado, pero no se por que.
¿Será mi culpa? No... en realidad no me explico su comportamiento conmigo. Era como si ese beso que sentí tan real no hubiera significado nada para el.
—Ahí están— Dijo Fp, mirándonos a ambos con una ceja alzada.
—Déjalos Forsythe— Exigió la señora Jones, mirando a su esposo, divertida, y luego a mi. —Linda... cuéntanos. Eres Cooper... ¿Verdad?—
Yo asentí. —Así es. Mi padre es Hall Cooper pero falleció hace unos años—
—Siento lo de tu padre, Betty— Se lamentó el señor Jones.
—Hijos... ¿Por qué tan callados?— Les preguntó Gladys a Jughead y a JB, quienes permanecían en silencio.
Yo pensaba saber que les pasaba. Jellybean seguramente estaba sintiéndose culpable por lo de hace rato y en cuanto a Jughead... no se. A él no se que le pasa.
Me acerqué a Jellybean y le sonreí. —Oye... no estés así por lo de hace rato. No pasa nada. ¿Bien?— Le pregunté en un murmullo que solo las dos escuchamos.
Ella me miró y asintió con una sonrisa. —Lo siento. Es que... es la primera vez que mi hermano tiene novia y no quería arruinarlo—
—No arruinaste nada. Está bien— Aseguré, regalándole una sincera sonrisa. Ella es una chica que solo transmite vibras agradables.
—Oigan... no hablen las dos solas— Nos pidió Gladys, divertida. —Cuéntanos un poco más sobre ti, Betty—
Nos pasamos toda la tarde en eso. Conversamos, reímos, comimos y me encantó compartir un rato con los Jones. Son las personas más agradables que conocí. Incluso mi perro amó jugar con el perro de la familia.
Luego Jug y yo nos despedimos y él me llevó a casa a mi y a Milo. Lo que no me cuadra es por qué estuvo tan callado todo ese rato. ¿Algo lo enojó? ¿Algo le molestó?
Y ese beso... ¿Que hay de ese beso? Parece que a él no le importa.
Me bajé de su auto con Milo en mis brazos y él se dispuso a acompañarme hasta la puerta principal. Abrí la puerta principal y dejé a Milo en el piso. Él corrió hasta su cama. Parecía cansado.
Jughead solo se quedó ahí, mirándome, y yo lo quise confrontar.
—Hey...— Le hablé, acercándome a él. —¿Que tienes?—
El solo me miró, serio. —Nada— Respondió, frío y cortante.
Lo miré alzando una ceja. —No sabes mentirme. Ya dime que tienes. Todo iba increíble hasta que pasó lo que pasó—
—¿De que estas hablando?— Me preguntó.
—Increíble— Respondí, con una falsa sonrisa. —Eres increíble. Jughead... hay cosas sobre ti que yo no entiendo por más que lo quiera. Primero todo va tan bien que nos conectamos y pasan cosas entre nosotros hasta que por alguna maldita razón inexplicable te vuelves frío y te cierras. Te aíslas y no se por que—
—Relájate— Me pidió, colocando ambas manos sobre mis hombros.
—¡No me voy a relajar!— Exclamé, separándome de él y mirándolo con rabia. —¡Realmente hago mi mejor esfuerzo para entenderte y no lo logro!— Grité y tome aire para relajarme. —No lo logro, Jug. Y no entiendo por qué no lo quieres compartir conmigo. Pensé que yo era importante para ti. Al menos ahora—
—Si lo eres— Aseguró, mirándome fijamente.
—Vete— Le pedí, mirándolo con los ojos cristalizados. —Ni siquiera se por que me afecta tanto—
—Porque te gusto. Te gusto y no creas que ya se me olvidó— Me recordó, dando dos pasos más cerca de mi.
—El hecho de que tú me gustes no cambia nada. Incluso le mentí a tus padres porque tú quisiste hacerles creer que por fin tienes novia. ¿Solo para eso me usaste? ¿No te importó ese beso?— Le pregunté.
Él ni siquiera se dignó a responderme, pero lo que hizo me dejó sin habla, literalmente. Me robó un beso. Así es... lo volvió a hacer.
Pero no fue tan delicado como la última vez. Me robó un beso como si nada. Como si tuviera derecho a apoderarse de mis labios de esa manera.
Pero mentiría si dijera que no lo disfrutaba, pero lo bueno no suele durar mucho.
Nos separamos de ese beso que me dejó sin aliento y al abrir los ojos me encontré con la mirada y la sonrisa presumida de Jughead.
—Espero que eso te calme por el momento. Nos veremos pronto, Betts— Aseguró el, dándome la espalda para irse hacia su auto.
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Nos veremos pronto 😼 pero no tienen idea de todo el drama que viene🤭
