•Crush• 'Bughead'

•69•

A la mierda todo.

Él condujo hasta la casa y claro que no nos dirigimos la palabra. Su deber es disculparse por ser tan celoso sin razón.

Ambos bajamos del maldito auto y entramos a la casa. Y ahí nos quedamos, mirándonos un momento, pero mirándonos con el enojo que teníamos en ese entonces. La tensión en esa sala de estar no era nada buena.

—¿Ya terminaste?— Le pregunté, cruzando los brazos y mirándolo.

—¿Terminar de que? La pregunta es si ya terminaste tu. ¿Ya no estas enojada?— Me preguntó, pero lo hizo con enojo por como me miraba y me hablaba.

—Más vale que controles tu tono conmigo. Puede que ni Erick ni Milo estén aquí, pero eso no te da la libertad de hablarme como te de la gana. Además... recuerda que debes decirme algo y lo quiero escuchar en este momento— Exigí con total firmeza y autoridad.

—¿Estas hablando enserio?— Me preguntó el, riendo irónicamente. —No te voy a decir nada hasta que te tranquilices—

—¡No me voy a tranquilizar!— Le grité, ya cansada de su ignorancia. —¡¿Como esperas que me tranquilice después de que me trataste como un objeto de tu propiedad y estas celándome sin razón?!—

—¡Que no estoy celoso!— Me gritó de vuelta, dando unos pasos más cerca de mi, quedando frente a frente conmigo.

—¡Que si lo estas!— Grité y luego me calmé o me dará un infarto. —Jug... ¿Sabes que es lo que me duele? Que aún después de demostrarte lo mucho que te amo de diferentes maneras aún desconfías de mi— Mis lágrimas empezaron a salir. —Me enamoré de ti en la universidad y nunca me volvió a gustar nadie aun cuando pasaron varios años. Sufrí muchísimo por eso. Sufrí al enamorarme de ti, sufrí al tener a nuestro hijo, tu hijo. Un hijo que hicimos y aceptamos porque nos amamos— Le recordé.

Él me miró en silencio, y parecía algo decepcionado. —Pero yo no te pedí nada de eso—Dijo.

Esas palabras acabaron conmigo. Maldita sea... ¿Como puede ser tan ignorante? ¿Enserio me dijo eso?

Me dejó tan rota que no fui capaz de responderle. Empecé a ahogarme en mi propio llanto y me dejé caer lentamente al suelo, para abrazarme a mis piernas y llorar hasta poder sacar todo esto.

Pasaron unos minutos en los que sólo fui lágrimas y más lágrimas, y Jughead al parecer se había ido a no se donde.

¿En realidad esto estaba pasando?

Luego de un tiempo que no se cuanto fue, sentí una mano tocar mi hombro y subir hasta mi cabello, acariciándolo.

Eran sus manos... pero yo no quería ni verlo.

—Mi amor... lo siento— Se disculpó en voz baja mientras acariciaba mi cabello. —Perdón... no supe lo que dije. Yo...

Me puse de pie. Mis ojos estaban tan llenos de lágrimas que bloqueaban mi vista, pero corrí a las escaleras y luego a la habitación como pude. Cerré la puerta con seguro y me tire a la cama a seguir llorando.

Lo se... soy una maldita llorona. Pero recibir esas crueles palabras de mi novio era algo que yo no esperaba.

—Betty...— Me llamó, tocando la puerta con insistencia. —¿Que estás haciendo? Betty ábreme— Exigió.

Yo no le respondí. Solo continué llorando. Quería sacarlo todo. Sacarlo todo ahora.

Parece que él se dio cuenta de que yo no le iba a abrir y se fue. No volví a escuchar nada más de su parte. Finalmente dejé de llorar y solo me quedé sobre la cama, mirando el techo y pensando.