La semana pasó volando hasta que llegó el viernes. En ese tiempo Jughead y yo nos mantuvimos en contacto por chat y creo que estamos logrando establecer una conexión más especial que la que tuvimos en la universidad.
Estoy nerviosa por conocer a su familia y no quiero que las cosas entre nosotros terminen como cuando estábamos en la universidad.
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Este viernes en la tarde, yo estaba en mi habitación, arreglándome el cabello frente al espejo. Tenía algo bastante sencillo puesto. Un suéter rosa con brillo por el frío que estaba haciendo y unos jeans azul claro. Mi pelo, como casi siempre, suelto.
¿Por qué? Porque no me gusta peinarme y eso no lo discutiré con nadie.
Escuché un auto detenerse frente a mi casa y no se por que... pero algo me decía que era el de Jughead.
De manera inexplicable mi corazón se aceleró un poco y los nervios me pusieron a sudar un poco las manos. Tome aire y baje las escaleras hasta la puerta principal para recibir a Jughead.
La emoción no cabía en mi pecho. El hecho de que él quisiera mi compañía para una reunión familiar significaba mucho. Demasiado en realidad...
Abrí la puerta principal y me encontré con un Jughead que sostenía una pequeña flor del color de mi suéter y con una deslumbrante sonrisa encantadora. Era como si su rostro brillara por verme.
—Vi esto y me acordé de ti— Habló Jughead, colocando la flor sobre mi cabello. —Y casualmente es del color de tu suéter—
Solté una pequeña risa y lo miré. —Es un detalle muy lindo Jug—
—¿Y Milo?— Me preguntó, buscando al perrito con la mirada.
—Anda por ahí. ¡Milo!— Lo llamé.
Es un perrito obediente. Inmediatamente se acercó a mi y yo lo tome en mis brazos mientras Jughead nos miraba con una sonrisa.
—Llevémoslo. Jellybean ama a los animales. Mis padres tienen un perro golden retriver que ya está algo mayor y le haría bien la compañía de un cachorro—
Yo acepté y salí de casa con Milo para ambos subir al auto de Jughead. Como siempre él fue caballeroso y me abrió la puerta antes de que yo entrara.
Él empezó a conducir hacia la casa de sus padres y yo no podía más de los nervios. Estuve jugando con mi cabello para lidiar con mi ansiedad y él pudo notarlo.
—¿Que está pasando , Betty?— Me preguntó Jughead, poniendo su mano libre sobre la mía mientras conducía con la otra.
Yo lo miré y vi cuando él me lanzó una mirada rápida y me sonrió. Yo también le sonreí y tome aire para tratar de calmar mis nervios.
—¿Todo bien? ¿Que tienes? ¿Estas nerviosa?— Me preguntó, mirándome de reojo mientras aún tenía su mano libre sobre la mía.
—Un poco— Respondí, mirándolo a él y luego a Milo, el cual estaba en el asiento de atrás, hecho una bolita. Muy adorable.
—El que debería estarlo soy yo. Mis padres y sobre todo mi hermana son algo especiales— Respondió Jughead, soltando una pequeña risa.
Sonreí y Jughead soltó mi mano para poner una música suave en la radio. Miré por la ventana mientras nos alejábamos más de la ciudad. No parecían vivir tan cerca.
Pero tampoco tan lejos. En unos minutos habíamos llegado a una casa tan grande que parecía una mansión. Estaba un poco retirada de los edificios y del ruido y eso me agradaba.
Jughead estacionó su auto y ambos salimos. Tome a Milo con solo un brazo y Jughead tomó mi mano libre y la apretó.
—Si quieres no sueltes mi mano. Vamos— Invitó, apretando levemente mi mano y sonriéndome.
Sonreí y quise llorar. Lo se... estoy súper sentimental. Él me daba confianza, seguridad y compañía. Así ambos llegamos a la puerta principal y fue Jughead quien tocó, sin soltar mi mano.
—¡Hermano..!— Gritó una chica de pelo castaño, abriendo la puerta, pero quedó en silencio cuando me miró. Se quedo mirándome como si fuera algo de otro mundo.
—Yo también te extrañé hermanita— Dijo Jughead, sonriéndole a la chica.
La chica nos miró, miró nuestras manos entrelazadas y de repente sonrió y brincó de emoción. —¡Tienes novia!— Chilló con emoción.
—Oh no... es mi amiga, Jellybean— Aclaró Jughead, mirándome, sonrojado.
—Soy Elizabeth Cooper, pero me dicen Betty. Mucho gusto— La saludé, extendiéndole la mano.
Ella solo miró mi mano y no me saludó, pero lo que hizo después, me sorprendió aún más. La chica me abrazó como si me conociera de toda la vida y yo correspondí, bastante confundida. Jughead nos miró con los ojos abiertos como platos. Él también estaba confundido.
—Por Dios chicos... ¿Se van a quedar ahí?— Preguntó una mujer algo mayor que nosotros, acercándose y negando con la cabeza al ver a la chica abrazarme. —Déjala respirar Jellybean. Se que tu hermano nunca había traído una chica a la casa, pero tampoco tienes que asfixiarla—
La chica me soltó y miró a esa mujer. —Perdona mamá. Es súper linda— Susurró, pero yo la escuché.
—¿Una chica?— Preguntó un hombre que aparentaba algunos cuarenta años, acercándose a nosotros y abriendo los ojos como platos al verme. —¿Donde están tus modales Jughead? Preséntanos a tu... amiga—
—Disculpa papá— Se disculpó Jughead, sonrojado, volviendo a tomar mi mano. —Mamá, papá, JB, ella es Betty Cooper. Betty...—Me miró. —Ellos son mis padres y esta es mi hermana. Gladys, Fp y Jellybean—
—Mucho gusto familia de Jughead— Respondí. Mis manos dejaron de temblar por los nervios. Tenía a Milo en una y Jughead sostenía la otra. Su familia me daba confianza.
—El gusto es todo nuestro querida. ¿Piensan quedarse ahí toda la tarde? Vengan. Tenemos una pequeña reunión en el patio trasero— Invitó el señor Fp.
—¡Tienes un perro muy lindo!— Chilló Jellybean, mirando a mi perro con adoración.
—Gracias— Le agradecí en voz baja, sonriéndole mientras Jughead me guiaba al interior de la casa de sus padres.
—Lo adoptamos juntos— Presumió Jughead mientras ambos entrábamos a la casa de sus padres.
Yo lo miré, con los ojos abiertos como platos y entonces los padres y la hermana de Jughead nos miraron a ambos como si estuvieran sorprendidos.
—Espera... ¿Son novios?— Nos preguntó la señora Gladys, con una enorme sonrisa en su rostro.
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Uuhhh... esta visita a los Jones se esta saliendo de control 👀 ¿Que responderán?
Pd: Creo que si algún día muero de algo, será por estrés 🥲
