Las semanas seguían pasando y mi hijo no dejaba de crecer. Yo ya no podía con esa panza de unos nueve meses. Lo bueno es que Jughead se mudó conmigo. Así es... se mudó conmigo aunque antes solo le faltaba traer más de sus cosas.
Vivía pendiente a mi y a nuestro bebé. Si... definitivamente mi novio es el mejor de todos. Pero lo que me mata de miedo es saber que se acerca el parto. Será la primera vez que de a luz a un niño y no se si todo salga bien.
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Yo estaba tirada sobre el sofá de la sala, con Milo a mi lado. No estaba haciendo absolutamente nada. Solo pensaba en mi futuro y el futuro de la familia que estoy formando.
Cerré los ojos y empecé a reír cuando sentí los besos de Jughead por todo mi vientre y luego en mi cara. Usualmente es extremadamente cariñoso conmigo y con nuestro hijo.
Tanto él como yo ya no podíamos más con la espera. Yo ya quería tener a mi hijo en mis brazos y se que él también.
Esa espera está por terminar, pero me da miedo.
—¿En que piensas?— Me preguntó, acostándose a mi lado y entrelazando su mano con la mía.
Lo miré y sonreí. —Estaba pensando en nuestro hijo y que todavía no tiene un nombre—Contesté.
Pensamos en todo lo que nuestro hijo necesitaba. Su cuna y todas sus cosas ya estaban listas, pero no tenía un nombre. ¿Como no se me había ocurrido eso antes?
—¿Un nombre? Rayos... si. ¿Cual le ponemos?—Me preguntó.
—No lo se— Admití, mirándolo. —Ya le falta poco para nacer y aún no tenemos un nombre.
Jughead se quedó pensando y yo también. No se me ocurría nada y parece que a él tampoco.
—¿Por que no le ponemos Forsythe? El cuarto—Sugirió mi novio, mirándome.
—¿Forsythe? Pero es el nombre de tu abuelo, tu papá y el tuyo— Le recordé.
—Lo se... pero no se me ocurre ninguno— Se justificó.
—¿Por qué no le ponemos Erick?— Pregunté, mirándolo.
—¿Por que no lo ponemos más fácil? Juntemos los dos nombres— Propuso el papá de mi bebé.
—¿Forsythe Erick Jones Cooper? Bueno... no veo por qué no— Acepté.
—¿Entonces ya tenemos nombre para nuestro bebé?— Me preguntó, besando mi mejilla.
—Claro que si— Aseguré, besando dulcemente sus labios y juntando mi frente con la suya.
Él sonrió y puso una mano sobre mi vientre, acariciándolo. —¿Y si ya tiene la cabecita hacia abajo? Creo que si...— Admitió, preocupado.
—Yo también tengo miedo, pero prefiero creer que todo estará bien— Le dije, acariciando su mejilla.
Él me besó con dulzura y nos quedamos un momento en silencio, sin decir nada. Era un silencio muy cómodo porque a veces no era necesario hablar. Amamos estar juntos como sea.
—Betty... tengo algo que mostrarte— Me dijo, sentándose sobre el piso en el que estábamos acostados y tomando a Milo para acomodarlo en su regazo. —Pero tengo miedo de que cuando vallamos, entres en labor—
—¿Entonces es lejos de aquí o que?— Le pregunté, extrañada. —¿Que es?—
—Es una sorpresa pero... no se si sea buena idea, teniendo en cuenta tu estado— Me contestó.
—Pero yo me siento muy bien— Aclaré, sentándome sobre el piso con cuidado.
—¿Segura?— Me preguntó, mirándome atentamente.
—Claro que si— Aseguré. —Vamos—
El me ayudó a ponerme de pie y también tomó a Milo para irnos los tres en el auto. Él empezó a conducir por una ruta que yo no conocía y eso me confundió un poco. No sabía lo que él me quería mostrar hasta que llegamos a una gran casa. Una casa mucho mas grande que la mía o la de él.
—Hemos llegado— Aseguró Jughead, bajándose del auto para luego abrirme la puerta para que yo saliera.
Salí del auto y me quedé admirando esa gran casa. Casi parecía una mansión. Tenía un patio cerrado y desde donde estábamos se podía ver lo grande que era. Jughead tomó a Milo, lo bajó de sus brazos y parecía que a él también le gustaba la casa.
—Creo que tu silencio significa que te gusta— Habló Jughead, mirándome. —Te traje aquí porque planeo comprar esta casa. Es grande y es hermosa, esta cerca de todo y tiene mucho espacio para el niño— Sonrió. —Milo tiene un patio grande para jugar—
Yo no respondí y solo lo miré. Miré el gran hombre en el que se ha convertido. Un hombre maduro, responsable y sobre todo muy cariñoso. Él estaba pensando en nuestro futuro juntos. Nuestro futuro con nuestro hijo.
—¿Que sucede amor? ¿No te gusta?— Me preguntó al notar que yo guardaba silencio.
Le respondí con una sonrisa y también le di un beso corto en los labios. —Me encanta. Me encanta que pienses en nuestro futuro y me encanta la manera en la que me acabas de llamar—
—¿Como?— Me preguntó. —¿Como te llamé?—
—Amor— Respondí, abrazándolo. —Te amo—
—Te amo, amor— Me dijo, siguiéndome el abrazo y besando mi mejilla.
Me separé de él cuando sentí que mi bebé se estaba alborotando un poco. Me agarre el vientre y vi que mi novio se preocupó.
—No me digas que ya va a nacer— Me pidió, pasándose una mano sobre el cabello, nervioso.
—No lo creo— Negué, sonriéndole. —Está moviéndose mucho últimamente—
Jughead sonrió, se agachó un poco y besó mi vientre. —Eso es que ya quiere salir. Vámonos a casa. ¡Ven Milo!—
Milo es un perro obediente. Enseguida regresó con nosotros y subimos al auto para irnos todos a casa. En el camino, mi hijo no dejaba de moverse pero no le dije nada a Jughead por lo intenso que se pone.
Llegamos a casa y con solo bajar del auto y caminar hasta la sala de estar, me cansé. Amo a mi bebé, pero estaba acabando conmigo.
—¿Todo bien amor?— Me preguntó Jughead, acercándose a mi y acariciando mi mejilla.
Yo asentí, pero sentí un fuerte dolor en mi vientre y sentí que un líquido bajaba por mis piernas. Me asusté porque era la primera vez que me pasaba esto, y dolía demasiado. Jamás había sentido tanto dolor en mi vida.
—Betts... ¿Que sucede?— Me preguntó, asustado.
Tome aire para hablarle porque el dolor era demasiado. —Ya viene...— Murmuré.
Ya viene👶🏻 imagínense al pobre Juggie todo asustado 😂Samy ❤️
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•Crush• 'Bughead'
Fiksi PenggemarBetty Cooper se siente terriblemente atraída hacia Jughead Jones, pero el chico apenas le habla. ¿Esto podría cambiar?