•Crush• 'Bughead'

•65•

Esto puede provocar una discusión entre nosotros fácilmente, pero esa duda no me dejaba en paz.

—Entonces espérenme aquí y voy por tu helado— Me dijo Jughead, besando mi mejilla y luego mirando a Erick mientras se ponía de pie. —Tu estas muy chiquito para tener un helado para ti solo. Vengo en un momento— Se fue a comprar el helado.

Y ahí me quedé con mi hijo y mi perro mientras Jughead conseguía el helado. Pensaba en cómo le diría lo que le tengo que decir sin que se enojara.

No es que él sea una persona que se enoje fácilmente, pero me daba miedo causar malos entendidos en mi relación por mis inseguridades.

—¿Betty?— Me habló Cora, acercándose a mí con una sonrisa. —¡No puede ser! ¡Eres tú!—Exclamó.

No podía creer quien era. La miré y le sonreí. —Cora... hola— La saludé. —¿Como has estado?—

—Bien...— Aseguró y miró a mi hijo. —Tu hijo... ¿Verdad?—

—Te presento a Forsythe Erick Jones Cooper. ¿Quieres sentarte?— Invité.

—Claro— Aceptó, sentándose a mi lado y fijando su mirada en mi bebé. —Es hermoso. Le pusiste el nombre de su papá—

—Gracias. Fue idea de Juggie. Su segundo nombre fue idea mía— Confesé.

Ella seguía mirando a mi bebé y le tomó la mano con cuidado y con una sonrisa, y luego me miró a mi. —Tienes suerte, Betty—

—¿Suerte?— Pregunté. —¿Por que?—

—Por todo esto— Respondió, mirando a Milo, a mi hijo y luego a mi. —Tienes una familia muy hermosa. Formaste una familia con un gran hombre. En una ocasión yo quise algo con Jughead, pero su destino era estar contigo. Tienes un bebé precioso— Me sonrió.

Yo le sonreí, y tenía razón. Cora siempre fue una buena chica. Nunca tuve malos sentimientos hacia ella cuando andaba con Jughead.

—Tienes razón Cora— Aseguré. —¿Y como vas con Reggie? Tu y él están juntos... ¿No?—

—No— Negó mientras jugaba con mi perro. —Reggie y yo nos separamos. Me di cuenta de que él y yo éramos demasiado diferentes, pero esta bien—

—Oh... entiendo— Contesté.

—¿Y que hay de tu amigo?— Preguntó Cora, mirándome.

—¿Cual amigo?— Le pregunté, confundida.

—Ese chico alto y moreno... ¿Cual es su nombre?— Me preguntó.

—¿Chuck?—

—Ese mismo— Afirmó. —¿Tiene algún tipo de compromiso? Es una muy buena persona—

En ese momento solo pude pensar en una cosa. Hora de tomar el papel de cupido, Betty.

—No, él está soltero y sin compromiso. Trabaja en el restaurante italiano más popular de la ciudad— Informé. A ver en qué termina esto.

—De acuerdo... bueno, fue un placer hablar contigo, Betty. Cuídate. Y tu también, Erick hermoso— Le dijo a mi bebé y acarició a mi perro para luego irse.

—Adiós...— Me despedí de ella, viéndola irse.

Ella merece ser feliz y mi amigo Chuck también. Son solo dos buenas almas que no han encontrado su camino. No aún.

—Perdona la tardanza— Se disculpó Jughead, acercándose y sentándose a mi lado con un helado de fresa en mano. —Ahora dame a Erick para que puedas disfrutar de tu helado—