Después de pasarme un domingo descansando, con una resaca mortal y los regaños de mi mamá, por fin llegó el lunes, y lo raro del caso es que yo ya no odio tanto los lunes.
No te hagas, sabes por que ya no los odias tanto y esa razón tiene nombre y apellido.
Llegué temprano a la universidad como siempre suelo hacer y cuando me dirigía al salón, me crucé con mis amigas en el pasillo. Verónica, Toni y Cheryl.
—Y ahí llegó ella— Dijo Verónica, viéndome llegar y soltando una pequeña risa.
Yo las miré, confundida. —¿Que pasa?—
—¿Que pasa? Chica... el sábado mostraste lo que tienes por dentro perra— Me respondió Cheryl.
—No sabia que hacías todo eso Betty. Fue una noche increíble y el domingo todos nos queríamos morir de la resaca— Admitió Toni.
Yo reí y baje la mirada. —¿Que puedo decir? No se quien era esa Betty de esa noche—
—Y la mejor parte fue cuando bailaste con Jughead. Wow...— Habló Cheryl, sorprendida.
Yo reí mientras ellas tres también lo hacían. De verdad no se quien era esa Betty de esa noche.
—¿Salimos al jardín?— Propuso Verónica.
—Por mi está bien— Aceptó Toni.
—Yo me apunto. Betty...— Me miró Cheryl. —¿Vienes?—
Yo las miré. —Las alcanzo en un momento. Iré a llevar mi mochila al salón—
Ellas asintieron y se fueron aún entre risa y chisme. Definitivamente mis amigas no son normales.
Yo negué con la cabeza y me dirigí al salón de clases para abandonar mi mochila. Pero cuando iba llegando, algo me paralizó.
Jughead estaba frente al aula, el solo, usando su celular. Me pregunto si va a ignorarme como aquella noche o no.
Yo sólo tomé aire y caminé hasta mi salón de clases como normalmente lo haría, pero lo vi mirarme y sonreírme y juro que mi corazón dio un pequeño salto.
¿Es taquicardia o eso lo provoca el? No se.
Pero creo que es el.
—Betty— Me saludó, aun con esa sonrisa. —Hola. ¿Como estas?—
—Bien— Le respondí, sonriéndole. —¿Y tu?—
—Bien... supongo. Me alegra que estes bien— Dijo, acercándose a mi y abrazándome.
Claro que yo le correspondí. Dios... es la primera vez que me abraza y la verdad es que abraza tan bien...
¿Hay algo que no hagas bien, Jughead Jones?
El abrazo no duró mucho, pero definitivamente fue el mejor abrazo que me dieron nunca.
—¿Hiciste la tarea de matemáticas?— Me preguntó, luego de separarse del abrazo.
Yo asentí. —La hice... pero no sé si esta bien—
—Yo también la hice y confirme con mi papá. Podemos compararlas y yo podría ayudarte— Se ofreció.
¿Quien se niega a una oportunidad así? Claro que aceptaré. —Está bien. Gracias Jughead— Le agradecí, dirigiéndome a mi asiento.
Fui a mi asiento, dejé mi mochila ahí y él se sentó a mi lado, otra vez. Si así va a ser todos los días, entonces tengo otro motivo para asistir a clases.
El sacó su cuaderno de matemáticas y yo saqué el mío. Yo lo miraba concentrarse en las páginas de ese cuaderno y no podía creer lo afortunada que yo estaba siendo en este momento por tenerlo tan cerca de mi.
—Bueno... estos son los míos— Me avisó el, mostrándome su cuaderno con los ejercicios. —Se supone que están bien. ¿Los tienes así?—
Yo miré su cuaderno y comparé mis ejercicios con los de él y estaban diferentes. —Hey... ¿Por que tienen más números que los míos?—
Él miró su cuaderno, confundido, y luego miró el mío. —Oh...— Sonrió. —Ya veo. El procedimiento que hice es más largo que el tuyo—
Yo lo miré, confundida. —¿Eso quiere decir que están bien?—
El asintió. —Están perfectos. Te dije que eres una genio Betty— Aseguró, volviendo a guardar su cuaderno.
Yo sonreí y mi corazón otra vez martilleó contra mi pecho. ¿Enserio es taquicardia o lo provoca el?
Él aun me miraba con esa brillante y hermosa sonrisa y yo incluso tuve ganas de llorar de tanta felicidad por tenerlo tan cerca de mi y ese lazo que estábamos creando.
Okey Betty... ya estas exagerando y lo puedes asustar. Ahora busca un tema para conversar, rápido.
—En realidad el crédito te lo debo a ti— Le aseguré, mirándolo y sonriéndole. —Tu me explicaste todo eso y ahora puedo hacerlo sin problema. Gracias Jug—
—Siempre es un placer ayudarte Betty. Eres una persona que vale la pena— Me respondió, guiñándome un ojo.
Yo sonreí. —Oye... si hay algo que yo alguna vez pueda hacer por ti, solo dime—
El sonrió y sin querer nuestras manos se encontraron y rozaron por encima de nuestras mesas.
En ese momento un pequeño escalofrío recorrió todo mi cuerpo y yo lo miré a los ojos. Él también me miraba fijamente hasta que de momento dejo de hacerlo y bajó la mirada como si estuviera avergonzado.
Yo aclaré mi garganta. —Jughead...— Lo llamé, haciendo que me mire. —El sábado me divertí mucho—
Él me miró y abrió los ojos como platos, con una sonrisa burlona. —También yo... pero no pensé que hacías todo eso Betty. ¿Tu?—
—Pero... ¿Por que yo no puedo? ¿Por que te sorprende?— Le pregunté, confundida y a la vez asustada. ¿No lo hice bien?
—No es que no puedas— Me aclaró, poniéndose nervioso. —Es sólo que... nunca pensé que tuvieras esas habilidades. Desde que te conocí pensé que eras una chica más...
—¿Reservada?— Terminé por el.
El asintió, aun con esos nervios. —Exacto... eso. Pero es bueno que disfrutes tu juventud. Lo hiciste muy bien—
—Gracias— Respondí, sonrojándome. Él es el único chico que ha provocado eso en mi.
Él provoca tantas cosas dentro de mi...
—Y aun no conoces a la verdadera Betty— Aseguré. —Aun no conoces la mitad de mi—
Él me miró, sorprendido. —Pues... te voy a conocer más— Se propuso.
—Siento que tampoco te conozco mucho. También te conoceré más— Me propuse yo también.
Él me sonrió y nuestras miradas volvieron a encontrarse y juro que sentí que volaba de la felicidad, hasta que los demás entraron al salón de clases y todo se alborotó.
Pero él no dejó de mirarme, y yo tampoco dejé de mirarlo a él.
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La verdad es que envidio a Betty🥲 llevo una buena relación de amistad con mi crush, pero ahora se pasa el día con una amiga y mis pequeñas esperanzas murieron porque me he dado cuenta de que se gustan por cómo se miran y actúan 💔
Lo que me anima es saber que quizá él es feliz así 🙂
