Hoy en la mañana me levanté para ir a la universidad, claro. Odio levantarme temprano pero... ¿Que otra opción tengo?
La diferencia es que sentí un ligero mareo que me aturdió un poco y eso me extrañó. Nunca me pasa eso. Pero bueno... eso es psicológico, creo.
Tome una ducha, baje a desayunar y mi madre me miraba muy... extraño.
Yo la miré mientras terminaba de tragar mi pedazo de panqueque. —Mamá... ¿Que pasa? ¿Por que me miras así?— Le pregunté. Esto se está poniendo raro.
Mi mamá soltó una breve risa y negó con la cabeza. —Nada mi hija. Solo que puedo notar que has dado un cambio—
—¿Un cambio?— Le pregunté, extrañada. —¿Cual cambio? ¿A que te refieres?—
—Nada— Me negó, soltando una risa que no me convencía para nada.
—Mamá...— La llamé en advertencia. Esto no me gusta.
—Que estás cambiada hija— Me aclaró. —Te ves más... más radiante y emocionada por tus estudios. Eso me gusta— Aseguró.
—Gracias mamá— Le agradecí, dejando mis panqueques de lado y tomándome mi vaso de jugo de naranja. —Me encanta la carrera que estoy tomando—
Mi mamá solo me miró y alzó una ceja. —¿Estás segura de que solo es la universidad?–
—¿Que?— Pregunté, poniéndome de pie y tomando mi mochila. —¿Que es lo que estas insinuando mamá?—
—¿Yo? Nada— Negó. —Pero... quizá aparezca algún... muchacho que llame tu atención y te haga querer ir a la universidad con más razón—
—Mamá... no— Negué, sonrojada. No lo puedo evitar. —Eso no. No fui a la universidad a enamorarme o a buscar novio—
Aunque no pude evitar caer rendida ante el...
—No estoy diciendo que fuiste a la universidad para eso mi amor. Solo digo que puede que algún chico te llame la atención de tus compañeros— Supuso mi mamá.
—Eso no, mamá. Te amo pero ya me tengo que ir. Adiós ma— Me despedí ocultando mis nervios lo mejor que pude y bese su mejilla para salir corriendo de mi casa.
—¡También te amo Elizabeth! ¡Ten cuidado!— Escuché que me gritó, ya cuando yo iba por la acera.
Empecé a caminar más despacio y de repente me sentí tan cansada que tuve que detenerme a respirar. ¿Por que?
Bueno... ya se me pasó. Ahora llegaré a la universidad para ver a mi... oh... para estudiar, claro que si. No tienes que caminar tanto cuando la universidad te queda como a un salto de tu casa.
Y cuando llegue ya la mayoría estaba en el salón de clases y fui a dejar mi mochila a mi asiento. El asiento en el que usualmente Jughead se sienta a mi lado solo tenia su mochila.
Mire a mi alrededor, buscándolo con la mirada y lo vi sentado en el escritorio del profesor como si fuera el jefe, concentrado en su celular.
Yo volví a sentir un pequeño mareo y me senté, confundida. ¿Por que me está pasando esto?
—Betty— Me habló Jughead, tomando su asiento a mi lado y mirándome con una sonrisa. —Buenos días, ¿Como estas?—
—Jug— Lo saludé, sonriéndole aún un poco mareada. —Bien... ¿Y tu?—
—Mejor ahora que veo que estás aquí— Aseguró, haciendo que mi pobre y sufrido corazón salte.
—Gracias Jughead— Le agradecí, con una tonta sonrisa de enamorada en mi rostro.
El me iba a decir algo cuando el profesor entró y todos tuvimos que prestar atención. Ahí la clase comenzó sin piedad alguna.
Creo que el estrés me causó esa migraña que empecé a tener. Por suerte mi crush estaba a mi lado y aunque no podíamos hablar, yo amo el simple hecho de tenerlo a mi lado.
Así la clase terminó y con ella mis energías. Estoy tan exhausta que prefiero quedarme en el aula aunque la mayoría salga de aquí.
—Betts— Me habló Jughead, volviendo a sentarse a mi lado y sacándome de mi burbuja.
Yo lo miré con mis ojos cansados y le sonreí como pude. —Juggie... ¿Que pasa?—
Jughead sonrió, creo o no se si es por el apodo que le puse y aclaró su garganta. —¿Que tienes?—
—¿Qué tengo de que?— Le pregunté, asustada. ¿De que habla?
—Es que... te ves mal. Perdón... no mal de esa forma— Se corrigió, nervioso. —Quise decir que te ves enferma desde hace rato. ¿Estás bien?—
Yo suspiré, sin mirarlo. —No me siento nada bien. La migraña va a matarme—
—Oh Betty...— Respondió Jughead, poniendo su mano sobre la mia y mirándome. —Si no te sientes bien es mejor que vallas a tu casa y descanses— Me aconsejó, con la preocupación evidente en sus ojos.
Mi pecho se calentó y quise llorar sin razón pero... nuestras manos unidas y nuestras miradas conectadas, el preocupado por mi y siempre atento...
—No es nada. Me tomare un par de pastillas y estaré bien— Aseguré, aunque no muy segura en realidad.
—Puedes empeorarte Betty. Prefiero que vallas a casa y descanses antes de que estés peor. Por favor Betty... no quiero eso— Me suplicó.
El de verdad está preocupado y puedo verlo en sus ojos hermosos.
—Aprecio mucho que te estes preocupando por mi, Jughead— Agradecí, sonriéndole. —Pero son cosas que suelen pasarme y te aseguro que voy a estar bien con un par de pastillas—
—¿Segura? No me convence eso Betty. Por favor... eres un poco testaruda— Me dijo, divertido.
—¡Oye!— Lo regañé, golpeándole el hombro. —Testarudo tu—
—Yo hago caso y tu no— Presumió, sonriendo satisfactoriamente.
—Eso no es cierto— Le lleve la contraria. Amo discutir con el que me gusta... pero enserio estoy muy mareada y creo que mi cabeza va a explotar en cualquier momento.
—¿No quieres salir a tomar aire Betty?— Propuso Jughead, mirándome atentamente. —Parece que lo necesitas—
—No gracias. Prefiero quedarme aquí— Me negué.
No quiero salir... pero empecé a sentir que el aire abandonaba mis pulmones y mi cabeza daba vueltas. Me puse de pie y cuando iba a salir, una mano tomó la mía.
—Dijiste que te querías quedar aquí. ¿Por que cambiaste de opinión?— Me preguntó Jughead. La preocupación era notable hasta en su voz.
—Yo... iré al baño— Mentí, soltándolo con las fuerzas que me quedaban antes de caer, inconsciente.
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Potente 😥😰😰 perdonen por la tardanza. Seguía sintiéndome un poco mal y hoy viajé a mi casa 🥰
Mi crush no dejo de preocuparse y ahora que estamos lejos el está chateando conmigo 🥺
Puede que tal vez le guste otra... pero al menos se que de alguna manera me aprecia a mi 🥰
