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Dije que iba a empezar a amarme más a mi misma y eso hice.

Dejé de hablarle a Jughead y empecé a ignorarlo por completo. Pero... ¿Saben que? A él no le importó un carajo. Creo que le hice un favor al dejar de hablarle.

Nos pasábamos por el lado y ni nos mirábamos. Podíamos estar en el mismo espacio y aún así ni la mirada nos dirigimos.

Lo más doloroso siempre fue verlo tan cerca de Cora... cuando salían juntos y se quedaban juntos todo el día, haciendo todo juntos con esa conexión que siempre tenían.

¿Y donde quedó esa amistad tan linda que creamos él y yo? ¿Donde quedó esa conexión? ¿Y las señales que él me dio? ¿El tiempo que pasamos juntos y lo mucho que nos apoyamos y nos ayudamos no significó nada para el?

Eso parece.

Eso me indignó y me dolió tanto que hasta casi llegué a odiarlo. Lo veía y me dolía el pecho de pensar que pasamos de estar casi todo el día juntos a ya no poder mirarnos a la cara.

Incluso cuando le confesé mis sentimientos. Siempre que lo veía sólo me arriesgaba a perder mi dignidad y hablarle, pero no lo hice.

Pasaron cinco años. Así es... cinco largos años, pero que se fueron rápido. Nos graduamos y mis amigos estuvieron todo el tiempo conmigo. ¿Y Jughead? Jughead con su grupo de amigos y con Cora, por supuesto.

¿Que si lo olvide? ¡Ja! Nunca volví a enamorarme y nunca volvió a gustarme nadie. Me gradué como Administradora de Empresas y empecé a encargarme de la empresa de mi papá después de que él falleció hace dos años.

Tengo dinero, una empresa exitosa que pasó a mis manos y unos amigos con los que salgo de fiesta cuando no están con sus parejas, claro.

Pero... siempre que llego a mi casa tan vacía y grande, el verdadero vacío está dentro de mi.

Maldito seas Jughead Jones.

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Yo estaba frente al espejo de mi habitación, peinándome. Tenía mi pelo suelto, lacio y un vestido blanco que me llegaba a las rodillas y sin tirantes. Un lápiz labial rosa suave y unos tacones también blancos. 

Me veía muy bien. Una chica joven y soltera de veintitrés años. ¿Y para qué me estaba preparando?

Para el gran baile de ex alumnos en la universidad en la que estudié. ¿Que estoy nerviosa? No se imaginan cuanto.

¿Aún recuerdo a Jughead? Pues... lamentablemente si. Y es que nunca me gustó ningún chico como llegó a gustarme el.

Ahora debe ser un maldito millonario sexy de veinticinco años. Ya me imagino lo apuesto que debe estar ahora que es más adulto.

Betty... no caigas de nuevo y no pienses en eso. Hace varios años desde esa época.

Tome aire y me miré por última vez al espejo para salir de mi casa y subir a mi fabuloso auto color rojo vino. Una vez que subí, empecé a conducir hacia la universidad en la que estudié. Aun vivo en el mismo sector, pero la universidad me queda un poco más lejos ahora.

Conduje y sabía que ya iba un poco tarde, pero la gente con dinero hace lo que quiere. Llegué al campus y estacioné mi auto para luego salir de él y así adentrarme a la universidad una vez más.

Cuando bajé de mi auto y miré detenidamente el lugar en el que estudié, una ráfaga de recuerdos invadieron mi mente en un segundo.

La primera vez que entré, mis amigos, las clases y... el.

•Crush• 'Bughead' Donde viven las historias. Descúbrelo ahora