Pasaron seis meses desde que nació nuestro pequeño Forsythe Erick Jones Cooper y nos mudamos a nuestra nueva casa. No tienen idea de lo difícil que es cuidar de un niño recién nacido. Fueron varias semanas sin dormir y cambiando pañales y escuchando gritos todo el día.
Ahora es igual... pero nuestro Erick ya duerme casi toda la noche y ya tiene seis meses. Es muy tranquilo y sociable con sus tíos y tías. Nuestros amigos no dejaban de visitarnos y consentir a nuestro hijo, sin mencionar que mi mamá y los padres y hermana de Jughead también lo consienten mucho.
Me hace sentir tan bien saber lo amado que es mi hijo... a pesar de no haber sido un niño esperado.
Jughead estaba loco por nuestro hijo, y al parecer también por mi, pero tenía una duda.
¿Él está conmigo por nuestro hijo o porque de verdad me ama?
<<<<<<<<<<<<<<<••••>>>>>>>>>>>>
Yo estaba en mi habitación, peinándome frente al espejo. Hoy saldré con mi novio, mi hijo y mi perro al parque. Ese lugar se volvió el lugar favorito de mi hijo y de mi perro, especialmente.
—¡Betty!— Me llamó Jughead desde la sala junto al balbuceo de nuestro hijo. Hasta parece que ya quiere hablar.
—¡Voy!— Respondí, mirándome por última vez al espejo para luego salir de mi habitación, con un vestido azul claro bastante sencillo.
Bajé las escaleras y al llegar a la sala me encontré con Jughead. Él tenía a Erick en sus brazos y mi bebé sonrió en cuanto me vio y me extendió los brazos.
Me acerqué a ellos con una sonrisa y tome a mi hijo en mis brazos, llenándole la carita de besos. —Hola mi amor—
—¿Para cuando un beso para mi?— Me preguntó Jughead, divertido, poniéndole la correa a Milo.
También lo besé a él en cuanto se puso de pie y pusimos a bebé Erick en su coche para salir de la casa con él y con Milo.
Todo nos quedaba mucho más cerca en nuestra nueva casa, con más espacio para nuestro hijo, nuestro perro y... tal vez otros hijos que vallamos a tener en un futuro no muy lejano.
Si es que esto va para largo o él está conmigo solo por cumplir lo que considera su deber como hombre y padre.
Caminamos hacia el parque. Él llevaba a Erick en su coche y yo llenaba a Milo de su correa. Y en el medio de nosotros dos, estaban nuestras manos, unidas.
Todos los días agradecía la familia que forme junto al hombre que amo, pero aún me daba miedo que esto fuera demasiado bueno para ser verdad y que en cualquier momento se rompiera.
Llegamos al parque y la sorpresa fue encontrarnos con nuestros amigos. Verónica, Archie, Toni, Cheryl, Kevin y Fangs. Por cierto... Archie y Verónica están esperando a su primer hijo también.
Enloquecieron cuando vieron a nuestro hijo. Erick tiene los mejores tíos del mundo. Nos sentamos juntos en esa área del parque y yo solté a Milo para que jugara cerca.
—¿Quien es el niño consentido del tío Kevin? Tu lo eres amiguito— Le dijo Kevin a mi hijo, con él en sus brazos, y luego miró a Jughead. —¿Sabes? Aún me dan ganas de matarte cuando recuerdo que embarazaste a Betty. Pero luego veo a este chico tan apuesto y se me pasa— Admitió.
—Se parece a mi— Presumió Jughead, encogiéndose de hombros.
—Relájate amigo. Kevin debe tenerte algo de aprecio. No le hagas caso— Sugirió Fangs, divertido.
—Si... pero ahora es el turno de la tía favorita de Erick. Ven con la tía Cheryl mi amor— Le dijo la pelirroja a mi bebé, tomándolo en sus brazos con una sonrisa.
—Es hermoso— Agregó Toni, mirando a mi bebé con una sonrisa.
—Ahora esperemos al de V y Archie para que le haga compañía a Erick— Hablé, mirando a mi amiga.
Verónica sonrió mientras Archie acariciaba su vientre y dejaba un suave beso en sus labios. Ellos son una pareja que realmente admiro. Ya se habían casado y estaban formando su familia.
Verónica y Archie sabían lo que tenían, pero yo no lo tenía muy claro.
—Cuando mi hija nazca, la traeré a jugar aquí cuando ustedes traigan a Erick— Aseguró Archie, volviendo a besar a Verónica.
—Hay niños aquí, Archiekins— Le recordó Verónica a su esposo, divertida, y miró a Erick. —Mientras tanto voy a practicar contigo mi amor— Le dijo a mi bebé, tomándolo en sus brazos.
Jughead me rodeó con su brazo y nos quedamos un rato más con nuestros amigos. Me encanta la vida que tengo ahora, rodeada de amor.
Mis amigos, mi familia... mi novio, mi hijo y mi perro, son la familia que siempre quise. No puedo creer la suerte que tuve.
Pero al pasar un rato, todos empezaron a despedirse y a irse hasta que los últimos en irse fueron Archie y Verónica. Otra vez quedamos solo Jughead y yo con los dos pequeños de la casa.
Yo solo podía pensar en mi miedo. Esa duda que se hacía cada vez más frecuente en mi cabeza. ¿El me ama o solo esta conmigo por cumplir con sus deberes?
—Amor— Me llamó, sentándose a mi lado con nuestro hijo en brazos. —Subí a Erick al columpio y le tome muchas fotos a él y a Milo. ¿Todo bien? Estas muy pensativa—
Lo miré a él y a mi hijo. Tome a mi pequeño en mis brazos y volví a mirar a mi novio. —Hay algo que no me deja en paz. Es... una duda acerca de nosotros— Confesé.
Él me miró, confundido y hasta algo asustado. —¿Como así? ¿Nosotros? ¿Ocurre algo malo?—
—No— Negué. —No es nada malo. Es solo una pequeña duda—
—Dime— Me pidió, posando una mano sobre mi mejilla. —Te escucho—
Tome aire para decirle, pero sentí que eso provocaría una discusión entre nosotros. —¿Sabes que? Olvídalo... tal vez te diga en otro momento—
—¿Que? Betty... no. Dímelo ahora— Suplicó.
—Está bien. Te diré en otro momento— Insistí.
Él suspiró y bajó la mirada, pero luego volvió a mis ojos. —¿Si te compro un helado ahora me dirás?—
Lo pensé un poco, pero acepté para buscar cualquier otra excusa mientras tanto.
Esto puede provocar una discusión entre nosotros fácilmente, pero esa duda no me dejaba en paz.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🤭 ¿Creen que esa conversación de verdad cause discusiones?
