•Crush• 'Bughead'

•42•

—Mereces solo cosas buenas, Betty. Vamos— Me dijo, entrelazando su brazo con el mío.

Ambos estábamos tomados de los brazos y así empezamos a caminar hacia ese restaurante. Era enorme y estaba lleno de luces. Jamás había visitado un lugar tan grande y hermoso como este, para ser solo un restaurante.

Entramos y subimos unas escaleras grandes hasta llegar al segundo nivel del restaurante, con una maravillosa vista hacia casi toda la ciudad. Muchas luces y los ruidos urbanos en el ambiente junto a la suave música de restaurante.

—Después de usted, señorita— Me dijo Jughead, apartando la silla de la mesa para que yo me sentara.

Sonreí y me senté, y luego él se sentó frente a mi con esa sonrisa de presumido que odio y amo a la vez, tomando el menú.

—¿Quiere ver las opciones de este menú? Puede pedir lo que desee, señorita Cooper— Habló Jughead, pasándome el menú y guiñándome un ojo.

Sonreí, no lo pude evitar. Él es tan simpático a veces... tome el menú y empecé a leer las opciones hasta que ambos nos decidimos por un platillo que estábamos comiendo mientras tomábamos vino y tratábamos de establecer una conversación.

Aclare mi garganta y lo miré. —Jug... sobre tu abrigo... te lo devolveré en cuanto...

—Hey, no— Me interrumpió. —¿Sabes? Quiero que lo conserves—

–¿Que?— Le pregunté, sin poder creer lo que me dijo. —¿Quieres que me quede con tu abrigo?—

—Claro. Ahora es tuyo— Aseguró el, guiñándome un ojo mientras tomaba de su copa de vino.

Sonreí, bajando la mirada. —Gracias—

—No hay de que. Gracias a ti por aceptar salir conmigo— Me agradeció.

—No fue nada— Contesté, volviendo a mirarlo. —Admiro el cambio que has dado Jug. Ahora sí te creo, no se— Admití.

—Bueno... gracias Betty. En estos años he aprendido muchas cosas y una de ellas es que con la actitud que yo tenía no iba a lograr nada— Admitió Jughead.

Sonreí, mirándolo. —Estoy orgullosa. ¿Sabes? Recuerdo que hace un tiempo atrás yo moría por tener esta cita contigo—

Okey... mi dignidad volvió a caer.

Él sonrió con los ojos abiertos como platos. —Bueno... eso es para que veas que no hay que perder la esperanza. Y quiero que todo lo que pasó tiempo atrás quede en el pasado. ¿Si? Quiero que nos enfoquemos en él aquí y ahora—Me pidió.

Yo asentí. —Solo no vuelvas a fallarme. Desde ahora no recordaremos más el pasado—

—No sería capaz de eso, Betts— Aseguró, levantando su copa de vino. —¿Un brindis?—

—Un brindis por el presente y el futuro— Acepté, levantando mi copa y uniéndola con la de él.

Brindamos y nos tomamos un largo trago de vino para luego empezar a reír como dos locos. No sabíamos por qué y el alcohol ya había empezado a hacer efecto en mi cabeza.

De repente la música del restaurante cambió por una melodía suave y algunas de las parejas adineradas que se encontraban ahí se pusieron de pie y empezaron a bailar.

Vi que Jughead me miró con una sonrisa macabra que ya conozco. Algo se le ocurrió y quizá no me convenga.

—Betts... ¿Tu aún te acuerdas de como bailar?— Me preguntó, mirándome con una sonrisa divertida.

Yo negué rotundamente. —No... no Jug. No— Me negué, cruzando los brazos.

—Oh Betts... por favor... ¿Por que no?— Me preguntó, tomando mi mano.