Las semanas pasaban y todo seguía igual. Jughead y yo apenas nos veíamos cuando nos saludábamos en la cafetería o en los pasillos. El ser de dos grupos diferentes nos había separado demasiado y además de eso... su conexión con Cora.
Pasaban casi todo el día juntos y al mirarse o al hablar mostraban una química que me daba mucho miedo y me molestaba demasiado.
¿Quien diría que en realidad el amor era tan jodido?
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Estábamos en la clase y la lección de hoy ya había terminado. El profesor se fue, pero yo me quedé en él aula haciendo garabatos en mi cuaderno. ¿Para que salir? ¿Para ver como el que me gusta se enamora de otra? No gracias...
—Betty— Me habló Kevin, acercándose a mi y sentándose en su asiento a mi lado. —¿Que haces aquí adentro aún?—
—No lo se. Solo quiero... no sé— Balbucee, sin dejar de hacer garabatos en mi asiento.
—Betty, mírame— Exigió, tomando mi mentón con su mano derecha y haciéndome mirarlo a los ojos. —¿Que tienes?—
Yo suspiré, cansada, y cerré el cuaderno con los garabatos para mirarlo, seria. —No me siento bien, Kevin. ¿Si? Solo eso—
—Pero quiero saber que tienes— Me suplicó, acercando su asiento un poco más. —Soy tu amigo y me preocupa que estés mal—
Yo tome aire y me puse de pie y lo miré. —Cuando me sienta preparada te puedo decir. Ahora... ¿Podemos salir a tomar aire?—
El asintió y con una sonrisa se puso de pie y ambos salimos a caminar al jardín mientras hablábamos de cualquier tema. La verdad no se que haría sin Kevin.
Nos sentamos sobre el suave césped, apartados de los demás, y él se quedó en silencio, mirándome. Sé perfectamente lo que significa eso.
—¿Y ahora? ¿Puedes decirme eso que te molesta o te aflige tanto?— Me preguntó.
Yo tome aire y miré hacia el suelo, jugando con mis dedos. —Yo... veras... lo que te voy a decir es muy delicado y no le he dicho a absolutamente nadie aún. Pero...
—Chicos— Habló Fangs, acercándose a nosotros. —¿Como están? Perdón pero... Kevin, te necesito—
Kevin suspiró, mirándome a mi y luego a Fangs. —Te atenderé en un momento. Mi amiga estaba diciéndome algo—
—Oye— Le hablé, poniendo una mano sobre su hombro y sonriéndole. —Está bien. Puedo esperar—
—No, yo si puedo esperar— Intervino Fangs.
—Oye... no. ¿Segura?— Me preguntó Kevin, mirándome.
Yo asentí y entonces Kevin tocó mi cabello para luego ponerse de pie e irse a hablar con Fangs cerca de donde estaba yo.
En eso sentí que alguien se sentó detrás de mí y tocó mis costillas, haciéndome retorcerme y cuando me giré, era Jughead con esa sonrisa estúpida de niño bueno y malo a la vez.
Es muy raro cuando es él quien me busca y que yo no tenga que andar tras él para que me note.
—Betts— Me llamó, tocando mi cabeza descaradamente. —¿Como estas?—
—Juggie— Lo saludé, mirándolo con una sonrisa. —Bueno... ¿Que como estoy? En realidad no me siento bien—
El cambió su expresión de presumido a una expresión de preocupación y me miró fijamente. —¿Que no te sientes bien? ¿A que te refieres? ¿Que tienes?—
Yo suspiré, mirando hacia el suelo, el verde tan relajante del césped. —No sabia que el amor fuera tan doloroso—
El me miró con los ojos abiertos como platos. —¿Que? Betty... ¿Como así?— Preguntó, atónito.
Yo lo miré y también abrí bien grandes los ojos cuando me di cuenta de lo que había dicho. —Nada... eso no fue... olvídalo—
Él sonrió presumidamente y buscó mi mirada aunque yo intentaba evadirlo. —¿Acaso estas enamorada?— Preguntó.
Yo lo miré y negué rápidamente. —Claro que no. ¿Por que crees eso? Lo que dije no...
—Lo acabas de decir. A ver... ¿Es alguien de aquí o no está en esta universidad?— Me preguntó Jughead.
Yo lo miré en silencio y sin saber qué decirle. ¿Que diablos le digo ahora si acabo de meter la pata?
—Betty...— Me llamó, desesperado por una respuesta y sin quitarme los ojos de encima.
—De acuerdo... pero no creas que está aquí adentro en esta universidad. Definitivamente no está aquí— Negué y mentí. Sería la oportunidad perfecta para confesarlo pero no lo haré.
El me miró y alzó una ceja, no muy convencido. —¿Segura? ¿Por qué siento que me estás mintiendo?—
—No estoy mintiendo. ¿Por que me gustaría un chico de aquí? Eww...— Hice una mueca de horror. Tengo que fingir lo mejor posible.
Jughead soltó una risa. —Betts... si me dices no le diré a nadie—
—Pero no estoy mintiendo Juggie— Aseguré, con la mirada baja. —Pero lo que si se es que tú ya no me quieres—
Su sonrisa divertida se borró e hizo algo que sinceramente no esperé, pero me encantó y dejó mucho que pensar.
Me abrazó y besó mi cabeza. —Eso no Betty. Sabes que eres mi chica, Betts. Jamás te abandonaría. ¿Por que lo dices?—
Yo me separé del abrazo y lo miré a los ojos. —Incluso pensé que ya hasta me odiabas. Casi no me hablas, casi no hablamos como antes— Me quejé.
El me miró con tristeza y suspiró. —Nunca sería capaz. ¿Por que te odiaría si eres de las mejores personas que conozco? El problema es que... ahora que se separaron los grupos por carrera... casi no tenemos tiempo de juntarnos. Cuando yo no soy quien tiene mucha tarea eres...
—Soy yo quien tiene mucha tarea. Lo sé...— Lo interrumpí, soltando un suspiro y mirando hacia abajo. —Pero... ¿Me prometes que trataremos de juntarnos al menos?—
Él sonrió y me volvió a abrazar. —Claro que si. Pero no vuelvas a pensar que ya no te quiero o que me he olvidado de ti. ¿Si?— Preguntó, separándose del abrazo y mirándome.
—Está bien— Acepté, sonriéndole. —Pero no me des motivos para creer eso otra vez. También eres muy importante para mi—
Él tocó mi cabeza y se puso de pie, guiñándome un ojo. —Hasta pronto Betts— Se despidió y se fue.
Yo me despedí de él con una sonrisa estúpida y un gesto con la mano y sin darme cuenta Kevin ya había regresado hacia mi, y nos pasamos la tarde hablando cosas sin sentido.
Me di cuenta de que sí le importo, pero no como quisiera en realidad.
¿Y ahora que?
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