Veintiséis

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Los meses pasaban y Margo cada vez se sentía mas gorda y menos productiva. La llevaban al cinco-cero un par de veces a la semana, pero para nada era como al principio. Casi no podía ni moverse.
Pues hinchados, respiración forzosa, barriga que parecía una sandia multiplicada por cien... El ultimo mes del embarazo estaba siendo horrible, desesperante. Tenia ganas de parir, pero le daba un miedo atroz hacerlo.
- ¿Otra vez leyendo esas entradas en internet?
Mcgarett aparece por detrás con Dani, que sonríe resplandeciente cada vez que la ve. Es una de las personas que más se preocupa por ella y que ha comprado mas cosas para los bebés: Jack e Isabella.
- Claro, tu lo tienes muy fácil porque solo tienes que darme la manita y ya está. Yo quiero saberlo absolutamente todo.
- lo vas a hacer genial, ¿vale? En serio.
Dani le toca la cabeza y le da un beso, justo antes de que Steve se siente a su lado, apoyado en la mesa, y acaricia la barriga con la mirada de amor mas pura del mundo.
Su relación se ha vuelto tan fuerte durante los últimos meses que, ni las misiones, ni su madre rondando por aquí, han conseguido mover un poco los cimientos de una unión que ya no tiene vuelta atrás.
Sale de cuentas en 3 semanas, pero tiene la sensación -y reza- para que sea cuanto antes. Necesita abrazar a sus hijos y dejar de cargarlos en la tripa como si fuera una mochila, porque acabará rodando por las calles de Hawaii de un momento a otro.
- Venga, vamos. Te llevo a casa.
Bajan por el ascensor, son las 12.15 del medio día y, por hoy, a hecho más que suficiente. Procura dejarlo todo bien atado para cuando no pueda venir -ni hacer cosas desde casa- el equipo tenga todo lo necesario para trabajar mas deprisa.
Le da pena tener que dejarlo, pero sabe que, cuando Steve vuelva al trabajo y ella se quede mas horas sola, no podrá con todo. Necesita descansar y priorizarse.
Aunque, claro, la vida parece que nunca le permite hacer lo que desea. Lo tiene claro cuando ve entrar por las puertas enormes del edificio a unos hombres con pasamontañas negros y pistolas.
Instintivamente se lleva la mano al pecho, y Steve hace exactamente lo mismo.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora