Tres.

1.7K 92 1
                                    

 Deja de llorar y se pasa las manos por las mejillas antes de beberse de golpe el vaso de agua que Steve le tiende. Es una profesional y tiene que calmarse, no ha pasado absolutamente nada y ha echo bien su trabajo. Perfecto, en realidad. Patrick Rodríguez tiene un chip baliza, ahora saben que hará en cada momento y sus compañeros de equipo siguen allí, como si nada hubiese pasado.

- Estate quieta.. - le dice cuando vuelve a pasarle un algodón por los arañazos que tiene en la mandíbula – Me queda un poco más y ya está.

Margo no contesta e intenta no quejarse demasiado. No quiere parecer una blanda a la que le duele cualquier cosa, en la academia le enseñaron a aguantar golpes peores. Ha caido des de varios metros y solo se ha echo magulladuras – o eso cree – por que le duele la muñeca.

- No creo que la tengas rota, pero te dolerá un par de días. - Steve parece haberle leído la mente, por que masajea la zona con cuidado y sonríe - ¿Por qué saltaste des de la ventana?

Él solo echo de recordarlo le produce náuseas.

- Estábamos en la habitación y.. Intentó besarme, el muy capullo. - murmura intentando no volver a llorar – Le pegué un puñetazo y.. Se volvió loco. Me empujó y empezó a pegarme, pero conseguí salir.. - se encoge de hombros – Aunque fuera por la ventana.

Steve se da cuenta de que tiene los puños apretados cuando empiezan a dolerle los antebrazos y los nudillos. ¿Cuantas veces habrá conseguido su cometido ese imbécil? A chicas indefensas, menores, sin conocimientos policiales ni las suficientes agallas como Margo. A muchas, seguramente prometiendo riquezas u otras cosas que luego no va a cumplir. Le da asco.

- Vamos a cogerlo, lo prometo. Y cuando eso pase ya tengo una paliza pendiente para él por lo que ha intentado hacerte. Ahora descansa.

- Gracias.. - susurra.

Se levanta del sofá y deja que Margo se tumbe allí y duerma un poco. Debe estar agotada, y el golpe que se ha dado, aunque fuera a pocos metros de altura, no lo soporta cualquiera. Parece una chica dura, y guapa. Muy guapa.

Coge el teléfono, marca el número de Jack y espera. A estas horas ya deben haber salido de la mansión, y solo quiere buenas noticias de ellos.

- ¿Jack? Soy Steve.

- Steve, ¿donde estás? Dime por favor que tienes a Margo contigo.

-La tengo.

El tío de Margo suspira aliviado al otro lado de la línea.

- Dime donde estás, vamos para allá.

No tardan más de quince minutos en aparecer con un montón de cosas que contar y un plan ya casi trazado. Conno tiene incluso algunos planos de la mansión e información clasificada de la central policíal que ha pedido por teléfono. Tienen a Patrick muy bien cogido, ahora solo les falta acabar con el trabajo y atraparle con las manos en la masa. Y eso será más complicado.

- ¿Está bien? ¿Sabes lo que le ha pasado?

- Patrick intentó abusar de ella y saltó por la ventana. No está nada mal para su primera misión.

- Margo siempre ha sido una chica dura. - murmura Jack – Se parece a su madre.

Mcgarrett no entiende nada hasta que Danno pregunta por ella y Jack lo explica, más o menos, por encima. Que nació aquí, quiénes son sus padres, porque se fueron.. Él conoce a esa chica. La cogió entre sus brazos al nacer, hace ya más de diez años, y ni siquiera la había reconocido. ¡Está enorme! Y guapísima, con un cuerpo y una compostura dignas de toda una mujer.

- Es Margo.. - murmura más bien para sí mismo– La pequeña Margo..

La observa con ternura y escucha a su tío contar un par de cosas más sobre ella y la vida en Nueva York antes de centrarse en lo realmente importante, el caso en el que llevan trabajando semanas y ahora van a cerrar gracias a Jack y su sobrina; la pequeña Margo.


Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora