Veintinueve;

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 Han acabado con todo el trabajo en la oficina y caminan tranquilas hastaun bar a pocos metros para comerse un bocadillo y tomar unacoca-cola. Lo hacen en menos de media hora por que tienen que volveral trabajo.

El móvil suena justo al entrar por la puerta:

- ¿Sí?

- Margo, soy Chin. - dice serio – Necesito que me hagas un favor. Un favor muy grande.

Margo asiente encantada, haría lo que fuera por eseequipo.

- Tienes que cuidar a mi sobrina esta noche, es importante. ¿Tienes algo que hacer?

- Eh.. No, claro que no.

- ¿Seguro? No sabía con quien contar y sé que se lleva bien contigo..

- No te preocupes, Chin. - sonríe - ¿Te va bien a las siete?

- Perfecto.

A esa hora pica a la puerta de la casa en la que viveuno de los integrantes del cinco-cero y no tardan mucho en abrir lapuerta. Una cabellera corta color pajizo y una sonrisa amable que lasaluda con dos besos antes de dejarla pasar. Dentro, en la cocina, laesperan Chin poniéndose bien la corbata y su sobrina sentada en unade las sillas comiendo gofres de chocolate y nata. La pequeña sonríe al verla y salta de la silla para recibirla con un abrazo:

- ¡Me alegro de verte, Margo!

- Yo también, - dice agachándose - ¿como está yendo el cole?

- Bien, pero hasta el Lunes no tengo que ir.

Tiene razón, y ella a trabajar tampoco. Tiene dos días para relajarse y no hacer nada junto a Mcgarrett, aunquedesgraciadamente los asesinos, ladrones y chantajistas no conocen defines de semana. Solo espera que este consiga ser especial:

- Te he dejado todo apuntado en una nota en la nevera, los teléfonos de todos a los que puedas necesitar si pasa algo, ¿de acuerdo?

- No va a pasar nada, Chin.. Vete tranquilo.

El hombre sonríe, le da un suave beso en la mejilla ypasa la mano por su cabello con cariño, como si le tuviese unaadmiración fuera de lo normal. A pesar del poco tiempo que hace quese conocen parecen algo así como una familia. Suena raro, pero lascosas empiezan a normalizarse en su vida y los compañeros de Steveya han aceptado su relación con Margo. Aunque no se tratan como tal frente a mucha gente, la verdad sea dicha.

- Pasarlo bien, nos vemos luego.

- ¡Adiós, chicas! - exclama con una sonrisa antes de irse.

Cierran la puerta, dejando solas en la cocina. Vuelven asentarse en la mesa y Margo decide hacer un batido de frutas paraambas a modo de cena, a parte de los gofres de chocolate.

  Diana vuelve a poner otro capítulo desus dibujos animados favoritos – el cuarto en la última hora ymedia - y Margo sonríe, sin poder decirle nada. Es tan mona.. Y laquiere mucho, des de que la conoció por primer vez y Chin le explicótodo lo que había pasado antes de poder encontrarla le ablandó sucorazón. Una familia tan dañada por el odio y los problemas.. Aveces piensa en como sería su vida si nada de eso hubiese sucedido,ni la muerte de sus padres, ni la de Malía.. Todos felices,contentos, pero separados por elecciones del destino seguramente. Puede que así, ni siquiera Steve hubiese formado nunca elcinco-cero. Ni ella haberle conocido realmente.. Eso le revuelve el estómago.

Mira el reloj y luego a la pequeña, es más tarde de loque creía:

- Diana, tenemos que irnos a dormir. Es tarde y mañana hay que levantarse pronto..

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora