Siete.

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 Es tarde, pasadas las ocho, y ella sigue encerrada en su habitación muy cabreada. Tanto que ahora mismo parece el diablo. ¿Como ha podido encerrarla en su propio cuarto? ¡Dios, va a matar a su tío en cuanto le vea! Por más que empuja y da patadas a la puerta no consigue abrirla, y no quiere romperla por qué va a tener que pagársela ella al casero.

Ha llamado a Kono tres veces pero nada, no contesta y no quiere agobiarla. Seguro que está trabajando en algún caso o hablando con el idiota de su tío, es una auténtica mujer de las fuerzas del orden. Algún día le gustaría ser como ella, o superarla. Pero no es momento de pensar en ello, así que sigue buscando soluciones y consigue una que ni imaginaba. ¿Des de cuando tiene el número de Mcgarrett? Ni siquiera recuerda habérselo intercambiado.

Marca y espera unos segundos hasta que sale el contestador:

- ¡Mierda!

Tira el móvil sobre la cama e intenta pensar algo más. Vive en un segundo bastante alto así que la idea de saltar no es igual de jugosa que en la mansión de la otra noche, aquí se haría mucho más que un par de magulladuras. Pero, aún así, se lo piensa durante un rato, hasta que el teléfono vuelve a sonar y lo coge casi volando:

- ¿Margo? - la voz de Steve la hace sonreír - ¿Me has llamado?

- Sí.. ¡Sí, sí! ¿Estás con mi tío?

- No, ¿por qué? Acabo de salir de hablar con el gobernador.

- ¿Cómo que por qué? - grita - ¡Por que me ha dejado encerrada!

Steve gira en una de las calles, acercándose al piso deJack mientras le pide que se calme. Tiene que explicarle lo que ha pasado para que pueda ayudarla e intentar arreglar la situación.

- ¡Me ha encerrado en mi cuarto! ¡Joder, en mi propio cuarto!

- ¿Qué? ¿Por qué?

- ¡Está loco!

No puede dejar de gritar y eso a Steve le hace gracia, aunque no se ríe por respeto a la chica, que cada vez está más sobresaltada.

- Vale, vale.. Voy para allá.

- Pero no puedes.. La puerta está cerrada y..

No le da tiempo a acabar con la frase porque Mcgarrett ya ha colgado, pero no tarda ni diez minutos en escuchar la puerta del piso y poco después al otro lado de la que da a su cuarto. Pica un par de veces y se comunica con ella antes de forzar la puerta y entrar, descubriéndola echa una furia con el pelo revuelto y las mejillas sonrrojadas.

- Oh.. Dios.. Por fin. ¡Gracias!

Antes de poder darse cuenta la tiene tirada sobre él, cogida a su cuello y con la melena haciéndole cosquillas en los brazos. Le aprieta fuerte, con el rostro pegado a su cuello mientras respira con nerviosismo, como si estuviese muy cansada. Steve la agarra durante unos segundos y la baja al suelo con cuidado, para quedar a poco más de cinco centímetros de sus labios. Puede incluso sentir como sus respiraciones se mezclan y se separa un poco más antes de toser:

- Perdón.. - murmuran casi a la vez.

Steve sonríe, observando la habitación.

- ¿Se puede saber que ha pasado?

La chica se lo explica todo, haciéndose una coleta alta que le despeja la cara. Está sofocada, con mucha calor y ganas de beber agua hasta morirse. Le cuenta la conversación que ha escuchado antes de entrar y la que han tenido mientras fregaba los platos. Después quiso salir con él hacia las oficinas y volvieron a discutir, gritos y más gritos hasta que Jack la cogió en volandas y la metió en su cuarto, atrancando la puerta.

- ¿Te lo puedes creer? ¡Está jodidamente loco!

- Tu tío siempre ha sido un hombre de armas tomar.. Y muy cabezota, por cierto.

- ¿Te estás riendo de mi?

Steve no puede evitar sonreír y luego llevarse una de las manos a los labios para que no se note, pero es imposible. Margo lo capta todo, como buena mujer y agente que es. Le pega un puñetazo en el hombro y vuelve a quejarse, esta vez de los escasos sentimientos de Mcgarrett a la hora de escucharla.

- Vale.. Vale. - murmura – Vamos a las oficinas y arreglamos todo esto en un momento.

Salen del piso y se suben al coche, un cuatro por cuatro bastante nuevo que seguramente le habrá facilitado el governador. Margo enciende la radio y la deja de fondo mientras el vehiculo se mueve por las calles de la ciudad hasta el centro. Se detienen en un semáforo en rojo por el que pasan un grupo reducido de personas, Margo mira por la ventana distraída cuando ve a una mujer mayor caminando tranquila con su bolso y como un chico joven, más alto que ella y fuerte, con capucha, la empuja, coge su bolso y sale corriendo:

- ¡Steve! - grita antes de abrir la puerta y saltar fuera. - ¡Detente!

Cruza la calle, corriendo entre los coches parados, hacia el chico que también lo hace. Empuja a las personas que pasean por allí y Margo se disculpa tras él mientras sigue acelerando, cada vez más cerca del ladrón. Lo tiene a pocos metros, escasos, y en cuestión de segundos ha conseguido pillarle. Se abalanza sobre el chico sin ningún tipo de miramientos y le tira al suelo, dejándole caer de cara. Se quita el cinturón en microsegundos y le ata la muñecas.

Steve aparece corriendo tras ella y sonríe agotado cuando les encuentra, Margo a horcajadas encima del tipo y este quejándose de mal humor:

- ¿Que.. Ha pasado?

- Le he visto robando el bolso. - dice presionando contra el suelo al de capucha - ¿Pensaste que te ibas a salir con la tuya? ¡Te he visto, capullo! ¿Como puedes hacerle eso a una señora mayor?

Se gira, mirando al inspector Mcgarrett con orgullo y levanta al tipo al que ha tirado al suelo con su ayuda, quitándole el bolso de las manos para devolvérselo a su dueña. La mujer acaba de llegar con una enorme sonrisa y lágrimas en los ojos:

- Muchísimas gracias preciosa.. Oh, dios mío. Gracias de verdad.

Coge su bolso y la abraza con una sonrisa.

- ¿Lo tiene todo? - pregunta – Por favor, mire si le falta algo.

La anciana lo hace y asiente, volviendo a agradecerle a la chica y su acompañante lo que han echo. Aunque Steve en realidad no ha echo nada esta vez, absolutamente nada. Y está realmente impresionado por como Margo ha saltado de su todo terreno y ha atrapado a ese tío en apenas tres minutos y medio de carrera.

- Vas a ser una gran policía, Margo.

Le dice mientras sonríe orgulloso antes de mandar una patrulla a recoger al delicuente.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora