Diecinueve;

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Han pasado cinco días, en los que se han visto por la mañana por temasde trabajo y por las noches, única y exclusivamente por placer. Hancenado juntos en casa de Steve y han reído contándose idioteces ycosas del trabajo y la academia. Nadie ha sospechado nada, como ya esnormal, aunque Steve no la ha mirado ni de reojo en todos losmomentos que se han reunido con el cinco-cero o Jack. Realmenteincómodo, sobre todo el primer día.

- ¿Como ves el sofá ahí?

- Yo bien, así hay más espacio en el salón y si vienen invitados tenemos más sitio. La mesa también está bien ahí y solo nos quedan los cuadros y algunos detalles más, ¿no?

Su tío la mira, asiente y sonríe, aunque no muyconvencido.

- Sabes que no le puedes coger mucho cariño a este sitio, ¿verdad? No sé cuanto podremos quedarnos. Quizá unos años, puede que solo meses.. Nunca se sabe.

- No importa, - aunque por dentro siente un nudo en el estómago – disfrutemos mientras tanto.

Siguen con la decoración hasta después de comer, casilas cinco y media de la tarde, cuando llegan Danny y Konno parahablar con Jack sobre unos planes bastante importantes en los que yaestán trabajando. Se encierran en el despacho durante más de doshoras y cuando se marchan lo hacen con una sonrisa pero gesto tenso.Algo raro debe de estar pasando por que ni siquiera su tío le haquerido contar nada al respecto.

- ¿Estás bien?

- Sí, sí.. No te preocupes. - murmura serio – Acabamos con esto y me marcho, que tengo que hablar con Steve de algo importante.

Asiente pero se tensa al escuchar ese nombre, es raro que Jack no se de cuenta. Aunque teniendo en cuenta que se pasó unaño y medio saliendo con un chico hace dos años y ni siquiera lepreguntó al respecto. En esta tema es mejor que no lo haga, en realidad.

Todos los muebles y los cuadros están colocados en susitio en el comedor, la cocina y el pasillo. El despacho de Jack estácerrado con llave, como el del piso en Nueva York, y el suyo patasarriba todavía.

- Decora tu cuarto como quieras, él mío ya lo pondré a mi gusto cuando tenga tiempo, ¿vale? - Margo asiente con una sonrisa mientras le da un beso – Me voy, no se a que hora estaré de vuelta pero si quieres mirate algo para cenar, por si acaso.

- Vale, si necesitas cualquier cosa me llamas y te preparo algo o lo que sea..

- No te preocupes, estaré bien.

Coge las llaves, el móvil y su chaqueta tejana con unchapa de la marina en el costado antes de irse, dejándola sola y conel piso más o menos desordenado. Ahora está preocupada y sin ganasde ordenar, pero es algo que tiene que hacer si no quiere vivir entre la porquería durante un montón de horas.

  Mira el reloj de pared de nuevo,intentando no ponerse más nerviosa de la cuenta. Ha ordenado todo loque le faltaba, incluído su habitación y algunas cajas de lamudanza, aunque le quedan tres todavía. Se ha pueto ha hablar conalgunos chicos y chicas de la academia y su clase en Nueva York para distraerse durante estas dos últimas horas pero nada, no consiguedespejarse. Son las dos y media de la mañana y su tío no ha llegadoni llamado todavía, hace más de cuatro horas que se marchó y si no doliese se arrancaría el pelo.

¿Y si le llama? Joder.. Pero como lo haga y no estépasando nada importante a lo mejor se cabrea con ella y jode algoimportante. ¿Y a Steve o alguno del cinco-cero? Tal vez tenganinformación. ¿Y su móvil? Lo busca por todo el piso y marca en suscontactos a Mcgarrett, que no contesta. Lo intenta también con Konnoy Chin, pero es el mismo resultado y empieza a ponerse más nerviosatodavía.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora