Once

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 Se pasa la mañana sin hacer mucho, en realidad. Pasea, recoge... Se deshace de la ropa poco antes de comer y se baña en el mar del que puede disfrutar Steve frente a su casa. Es algo tan impresionante... No lo piensa dos veces. 

Se mete completamente desnuda, muy despacio, sintiendo cada parte de su cuerpo mojarse lentamente por el agua. Fría, a pesar del clima, al principio, pero mucho más gustosa en cuestión de segundos. Margo sonríe y piensa en las cosas bonitas que han pasado esa noche, lo mucho que se han dicho...

- Está saliendo bien... -susurra casi sin darse cuenta. 

Su trabajo en el colegio, ayudando a Steve en la oficina... Sus amistades también están bien y todo el mundo se alegra de tenerla cerca. Puede ver a Stefan más continuo, adora salir de vez en cuando con Jerry y las chicas cinco-cero dicen estar más tranquilas teniéndola cerca. Son familia, al fin. Aunque... Un escalofrío la recorre de pies a cabeza de repente. Intenta no hacer caso, pero su intuición no le ha fallado nunca, así que se pone nerviosa. ¿Por qué ese escalofrío? No lo entiende. 

Sale del agua y se enrolla en una toalla que ha encontrado en el baño para secarse y ponerse la ropa interior, después sube las escaleras y se viste con una camiseta de Steve Mcgarrett, que le queda enorme, y se mete en la cama. No está realmente cansada, pero el baño matutino le ha sentado tan bien, dejándola tan relajada... Le apetece aprovechar el fin de semana de esa forma. En cuanto llegue Steve, hará algo rico de comer para ambos y le dirá de ver una película o hacer algo de lo más sencillo. Esta vez no piensa convertir su relación en una película de acción. Si quieren estar juntos, será por las buenas. Con problemas de lo más normales y cosas de Margo y Steve, no del cinco-cero ni del FBI. Y, por supuesto, nada que tenga que ver con secuestros, palizas y demás. 


 Steve aparece y ella sigue durmiendo. Ya son más de las tres, pero no ha comido nada y él parece igual de hambriento. 

- Eh... Pequeña... 

- Mmm... 

Acepta de buen grado que la bese y la acune entre sus brazos y huele su perfume con mimo mientras se despierta lentamente. 

Comen juntos, hablan sobre la mañana que han tenido, muy distinta la una de la otra, y ríen como críos haciendo tonterías. Están enamorados, aunque cueste creerlo y las cosas no hayan sido de lo más sencillas. Ha pasado el tiempo y ellos siguen luchando día a día por seguir unidos, de la forma que sea. 

- Eso tiene que ser por algo, ¿no? 

- Supongo... -Steve sonríe como un niño- Pero con todo lo que ha pasado... 

- Pues con más razón, ¿no crees? Nos hemos hecho más fuertes a cada momento, con cada obstáculo, y ahora las cosas no pueden salir de otro modo que bien. Estoy segura de ello. 

Steve recoge los platos y vasos y camina hacia la cocina para lavarlos antes de que empiecen a acumularse. Margo no insiste porque no quiere parecer desesperada y acabar en una discusión, pero siente curiosidad por lo que piensa Mcgarrett y le da rabia que tenga que pensar tanto las cosas. ¡Se nota que la quiere¡ ¡Se lo ha dicho mil veces! Y han vuelto a hacer el amor... Eso solo puede significar que... 

Joder, sí. Que la quiere. Ella también le quiere a él. 

- Todo va a salir bien, Steve -se acerca y le abraza por detrás plantándole un beso en el hombro-. Pase lo que pase, saldrá bien.





Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora