Seis.

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  Steve lleva sentado en el sofá diez minutos, pensando en todo lo que han pasado de tarde hablando y planeando. Jack se ha vuelto completamente loco tras la explicación de su sobrina, sacando su lado más protector a flote. Es la única familia que le queda, o que él sepa, al menos. Kono y Chin lo ven arriesgado pero creen que si se hace bien puede surtir efecto, y Danny.. Ya sabe como es, y es normal que también se preocupe. Grace solo tiene algunos años menos que ella.

- ¿En serio crees que podría salir bien?

Suspira y se lleva las manos al mentón,  acariciándolo con fuerza mientras lo piensa.

- No lo sé.. Es muy arriesgado.

- ¡Claro que es muy arriesgado! ¡Margo está loca!

La chica es fuerte, valiente y decidida. Toda una cabeza de grupo si se lo propone, como su madre cuando estaba en el cuerpo de policía. Así consiguió llegar hasta arriba y ser una de las mejores en poco menos de dos años.

Ha planeado otra infiltración, esta vez la definitiva, en la fiesta que habrá en cinco días en una de las discotecas más concurridas e importantes de la isla. La sala V.I.P va a llenarse de personajes importantes con mucho dinero y planes de inversión. Ella entra, hace un reconocimiento de la zona y se junta con los hombres de Patrick y este mismo, con atuendo distinto y peluca para no ser reconocida. 

- Tenemos que pensar algo para antes de sábado, por que sino..

- ¿Por que sino que, Steve, vas a dejar que lo haga?

Mcgarrett asiente pensativo.

- ¡Solo tiene diecinueve años!

- Pero quiere ser policia y ha estudiado para ello, Danny. Es su deber como agente.

El rubio suspira y se marcha del comedor para entrar en la cocina y beber un poco de agua, necesita aclararse la garganta e irse a casa a descansar. Mañana será un nuevo día con nuevo casos que investigar y solucionar, como de costumbre en esa isla y para el cinco-cero.

- Nos vemos por la mañana, Steve. Intenta dormir un poco.

- Lo haré.. No te preocupes.

Sale de la casa y deja a su compañero solo, subiendo las escaleras mientras se deshace de la camiseta y poco después de los pantalones y la ropa interior. Se da una ducha rápida y se mete en la cama sin cenar, no tiene hambre. Mañana desayunará frente a la playa, sentado en la silla de siempre antes de entrar en las oficinas y empezar con fuerza el día.

  Son las seis y media cuando recibe una llamada a su teléfono y salta de la cama para vestirse. Tienen un caso a pocas manzanas de allí y tiene que acudir cuanto antes. A Danny también le han llamado y va de camino.

- Una pareja muerta a balazos al salir del supermercado. Una mujer desde esa ventana vio a un hombre con capucha salir corriendo hacia uno de los callejones y segundos después los cuerpos, por eso llamó a la policía.

- Según la hora a la que llamó y la temperatura corporal de las víctimas han muerto hace más de dos horas. A las tres y media de la mañana, más o menos - dice uno de los de la científica.

- Bien.. Analizadlo todo, en cuanto tengáis algo llamadme.

Se aparta y sube al coche de Danny, conduciendo por las calles de la isla hasta llegar a las oficinas del cinco-cero. Allí, Kono ya tiene un par de cosas por explicarle sobre las víctimas y la posible relación con un vecino poco amistoso al que no le gusta demasiado relacionarse con el resto.

- Chin, ves a hacerle una visita.

- Sí.

El asiático se aleja y sale del edificio minutos después para subirse en su coche. Su prima le manda la ubicación exacta.

- Voy a encerrarme un rato en mi despacho y hacer un par de llamadas, ¿vale, Kono? - la chica asiente con una sonrisa – Si necesita algo avísame.

  En la otra punta de la isla, en un parque lleno de accesorios para ejercicio, Margo suda tanto como puede corriendo de un lado para el otro y haciendo estiramientos. Un par de chicos se la quedan mirando des de un banco y cuchichean de vez encuando, pero no le da importancia.

Doce minutos después, cuando suena su alarma, se echala toalla por encima y bebe un poco de agua mientras sale del parque:

- ¡Perdona! ¡Perdona!

Se gira justo para ver al rubio de media melena rizada que corre hacia ella. Tiene los ojos azules y una sonrisa muy bonita, algo tímida:

- Llevo un rato viéndote hacer ejercicio y.. - se lleva las manos a la cabeza y resopla – Eres muy guapa, cosa que ya te habrán dicho muchas veces, pero.. Me gustaría saber si tienes novio.

Margo sonríe, el chico es realmente mono.

- No, la verdad. ¿Por qué?

- Por si podrías darme tu número para llamarte algún día y.. No lo sé, tomar algo.

Asiente y coge el móvil que le tiende el chico para apuntarle su número. Después pasan unos minutos en presentaciones y charlas sin sentido sobre que es nueva en la isla y que a él le encanta hacer surf.

- Bueno.. Tengo que irme - murmura tendiéndole la mano –. Ya nos veremos.

- Claro - sonríe dando pasos hacia atrás –. Te llamo en un par de días, como mucho. ¿Vale?

- ¡Vale!

Ambos chicos la ven alejarse y ella no tarda más de cinco minutos en llegar corriendo a casa. Sube las escaleras y se planta frente a la puerta, escuchando voces y ruidos al otro lado. Es su tío Jack, y no parece contento.

- ¿Como puedes estar diciéndome eso? ¡Es solo una cría! - hace una pausa y vuelve a golpear algo - ¡Que no, joder, me da igual que sea su trabajo! ¡Todo era mucho más fácil cuando solo estaba en la academia!

Hace ruido con las llaves y luego con la puerta, como si le costase abrirla para que a su tío le de tiempo a despedirse como si fuese un amigo y colgar. Le sonríe, le da un puñetazo en el hombro y le comunica que va a ducharse antes de comer. Esta vez si que lo hacen en casa.

- He comprado un poco de pasta con queso y cerveza, no está mal, ¿eh?

- Pues no, la verdad. Brindemos por nuestro nuevo piso, entonces.

Lo hacen y conversan un rato más sobre tonterías, nadaque ver con la policía, el cinco-cero o el trabajo. Son pocas las veces que no se dice absolutamente nada sobre esos temas en la mesa o viendo la tele frente al sofá. Les encanta el trabajo que tienen y no dudan en hacerlo saber, pero esta vez es distinto.

- Tengo que ir esta tarde al cinco-cero.

- Voy contigo.

- No - sentencia mientras lava los platos.

- Claro que iré contigo, no me lo puedes prohibir.

- Soy tu tío, vas a hacerme caso si o si. Y no vamos a discutirlo.

Se da la vuelta otra vez y sigue a lo suyo, dejando a Margo sentada frente a la mesa con las cosas muy claras: si no puede ir con Jack al cinco-cero irá sola después. Tiene el número de Kono.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora