Veinti cuatro.

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10 días, 4 horas y 47 minutos desaparecida;

 Está amaneciendo y tres hombres la cogen a ella y cuatro chicas más paravendarles los ojos, acordonarles las muñecas y subirlas a un camión. Gritan, se quejan y reciben golpes hasta escuchar las puertas cerrarse con fuerza. El camión arranca y caen unas encima de lasotras, haciéndose más daño en piernas y brazos. ¿Donde nariceslas llevan ahora? ¡Si Adam tenía que venir a recogerla! Joder.. Intenta zafarse de los agarres de las muñecas pero antes cae lavenda de los ojos, parpadea y se fija en sus compañeras. Dos rubiasy otra morena, como ella. Delgadas, piel canela y cuerpo bonito, ninguna tendrá más de veinti tres.

- ¿Alguna habla mi idioma? - susurra, acercando la cara a ellas.

Giran la cabeza hacia su voz y entre abren los labios, asustadas, peroesperan unos segundos antes de hablar. En realidad, solo una de ellaslo hace:

- Yo.. S..Soy de Hawaii. Nací aquí.

- ¿Como sabes que estamos en la isla?

- N..No lo sé.. Pero no nos han podido llevar muy lejos, ¿no?

Enmudecen unos segundos mientras las otras dos hablan en un idioma que noconoce, coreano o rumano, quizá. No las entienden, pero están igual de asustadas que ellas. No hay duda.

- Tenemos que salir de aquí. - tose y añade – Tenemos que salir antes de..

Elcamión frena en seco y vuelven a chocarse entre ellas antes devolver a acelerar y seguir su trayecto. Alejándose de la casa donde se han pasado nueve días.

Margo intenta quitarse las cuerdas de nuevo, pero incluso haciéndose dañono puede. Es imposible. Se las han apretado para que no puedaescaparse, pero si que puede ayudar a Elena, la chica que habla su idioma, a quitarse la venda de los ojos para que ambas puedan ver el cubículo asqueroso en el que están metidas:

- ¿Puede mover las manos? - Elena niega sollozando - ¿Y los dedos? Aunque sea para poder quitarme las cuerdas y ayudarte a ti.

Elena se concentra todo lo que puede y coge entre sus dedos las cuerdaspara tirar de ellas y deshacerlas. Margo sonríe orgullosa y ayuda a Elena a quitarse las suyas, después a las otras dos mientras lespiden que se callen. Si hacen cualquier ruido sabrán que algo raro pasa y vendrán a buscarlas.

- Vale, a ver.. - susurra intentando que todas la entiendan – Tenéis que gritar, muy fuerte, para que vengan a abrir y podamos atacarlos. Y tenemos que hacerlo antes de llegar a nuestro destino por que, creedme, va a ser peor.

Asienten,ha costado pero las dos rubias de media melena parecen haberentendido sus gestos y aclaraciones, por que no tardan en ponerse agritar y patalear como locas. Un minuto, dos, tres.. El camión notarda en detenerse y se escuchan ambas puertas de la parte delantera. Margo y Elena se preparan frente a las puertas para atacar cuandoabran, pillándoles por sorpresa para poder huír.

- ¿Que cojones pasa ahora, eh? - pregunta uno de ellos al ritmo que abren.

- ¿Se puede saber que..?

Se les echan encima, una sobre cada uno para atizarles con los puños enla cara. Uno ellos cae inconsciente pero el otro consigue coger lapistola y disparar, dos tiros al aire que se oyen a kilómetros deallí.

Margorecibe un rodillazo en el estómago que la hace caer de lado pero en cuanto intenta atacarla Elena le da con una piedra en la cabezadejándolo igual que a su compañero, la ayuda a levantarse y se giran a la vez para ayudar a bajar a las otras dos chicas.

- ¿Pero que..?

La de ojos azules mira a Margo y después a la otra chica, que yace enel suelo con una herida de bala en el pecho. Tiene los ojos cerradosy no parece estar viva, ni respira ni tiene pulso. La herida haimpactado en algún órgano vital y no pueden hacer nada.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora