Dieciséis

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Margo corre por los pasillos hasta dar con la puerta de la habitación de Steve, donde frena en seco, jadeando. Se siente las mejillas rojas, por los nervios y por la carrera. Cono la pilla antes de que se decida a cruzar la puerta. 

- ¿Qué? ¿No entras? 

Se miran un momento.

- Me da miedo... 

- ¿Miedo qué? -sonríe- ¿Steve? 

- Lo que suceda a partir de ahora... No sé que voy a encontrarme y... 

Cono le planta una mano en la espalda y la empuja lentamente hacia la puerta para que entre. Margo resopla y obedece. 

Hay gente dentro, alrededor de la cama de Steve. Todos se giran para mirarlas, pero Margo siente que la atención está puesta por completo en su persona. Traga saliva y avanza, lento y pesado, hasta que consigue llegar a dónde Mcgarrett descansa con los ojos entrecerrados y una sonrisa débil, pero sincera. 

- Eh... -es lo único que susurra Steve, mirándola directamente a los ojos. 

Margo se echa a llorar y se acerca para abrazarle con cuidado, lo que menos quiere ahora mismo es hacerle daño. Llora contra su pecho mientras siente una de las manos de Mcgarrett acariciándole el pelo y ni siquiera se da cuenta de que se han quedado solos hasta que vuelve la vista y no ve a nadie en la habitación. 

- Cómo me alegro de verte... -susurra él. 

- Y yo... Joder, por un momento pensé que te perdía. Lo he pasado fatal. 

Hay un silencio que dura varios minutos. Margo se acomoda a los pies de la cama de hospital y observa a Steve y todos los cables que le rodean. 

- Ya me han contado lo que ha pasado durante estos días... En cuanto pueda levantarme de esta cama voy a ir a agradecerle mi riñón nuevo a Danny. Ese tío me ha salvado la vida de muchas maneras, pero esta es pasarse. 

- La verdad es que si... Esto ha sido una locura. Yo también me hice las pruebas, pero... -se queda callada y chasquea la lengua, mirándose las manos- Nada. Danny ha sido el que firmó al final. 

- Bueno... Lo importante es que todos estamos bien. No te preocupes. 

Margo asiente y sonríe, sin atreverse a desvelar todavía lo que le dijo el doctor. Después, tendrá que buscarlo para hablar con él y que le dé las pruebas irrefutables del embarazo. Solo de pensarlo se le eriza el bello de los brazos y tiene ganas de vomitar, llorar y salir corriendo. Todo a la vez. 

- Danny está bien, ¿verdad? -Steve frunce el ceño. 

- Sí, sí. Todos estamos bien, no te preocupes.  

Steve sonríe y parpadea, cansado. 

- Te dejo descansar, ¿vale? Cuando te despiertes estaré aquí, y me quedaré hasta que te envíen a casa. 

- Y después. 

- Y después- repite ella poniéndose en pie. 


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¡Hola! 

Este es más cortito, no me matéis. En nada sigo. 

¿Qué creéis que pasará? 


¡Espero que estéis todos bien! :D




Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora