Veintiséis;

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 Los cuatro agentes las miran con el ceño fruncido y vuelven a preguntarsobre todo lo que pasó, cualquier detalle sobre la habitación, loshombres o alguna otra cosa que pueda ayudarles con la investigaciónque han abierto contra la yakuza. Es un tema realmente delicado, llevan años intentando cazarles y no lo han conseguido, quien sabesi esta vez será distinto.

- Ya lo hemos contado todo.. No sabemos nada más.

- ¿Seguro? - Asienten las tres – Bueno.. Si recordáis algo, cualquier cosa, ya sabéis donde llamar.

Se despiden con gesto profesional y salen de lahabitación, la televisión sigue sonando y Yan es única que la ve,aún atontada por los sedantes. Fuera, los agentes que custodian suhabitación hacen su cambio con otros tres que hacen el turno detarde. No hay un solo momento en el que no tengan vigilancia policial.

- Me duele la cabeza.. - susurra Elena – Esto de tener visitas de la policía cada dos por tres acaba por cansar muchísimo.

- Lo sé.. Duermes con una al lado por las noches.

Ambas ríen y se miran con expresión cariñosa, des deque se conocieron hace cuatro días han echo muy buenas migas, son parecidas y tienen la misma edad – como Yan -. Todas a punto de cumplir los dieciocho, son lo que más piden los clientes, alparecer.

Malditos cerdos..

- ¿Sigues sin saber que hacer con el tema del capitán?..

Margo mira a Elena y niega con pesadez, resoplandodisgustada. Des de aquel beso en el pasillo todo ha ido de mal enpeor; la operaron del brazo para escayolarlo y mientras ella pasabados horas en un quirófano Steve reunía el valor para decirle a sutío Jack todo lo que había pasado, incluído entre ellos. Y, comoes de imaginar, Danny y Chin tuvieron que separar a Jack para que no lo mandara también al hospital.

- Tienes que entenderle, Margo. Es tu tío, tu única familia, y quiere protegerte. - sonríe – Que su sobrina de diecisiete años esté con un amigo suyo de treinta y cuatro..

- Si tienes razón, pero yo que se.. Nadie nos ha puesto una pistola en la cabeza para que estemos juntos, ¿no? ¿Donde ha quedado eso de que el amor no tiene edad?

- Yo te entiendo, estuve con un chico ocho años mayor que yo el año pasado y mis padres montaron en cólera..

- ¿Así? ¿Y que pasó?

- Acabaron aceptándolo, y hace unos meses lo dejamos pero por temas que no tenían nada que ver.

Ambas se quedan en silencio, sumidas en sus pensamientosy problemas, buscando soluciones quizá. De los cuatro días que han estado allí su tío Jack solo asisitió el primero cuando laencontraron, llorando y alabando al cielo el regalo que le habían echo. Luego pasó todo lo demás, la confesión y la pelea, la charlallena de gritos de después y el portazo final. Des de ese momento ni rastro de él, aunque Danny ya le ha dicho que tiene que pensarlo muybien y acostumbrarse a la idea. Tiene que darle tiempo por mucho queno le guste.

La puerta se abre con lentitud a la vez que tocan conlos nudillos y Steve asoma la cabeza y una sonrisa, Margo sonríe también y le hace pasar. Yan y Elena les miran, y cuando Steve sacade su espalda una caja de bombones empiezan a aplaudir y a pedirle que les den unos cuantos.

- ¡Si esos están buenísimos!

Steve y Margo se miran con una sonrisa y ella le haceuna señal para que les de unos cuantos, ellas no se los va a poder comer todos. Él lo hace y deja la caja con los restantes sobre laspiernas de Margo para sentarse al lado, sobre la cama, y acariciarleel brazo.

- ¿Como estás? - pregunta con cariño – Ha venido otra vez la policía, ¿no?

- Sí.. Querían interrogarnos otra vez, ya sabes. Para más información.

- ¿Y se lo habéis dicho todo? - las mira a las tres y ellas asienten – Bien.. Y cualquier cosa podéis contar conmigo, ¿vale?

Vuelven a asentir y sonríen, mordiendo las dos a la vezuno de los bombones. Yan con licor y Elena de chocolate blanco, sus favoritos. La morena prefiere probar los diferentes sabores de loslabios de Steve, pero en privado y en un lugar tranquilo. No con todoel mundo pudiendo entrar en cualquier momento y esas dos allí, en las camillas de al lado.

- ¿Has hablado con.. Bueno.. Con mi tío?

Mcgarrett frunce el ceño y se señala el moratón quele cubre la mitad del pomulo, ahora ya está mejor pero antes era casi negro como la oscuridad más absoluta y daba una mala impresiónque echaba hacia atrás.

- ¿Tu has visto esto? - pregunta serio – No lo he vuelto a ver y de momento es lo mejor, Margo..

- ¿Y cuando quiera volver a casa qué?

- ¿Cuando te dan el alta?

- Pasado mañana si todo va bien, pero supongo que hay cosas más importantes ahora mismo.

Steve la mira un momento y suspira, le acaricia de nuevoel brazo y lo aprieta con fuerza. Sabe de sobras que el jefe de policía que vino ayer a verlas lo hizo para decirle a Margo que encuanto quisiera podría ir a hablar con ellos para unirse al cuerpode policía. Es buena, y si sigue queriendo podría perfectamente unirse a ellos y empezar patrullando con algunos compañeros o haciendo algunas misiones no muy dificiles. Después de todo esto lo mejor es que comience de abajo de nuevo o acabará por volverse loca.

- ¿Que vas a hacer?

- Decirles que si. - sonríe - ¡Es lo que siempre he querido! Pero con esto..

Se mira el yeso y resopla, le quedan dos semanas con él – como mínimo – pero aunque sea archivando papeleo y cogiendo llamadas quiere estar en comisaria, vestida de agente y con mil cosas que aprender. Y si así gana dinero pues ya es lo mejor.

- Vas a ser la mejor de las policías, ya lo verás.

- Y algún día del cinco-cero.

Steve sonríe y niega con gracia mientras Margo y su cara de chulería le fascina. Es realmente lo que quiere, y ha dejado muy claro que puede serlo. Una de las mejores en realidad.

- Bueno.. Eso tendremos que verlo.

- Voy a ser del cinco-cero, y voy a destronarte. - sonríe orgullosa – Ya lo verás.

Mira a sus amigas y estas se echan a reír. Steve acabacontagiándose también entre las risas de esas chicas y cuando entra Chin para hablar con él odia tener que marcharse a trabajar en distintos casos sin poder parar ni un segundo. Su estilo de vida nose lo permite.

- Nos vemos en otra ocasión, ¿vale, chicas? Y cualquier cosa..

- Podemos contar contigo. - exclaman todas a la vez.

Luego vuelven a echarse a reír y él se marcha con unasonrisa y algo dentro de su ser que le tranquiliza. Y le asusta quesea la primera vez en tanto tiempo que se siente así, como si todoencajara después de años. A pesar del kaos que es en realidad su vida y lo mucho que tiene que luchar contra los demás para que le dejen estar con Margo.

Quien lo diría.. Él, Steve Mcgarrett, ex combatiente en la marina y jefe del cinco-cero, a sus treinta y cuatro años, enamorado de una chica a punto de cumplir los dieciocho y con la que tiene una foto del día que nació. Lo mires por donde lo mires, es una completa locura.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora