Diecisiete

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 Se espera sentada frente a la consulta, está tan nerviosa que no para de mover una pierna. No sabe qué hacer, ni qué decir, ni cómo actuar. Se la comen los nervios. Tiene todas esas preguntas en la cabeza... 

El doctor abre, sonríe como si entendiese por lo que está pasando, y la hace pasar. Cierra la puerta a sus espaldas y la invita a sentarse en una de las dos sillas frente al escritorio. Él se sienta después. 

- Bueno... ¿Y qué tal estás? He sabido que el señor Mcgarrett está bien y que se ha despertado. Supongo que le darán el alta en un par o tres de días. 

- Sí, menos mal... -suspira y sonríe de medio lado- Ahora lo importante es otro tema, ahora que las cosas ya están... más tranquilas y nadie va a morir. 

El doctor la miró con ojos tiernos y una sonrisa modesta antes de teclear en su ordenador, buscando algún tipo de historial. Sus análisis, los datos que tuvieran de ella en ese hospital... Margo ni siquiera podía concentrarse en no mover la pierna ni pellizcarse las palmas de las manos. 

- Bueno... Margo. Seguro que tienes muchas preguntas... ¿Por dónde quieres empezar? 

- ¿Por que no me he dado cuenta de que estoy embarazada? Me ha bajado la regla estos meses... 

- Es normal, el primer trimestre puedes tener perdidas y por ello no darte cuenta. No es malo, a muchas mujeres les pasa. 

- Vaaale... -chasqueó la lengua y cabeceó hacia la derecha- ¿De cuánto estoy, doctor? Me he mirado al espejo y no... No noto nada. Aquí no puede haber nada -y se señala la barriga- Es imposible. 

El doctor vuelve a sonreír. 

- Los análisis no dicen lo mismo, Margo. ¿Lo sabe alguien a parte de las personas que estaban contigo en el momento de enterarte? 

Margo lo piensa unos segundos, tratando de detener a su cuerpo, que parece moverse por voluntad propia. Niega con la cabeza y se echa el pelo hacia atrás. 

- No lo sabe el padre, aún. Quiero... Quiero que se recupere, encontrar el momento oportuno... Ya sabe. 

- Oh, es... el señor Mcgarrett, entiendo. 

Margo asintió. 

- Perfecto, entonces puedo explicarle como van a ir las cosas a partir de ahora y cuando el señor Mcgarrett se mejore, salga del hospital y decida decírselo me llaman y concertamos una cita para la primera ecografía. ¿Qué le parece? 

- Que me voy a desmayar.

No recuerda nada tras esa frase, solo despertarse en la cama contigua a la de Steven con este mirándola preocupado. Margo se mueve con lentitud y toma unos segundos antes de sentarse y recogerse el pelo en una coleta mal hecha. Está mareada y le duele la cabeza. 

- Dice el doctor que te has mareado, te han traído aquí para que estuvieras conmigo. ¿Cómo te encuentras? 

- ¿Tú me lo preguntas? -intenta sonreír, pero no tiene fuerzas. 

- Creo que ahora estoy mucho mejor que tú, aunque eso parezca imposible. 

Se sonríen y asienten. Margo se lleva las manos a la cabeza y se las pasa por el cuello, bajando por el pecho hasta dejarlas sobre la cama otra vez, a ambos lados de su cuerpo. 

- Han sido muchas emociones, debe... Debe haber sido eso. Un bajón de azúcar. 

- Siento preocuparte tanto a veces -Steve mira hacia otro lado y luego a ella otra vez- Mi trabajo no es fácil, ya lo sabes. Pero es tan complicado que entendería que tú... 

Margo abre mucho los ojos y se levanta, olvidando que puede marearse y caer otra vez. Ahora mismo eso es lo que menos importa. Le coge de la cara con ambas manos y aprieta un poco, lo suficiente. 

- Ni se te ocurra. Ni se te ocurra si quiera pensarlo. Tú y yo somos un equipo, ¿vale? Y eso no lo va a cambiar nada, por que cuando me enamoré de ti ya sabía a lo que me enfrentaba. Así que ni se te ocurra volver a darle vueltas a una idea tan estúpida como la de no estar juntos. 

- Lo siento. 

Se besan, lento y con cariño. 

- Y... Y cuando salgamos de aquí... Aún vamos a ser un equipo más fuerte. Te lo prometo. 






Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora