Treinta y cuatro

501 39 6
                                    

 La voz de Steve al otro de esa puerta la hace sonreír y echarse allorar, empujada por David, que le está dejando el brazo amoratado yya no parece tan amable con ella. Aunque es raro, pues no la haamenazado en ningún momento y parece tranquilo a pesar de todo loque está pasando.

 - Vamos, mi amor.. - susurra – Vamos a salir juntos de aquí.

Siente el frío del arma contra la fina ropa del vestidode muñecas que aún lleva puesto y como la obliga a seguir avanzando hasta el final de la habitación, donde hay una espécie de puertamecánica de garaje sin electricidad e igual de roñosa que el restode la mansión.

- David.. La casa debe estar rodeada de policías, ¿crees que vamos a salir de aquí.. con vida?

- Oh.. Pequeña princesa.. - chasquea la lengua y la agarra del cuello para hacerla girar – Tengo un plan para nosotros, querida. Siempre tengo un plan.

La deja a un lado, sin apartar el arma de ella, y quitauna tabla de madera medio podrida del suelo que da a un agujero malecho que no parece demasiado seguro. ¿De quien debe haber sido la idea? ¿Y de quien es esa enorme y roñosa mansión a la que la han traído?Parece incluso más grande que un palacio..

David se levanta de nuevo y sonríe, coge del brazo a Margo nuevamente y la acerca mucho a él para besarle la boca. Unbeso asqueroso y con sabor a putrefacto que le llena los labios de saliva otra vez mientras baja las manos a su trasero y lo aprietahasta hacerle daño. Margo se da cuenta de que ya no la apunta conel arma y abre mucho los ojos, fijándose en su rostro por un momentoantes de darle un rodillazo en los huevos y uno en la cara cuando seagacha por el dolor:

- ¡No me toques enfermo! - grita al mismo tiempo que se levanta de golpe y la apunta con el arma.

- ¿Por que, joder? ¡¿Por que has tenido que hacerlo?!

Grita como un loco mientras sigue apuntándola y sere cupera de los golpes, le sangra la nariz y no tardará demasiado eninchársele el labio.

- Te quiero, Margo.. Estamos echos el uno para el otro..

- Yo no y no entiendo como no he podido ver lo enfermo que estás en realidad..

- ¡Yo no estoy enfermo, puta!

Le da un empujón con todas sus fuerzas, haciéndolacaer dentro del foso, al mismo tiempo que Steve, Danny y un montónde policías irrumpen en la habitación y disparan a matar a David cuando le encuentran solo. Él intenta defenderse sin mucho éxito, son demasiados hombres contra un simple chico de veinte años que muere tiroteado y cae también por el foso.

Margo siente como, después de caer varios metros yrasparse brazos y piernas con rocas punzantes, cae en una especie defoso pantanoso donde le cuesta nadar, por el cansancio y las plantas que se le enrredan en las piernas. Es un espacio muy pequeño yprofundo al que no le da la luz del sol. Siente como, poco a poco, el cansancio se apodera de ella y empieza a sollozar con fuerza cuando algo cae sobre ella y la hunde unos metros en los que le entra agua turbia y asquerosa por nariz y boca.

- ¡Margo! - oye a lo lejos antes de volver a la superficie.

El cuerpo de David sale a floto junto a ella, el chicotiene los ojos entre abiertos mirándola a ella y la mitad del rostro lleno de plantas y lodo. Margo suelta un grito ahogado e intenta apartarse de él todo lo que ese diminuto espacio le permite,poniéndose cada vez más nerviosa. No tarda en sentir voces de laparte de arriba y golpes que se acercan rápidamente. Cuando levanta la vista le ve, una cara conocida y a la que ha esperado encontrar des de que despertó en esa pesadilla.

- Margo, cariño.. - susurra tirándose al agua para abrazarla y que no tenga que nadar. - Estoy aquí, ¿vale? Estás a salvo.

No puede contestar, solo llorar y agarrarse fuerte al torso de Steve mientras les comunica al resto que está bien, que solo necesita una cuerda para poder salir. David está totalmente muerto, de eso no hay duda, y a Diana ya la están atendiendo los paramédicos junto a su tío Chin.

La pesadilla a acabado, por fin. O quizá solo ha echo más que empezar para alguien.

Consiguen salir a duras penas y Steve no suelta a Margo- entumecida y asustada - en ningún momento, llevándola en volandas sin demasiadas fuerzas entre todos los presentes. En la mansión hay policías, médicos, investigadores.. Al parecer su secuestro no ha sido el único, y muchas no tuvieron la misma suerte.

Fuera hay una mujer de pelo largo y moreno apoyada en un coche con un arma y la mirada fija en ellos. Aunque en lo que se fija en realidad es en.. No. Abre muchísimo los ojos y se le empañan de lágrimas a la vez que empieza a gritar e intentar dejarse caer pero Steve no se lo permite, ha recobrado las fuerzas de golpe:

- ¡Steve, no! - grita como loca - ¡No, no, no! ¡Steve!

El hombre no se detiene y sigue andando rápidamente, yendo directamente a las ambuláncias que esperan al otro lado de la verja. Tiene que sacarla de allí. Ella patalea y se pone aún más nerviosa, histérica en realidad, queriendo salir corriendo hacia el cuerpo sin vida que los paramédicos suben en una camilla con cuidado mientras el inspecto Lou se lleva las manos a la cara.

- ¡Tío Jack! - exclama echa una furia - ¡No, por favor, Steve!

Steve consigue llegar sin dejarla y le pide a los chicos de la ambuláncia que le den algo para calmarla, cualquier cosa. Tienen que detenerla o sufrirá un colapso nervioso, y con lo poco que ha comido estos días y las heridas que tiene pueden llevarla a la muerte.

Margo nota perfectamente como le pinchan a la altura del muslo y pocos segundos después un cansancio muy parecido al que ha sentido en el pozo antes de que Steve la sacara. Los ojos se le empiezan a cerrar poco a poco, aunque lucha por que no ocurra, la oscuridad lo empaña todo y la última imagen que se queda en su mente es la del cuerpo de su tío siendo subido en esa camilla de hospital. Y es algo que no va a olvidar fácilmente.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora