Treinta y dos

509 37 0
                                    

 Le lava la boca tras la cena, con la que ha vomitado cuatro veces, yvuelve a sonreír. Realmente disfruta de esto, y no entiende por quéno se ha dado cuenta de lo loco que está un chico que, a simplevista, parecía cariñoso, atento y divertido. ¿Sabrán sus amigoscomo es en realidad?

Gayl entra con los platos del postre, batidos de uncolor verde oscuro que tiene peor pinta incluso que todo lo anterior.Aunque eso es imposible, nada puede ser peor que lo que ya ha tenidoque comer.

- Si te lo acabas pronto podrás ir a ver tu dulce.. Primita.

Diana. La pobre tiene que estar pasándolo mal, quiensabe que estarán haciéndole ahora mismo. Esa idea la aterra y hielala sangre a la vez, por eso se bebe el batido intentando no echarlotodo para que David le de la aprobación y la dejen irse. Por ahora,al menos. Si la ha traído aquí no es solamente para una simple –y horrible – cena..

- Muy bien, mi amor.. - sonríe y le acaba de limpiar con una servilleta - ¿Te ha gustado nuestra primera cita?

- Si.. - susurra temblorosa – Ha estado genial.. Gra..Gracias..

A David parece gustarle esa respuesta y su sonrisa seensancha mucho más, dejando a la vista unos dientes algo torcidos yamarillentos a conjunto con unas encias rojizas y con tendenciasangrante. Se encoge de hombros con gracia y la ayuda a levantarse,quitándole las cuerdas que le ha puesto en las muñecas antes paradarle el la cena y que puediese moverse.

- No es como cuando me invitaste a tu conmemoración pero bueno..

Margo no responde, espera lo que sabe que va a llegar. Yno lo quiere, pero tiene que aguantar. Por Diana. Por que ha ella nole pase nada y puedan salir de aquí.

Se le acerca lentamente a los labios y la besa consuavidad, presionando unos segundos antes de separarse y sonreír.Ella también lo hace y parpadea, identificando el sabor a tripas yotras substáncias que no reconoce, pero que saben fatal, e intentaignorar que ha dejado restos de saliva en sus labios.

- Ya puedes irte, princesa.. Le diré a uno de mis amigos que te acompañe, tengo un par de cosas que hacer.

Le besa el pelo y se da la vuelta para marcharte,llamando a otro hombre que aparece vestido del mismo color que elanterior y con la boca cosida de igual forma. Tiene restos de sangreseca, así que no debe hacer mucho que le han realizado esahorripilante intervencio. Y ojalá, al menos, haya sido con anestésiay buenas condiciones médicas, aunque lo duda bastante.

La acompaña hasta la habitación sin poder contarlenada, obviamente, pero dejando ver como el miedo se apodera de sucuerpo a través de su mirada, cristalina y asustada, como la deMargo.

  Ha empezado a llover, las gotas chocancon fuerza contra el cristal de la habitación y Diana consigue dormirse, después de mucho llorar, en los brazos de la morena que lazarandea con cariño mientras canta en susurros. La deja en la cuna y la tapa con las mantas que le ha proporcionado, así no tendrá quepasar frío esta noche. Ni preocuparse, de momento, por lo que le ha explicado al reencontrarse no se han portado mal con ella ni muchomenos, incluso le han regalado un peluche que no ha soltado des deentonces. ¿Que estará tramando David con todo esto? Nada bueno, está segura.

Se sienta en su colchón y se deja caer hasta la pared,mirando como las gotas empapan el cristal creando un ritmo hipnóticoy relajante que la hace pensar en todo lo que le sucede. Tan sololleva dos meses en esa isla, sesenta días que la han llenado dedisgusto y fatalidades casi des de que se bajón del avión. No loentiende.. Es una policía normal y corriente, ¿tanta rabia les da alos locos de esa isla los agentes del cinco-cero? Por que ella nisiquiera es uno de ellos. Y Patrick la secuestró por que ella mismase metió en la boca del lobo, pero ahora..

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora