Veintiuno

204 15 2
                                    

Las palabras de la ginecóloga llegaban amortiguadas hasta Margo, sumida en un increíble trance del que parecía no poder salir. Solo esperaba que Steve se estuviese enterando de algo, porque ella... De nada. Absolutamente nada.
- Ahora imprimiré las fotos de la primera ecografía, seguro que tienen a mucha gente a la que enseñárselas.
Margo asiente y coge el sobre que la doctora le dio. Parecía entender lo que se le pasaba por la cabeza en ese mismo instante, porque antes de dejarla salir la frenó en seco y le susurró que todo iría bien.
- Puedes venir tu sola cuando quieras. Apuntate las dudas que tengas y listo.
Margo asiente y se marcha. Steve la espera en el coche de Danny.
- ¿Cuando se lo vas a devolver? Te ha dado un riñón...
- No te preocupes, dentro de poco me compraré un todoterreno familiar -le aprieta el muslo, sonríe y acelera.

Cuando llegan a casa Margo se mete directamente en la cama, dice que tiene sueño, pero lo que le pasa en realidad es que tiene que asimilar todo lo que está pasando y frenar las constantes ganas de llorar que tiene.
Piensa en su madre, en su tío Jack, en sus compañeros del cinco-cero, en sus amigos de la universidad... Stefan... ¿Cómo va a decírselo a todo el mundo? Saca las fotos de la ecografía por debajo de las sábanas y las acaricia. Las lágrimas caen casi sin darse cuenta y, de pronto, está sollozando como una niña pequeña. Tiene dos vidas dentro, dos personitas que llevan con ella tres meses y de las que no había reparado hasta ahora...
- ¿Margo? - Steven se acuesta a su lado en la cama, lo nota- ¿Estás bien?
Le cuesta contestar.
- Si, es solo que...
- ¿No quieres seguir adelante?
Se gira de golpe y lo mira.
- No digas eso, claro que quiero. Pero pienso en toda la gente que no está y a la que tenemos que decírselo y... Joder. Esto va a costar más de lo que pensaba.
Steve le acaricia la cara con cariño.
- Yo tampoco sé como hacer esto, ¿sabes? Cuando te vi nacer no sabia que íbamos a llegar hasta aquí, ni me lo imaginaba, vamos -se ríe- Y ahora que vamos a ser padres... Dios, me haces tan feliz... Pero nuestras vidas no son fáciles y tu lo sabes. Mejor que nadie, además. Así que... Poco a poco, ¿si?
La mira, esperando una respuesta. Está tenso, aunque ella también.
Al final, asiente y sonríe. Se besan lento y se abrazan, quedándose dormidos.
Cuando se despierta Steve ya no está y ella tiene claro que tiene mucho que apuntar y que comprar, empezando por libros sobre embarazo y bebés. Después, después ya pondría fecha para la fiesta en la que lo haría público. Por que tenía que hacerlo, convertirlo en realidad para todo el mundo y así dejarlo plasmado en el tiempo y en el mundo. Pero antes tenía que hablarlo con una persona muy importante, era lo correcto y lo justo.
Se vistió, se puso los zapatos y cogió sus cosas antes de salir de casa. Había un buen rato hasta casa de Danny, pero le apetecía dar un paseo. El sol, el sonido del mar, los coches, la gente... Todo le parecía distinto y sonrió.
Era casi la hora de comer cuando llegó a casa de Danny. Se para, toca al timbre y espera a que abran. Quizá está trabajando, aunque con su estado de salud... Mejor que el de Steve, pero delicado al fin y al cabo.
Abre Grace, con una sonrisa encantadora y un abrazo sentido y cariñoso.
- Hola, guapa. ¿Cómo estás?
- Muy bien, ¿y tú? ¿Has venido a ver mi padre?
Margo asiente y las dos entran en la casa.
En el sofá, viendo un partido de baloncesto, se encuentran a Danny. Tiene algunos papeles encima de la mesa, pero nada en comparación con Steve. El si que sabe como recuperarse.
-¡Hola! ¿Como estás? ¿Todo bien con el loco de Mcgarrett?
- Eso digo yo -se ríe Margo- tienes que estar super tranquilo.
Se sienta a su lado en el sofá y hablan un poco sobre todo, sin profundizar en ningún tema. Quiere tantear el terreno antes de la gran noticia y quiere que Grace sea participe también.
Sonríe y arranca:
- Tengo algo importante que contaros.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora