Treinta y tres

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 Cuando los rayos de sol la despiertan intenta moverse unos segundos hastadarse cuenta de lo que está pasando y que no está en la habitacióncon Diana, en ese colchón mohoso si no en una camilla fría llena de cadenas que la atan de pies a cabeza. Mira a su alrededor mientras elcorazón le late deprisa contra el pecho y observa la habitación enla que se encuentra, es una de las que hay en la mansión, pues las paredes, suelo y muebles son similares. Hay una telaraña enorme enuna de las esquinas y puede ver como una araña de colores vivos se alimenta de un saltamontes, algo asqueroso.. También hay una mesallena de artilugios de quirófano que ni sabe ni quiere saber paraque sirven.

- Mi princesa, ya estás despierta.. - susurra apareciendo de pronto – Pensé que el sofnifero de la cena te habría causado problemas mayores.. No te has movido en toda la intervención.

Abre mucho los ojos y se remueve nerviosa.

- ¿Que.. Que intervención.. David?

- Me gustas mucho, ¿sabes? - empieza diciendo acercándose a la mesa – Des de esa vez que te vi en el parque, al lado de la playa, ya supe que ibas a ser especial para mi.. Y cuando empezamos a hablar y nos hicimos amigos.. Fue alucinante, ¿verdad?

- S..Sí.. Claro. - sonríe ella.

- Pero después todo se torció, Margo.. Y no me gusta que las cosas se tuerzan. - su semblante es serio y algo enfadado - ¿Por que te gusta ese tío, cariño? ¿Por que él y no yo? Si es más mayor.. Y si, es agente especial del cinco-cero, pero no es mejor que yo.. ¡No lo es!

Le da un golpe a la mesa, al lado de la cadera de Margo, y luego una patada contra la mesa de material, tirando así algunascosas. Se rasca la cabeza varios segundos mirando hacia otro ladohasta tranquilizarse de nuevo y volver a mirar a la chica, sonreír yacercarse:

- Pero no pasa nada, cariño.. Te perdono.. - le acaricia el pelo y le da un beso en la mejilla – Ahora que estamos tu, yo y la niña.. Somos una familia. - sonríe y vuelve a besarla – Una familia de verdad.

- David.. ¿Que me has echo?..

- Nada, cariño.. Solo algo que necesitas hasta que confíes del todo en mi, Margo.. Solo hasta que pueda dejarte sola sin miedo a que te vayas..

- ¿Dejarme.. Sola? - le tiembla el labio y quiere que la desate, en esa mesa se siente aún mñas desprotegida. - Da..David.. Puedes confiar en mi.

El chico la mira unos segundos con semblante serio,pensativo, pero sonríe al final y la desata. La ayuda a incorporarsecon lentitud para que no se maree mientras le explica que loscalmantes que le dio son bastantes fuertes y puede sentirse maldurante unas horas. No la deja levantarse todavía, por su bien,según él, pero puede fijarse en la venda de su pierna y la que también tiene en su muñeca. No les hace mucho caso todavía eintenta mirarle a él todo el rato, quien sabe que puede hacer si no le presta la atención.

- Por cierto.. Es hora de desayunar.. ¿Tienes hambre?

  Jerry mira a sus compañeros lleno deorgullo y les cuenta todo lo que ha conseguido encontrar por internetsobre el desconocido, que ya no lo es tanto. El turista rubio que vióNere una de las mañanas antes de entrar sorprende a todo el mundo, yJack es uno de los que más palidece tras la explicación y las fotosque Ortega les enseña:

- ¡Hijo de puta! - grita Steve entrando en cólera - ¿Tienes la dirección de ese cabrón?

- Yo se donde vive – dice Jack cogiendo las llaves del coche.

- Esperad.. No podéis hacer esto como si no corriesen peligro, tenemos que llamar a los refuerzos.

Steve mira a Kono muy serio, es su compañera pero no vaa dejar que Margo corra peligro. Por encima de su cadáver.

Misión: Infiltración.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora