Capítulo 54

805 101 15
                                    

Regresaron a la mansión de Eider la noche que estuvieron en el club, no se encontraron con nadie al llegar, solo silencio. Durmieron en habitaciones separadas, volvieron a ser el secreto de siempre ante la familia de Donovan.

A la mañana siguiente, Eider despertó acompañada, un brazo la rodeó con delicadeza. Se asustó por unos segundos, hasta que el olor de flores invadió su nariz.

—Sangras —susurró Kailynn contra Eider —, puedo olerte.

—Buenos días a ti también.

—Sangras pero no manchas la cama, ¿por qué?

—Una gigantesca toalla sanitaria, no confió en nada más por las noches.

—Estoy sangrando desde ayer en la tarde —comentó Kailynn —, me sorprendió de saber que estás en la misma situación, solo que tú no haces un desastre.

—¿No existen las toallas sanitarias en tu mundo? —La vio negar con su cabeza —. ¿Nada de nada?

—Suelo encerrarme en mi recámara durante ese tiempo, todas las mujeres en mi mundo lo hacen, no importa tanto mancharte cuando no tienes nada que hacer o donde ir. Donovan me prepara baños con su magia y cosas extrañas para el dolor, suelo quedarme en mi tina por horas, el regresa cada hora para calentar el agua.

—Suena triste.

—Te acostumbras.

No por eso dejo de parecerle triste el encierro.

—Creí que tú relación con Donovan era distante.

—Lo es, cuando estoy en estas condiciones es el único momento cuando me trata como si existiera. Es el único hombre al que veo cuando sangro, es el único que es de ayuda.

—Es un buen hermano a su manera.

—Puede ser mejor, puede amarme como Dominik, pero no soy de su interés.

La miró derramar lágrimas en silencio, unas que limpió con rapidez antes de que bajaran de sus mejillas. Eider la abrazó, también la arropó con su cómoda manta. Culpó el estado de su ánimo con el dolor del periodo, pero sabía que gran tristeza habitaba el corazón de oro de Kailynn, tristeza provocada por su hermano mayor.

—No tengo hermanos, no se como se siente querer ese tipo de atención.

—Tendrás uno pronto —le recordó —, estoy segura que será un niño, uno que querrá cuidarte de todo a pesar de ser pequeño, uno protector.

—Ya existen demasiados hombres de esos en mi vida.

—No importa lo que sea, le pediré al Universo que te llene de felicidad, que sea un alma linda como la tuya. Pondrá a Donovan celoso, incluso a Dominik por tener toda tu atención, pero lo amaran porque tiene tu sangre.

—No lo sé, Kailynn.

—¿En verdad no te gusta la idea de ser una hermana mayor?

—Tengo problemas con mi mamá, con el embarazo que decidió continuar.

—El bebé no tiene idea de los problemas, no los comprenderá por mucho tiempo, yo aún no comprendo los problemas de mis padres con mi hermano, puede que jamás lo haga.

—Por amor a ese bebé no quiero que venga a este mundo.

—Lo que digo es que el bebé te amará aunque no comprenda tu tristeza porque nazca, lo digo como hermana menor de un hombre que jamás me amará por solo nacer.

Príncipe del Desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora