Capítulo 14

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8:30 p.m.

Después de terminar con su trabajo y despedirse de su padre, Eider y Donovan caminaban por el pasillo que llevaba a la salida del hotel, no había terminado tan cansada como la vez anterior, aún así quería recostarse pero la idea de dormir no le agradaba por los últimos problemas que había tenido con sus sueños haciendose pesadillas.

— Parece que alguien te está esperando— el tono tan molesto de su voz confundió a Eider.

— ¿De quién hablas?— le abrió la puerta y miró a Graham recargado en su auto— oh.

— Hola hermosa— la esperaba con una sonrisa, si Joel no lo dejaba verla en su trabajo no significa que no podía pasar por ella cuando terminara— al fin sales.

— No sabía que vendrías— Eider le dio una rápida mirada a Donovan, él ya se había dado la vuelta y caminado a unos metros de ellos para darle su privacidad— no tengo mensajes ni llamadas tuyas.

— Vine de sorpresa— le abrió la puerta de su auto esperando que entrara— vamos a cenar.

— Te alcanzó en el lugar donde quieres cenar, tengo que llevar a Donovan...

— Luego vienes por él, estoy seguro que tu padre no tiene algún problema con que se quede un poco más— la empujaba con suavidad para que entrara al auto— le puedes llamar a un taxi para que lo lleve a donde quieras si eso te hace sentir mejor.

A una distancia respetable, Donovan miraba como se quería llevar a Eider, no la veía segura de irse y dejarlo, su mirada se pasaba de él a Graham sin saber que hacer. No estaba seguro si debía interferir, si empezaba a obligarla usando una fuerza donde Eider no pudiera defenderse, entonces se metería, mientras tanto no haría nada, lo que menos deseaba era causarle problemas.

— Al menos déjame hablarlo con él— suspiro cansado de su actitud pero la dejó avisarle, Eider se acercó a Donovan— ¿No te molestaría quedarte un poco más aquí?

— Si tienes cosas que hacer, adelante, no te detengas por mi— le hablo con tranquilidad para que no se sintiera mal por dejarlo— aquí estaré, esperándote.

— Solo será como una hora, luego regreso.

Seguía sin estar segura de irse y dejarlo, de todas forma subió al auto donde Graham seguía esperándola. Este le cerró la puerta cuando entró y sin ver a Donovan subió al auto para irse antes de que cambiara de opinión.

— Te encarará el lugar donde hice reservación, tiene filetes deliciosos, estoy seguro que te encantarán— lo escuchaba hablar tan emocionando de la cena pero Eider no podía dejar de sentirse mal por Donovan— ¿Todo bien?

— No es nada— si le decía de Donovan se molestaría— estoy bastante cansada, eso es todo.

— No me digas que piensas en ese tipo— no tuvo la necesidad de decirle que quería cierto, porque Graham se puso molesto— el propósito de alguien como él es encargase de ti, no tu de él, pareces su mamá.

— Es que no conoce nada de esto.

— A la mierda esa excusa, Eider— se estaba arrepintiendo tanto de haber subido al auto en vez de irse a descansar— no se que diablos pasa entre ustedes y esa historia del guardaespaldas no me la creo nada, alguien que no puede ni ver por si mismo, no puede cuidarte.

— Tiene cosas que aprender, solo le estoy dando tiempo.

— No soy un tonto, hay mucho más entre ustedes, dime de una vez si tienes o tuviste algo con él, no quiero estar perdiendo mi tiempo mientras los dos se burlan de mi.

Príncipe del Desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora