Capítulo 74

1.1K 126 63
                                    

Kairlan.

El sonido de la lluvia despertó a Donovan, abrió los ojos para ver a la ventana por donde se apreciaba el cielo grisáceo y las gotas golpear con el cristal, molestando los oídos de Donovan. Se cubrió con la manta hasta la cabeza y volvió a acostarse, solo que no se encontró con su almohada, su mejilla tocó piel, una suave y caliente piel con su aroma.

El recuerdo de su tarde con Eider llego a su cabeza como un golpe, le recorrió como un escalofrío por su cuerpo. Suspiro contra la piel de Eider, dejó un beso en la piel de su vientre.

«Puedo acostumbrarme a despertar así todas las mañana», pensó Donovan.

Apreció la posición en la que se despertó, Eider estaba contra las almohadas, Donovan en algún momento de la noche terminó abrazado a la parte baja de Eider, descansando sobre su vientre y entre sus piernas. Dejó su cabeza en su vientre, queriendo regresar a sus sueños, pero la lluvia le impedía seguir descansando.

—Se vería preciosa con el vientre abultado —susurró dejando besos en él —, cargando a mi niña.

«¿En qué mierda estoy pensando?», se preguntó.

Sacudió su cabeza para alejar la idea, se lastimaba en pensar sobre un embarazo. Se incorporó para verla, su desnudez, le gustaba todo en Eider, nunca tendría suficiente de ella y le aterraba la idea de que Eider no sintiera lo mismo por él.

Bajó de la cama para preparar la tina con agua caliente, uso su magia para llenarla y metió la mano para calentarla, la dejó en una temperatura agradable para la piel de Eider, si fuera solo por Donovan, la haría hervir pues sus gustos por lo caliente iban a los extremos. El sonido de las pisadas de Eider lo hizo voltear a la entrada del baño, estaba envuelta en la manta peluda con la que la arropó antes de preparar el baño.

—Pensé que me habías abandonado.

—Estoy preparándote un baño.

—Gran forma de decirme que apesto.

—Hules a mi, si fuera mi decisión, te dejaría sin un baño por días para atesorar el aroma que creamos. —Eider arrugó su nariz con disgusto —. Pero no es mi decisión, tú querías un baño y te daré tu baño.

—Estoy pegajosa, créeme que es lo mejor.

No estaba de acuerdo pero aceptó que los humanos tenían rituales distintos después del sexo. Eider tenía los suyos, que involucraban un baño y se lo daría. Aun recordaba cuando la obligó a bañarse cuando tuvo sexo con Graham para borrarlo de ella, no funcionó, pudo olerlo por mucho en Eider.

Eider miró a Donovan moverse de un lado a otro preparando la tina con botellas de colores, el agua perdió su transparencia con rapidez , lo último que le agregó fue las burbujas que hicieron sonreír a Eider.

—Está listo tú baño, pequeña.

Le quitó la manta para descubrir su desnudez, llevándose la sorpresa del herido cuerpo de Eider. Había moretones en los lugares que Donovan la sostuvo, marcas de mordidas en sus hombros y pechos, algunos rasguños. Eider siguió la mirada de Donovan encontrándose con el resultado de su tarde juntos.

—No duelen —aclaró al instante pero eso no hizo sentir bien a Donovan —, sólo son marcas.

—No debimos... No debi —No encontró palabras para expresar el dolor que le causó haber dañado el cuerpo de Eider —. Lo lamento.

Hizo lo necesario para evitar que Donovan se arrepintiera del sexo, alcanzó su rostro con sus manos y lo jalo pasa unir su labios con los suyos. Continuó con el beso a pesar de su preocupación, le dio acceso a Eider, sintió el dolor en su labio cuando lo mordió, el sabor de su sangre lo invadió, entendió el plan de Eider en ese momento.

Príncipe del Desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora