Capítulo 66

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4:44 p.m.

La reina Kiara se vio obligada a viajar en el auto de Joel, a pesar de que insistió en llamar a alguien para que la recogiera. Llevaba semanas en el mundo humano, en Bucarest, el lugar que Eider dio como su ubicación. Se encargó de crear toda una vida, un historia, no solo en la ciudad, también en el país, hasta el más mínimo detalle. Un viaje en un auto no le sorprendería, nada del mundo humano para el tiempo que se dedicó en aprender, era una humana más.

Usó magia, aunque con dinero consiguió la mayoría de las cosas, desde un gran hogar hasta la ropa que llevaba puesta. Consiguió un experto de humanos en el reino de Drocor, consiguió otro experto humano y usó magia para hacerlo colaborar. Unió a una gran lista de personas importantes, usó la influencia de la magia para crear el negocio del que Solaneus le contó, usó su mentira creada para complacer a Joel.

No tenía planes de nada, no hasta que Solaneus la convenció de ir al mundo humano y arreglar la situación. Hacer la mentira realidad, ahora existían sus apellidos y nombres, no solo en Bucarest. Tenían poder, negocios y propiedades, no manejadas por ellos, ni seres de su mundo, pero si por humanos con experiencia en esos campos, solo eran los dueños, a lo que les pertenecía el éxito aunque no las ganancias. No había necesidad del dinero humano, ni reconocimiento.

Usarían una excusa fácil, una última mentira, nadie sabía de ellos por motivos de privacidad, trabajaban bajo seudónimos, así protegían a su familia. Creó un plan de gobierno, nadie cuestiona los motivos de seguridad, eso lo sabían, era información fácilmente confidencial. De esa forma, si los Carter o alguien más que conociera a los seres del mundo de Meroun, quisiera investigar, llegarían hasta información confidencial, un bloqueo simple que nadie se atrevería a pasar sin consecuencias graves. El plan no era permanecer mucho tiempo bajo esa protección, llegaron al acuerdo de hacer legal y verdadero el negocio familiar y establecer la vieja fortuna de la que tanto se habló, pero sería en el hogar de Eider.

El país presenciaría el nacimiento del imperio de los reyes de Meroun. De esa forma podían volver al mundo y tener una vida humana, una verdadera. El plan estaba en proceso, se quedaría un ser experto para encargase del negocio humano, el de los reyes, todo por orden de Solaneus.

Había un grupo de humanos expertos siendo liderados por un ser de otro mundo para crear un negocio de reyes. Para los humanos solo sería un negocio de extranjeros, algo que pasaba todo el tiempo, nada de sospechas, la mentira se volvería una realidad. Kiara no conocía el proceso, tampoco le importaba mientras hubiera pruebas de que verdad lo que contó Eider y Solaneus para protegerlos.

—Intenté dar con ustedes, desde que Donovan puso un pie en esta ciudad, hasta hace apenas unas dos horas —confesó Joel mientras conducía a su hogar —. No existen.

—No existimos, tiene razón, aún no —afirmó —. Pero ese secreto está por salir a la luz, todo por Donovan y su inhabilidad de mentir.

—En realidad la mayor parte de información que tenemos es una teoría de Katherine. Donovan no ha confirmado mucho, los otros no dicen nada, Solan habló muy poco sobre sus oficios.

—Valoramos nuestra privacidad, por motivos de la misma guerra es necesario ocultar ubicaciones, nombres y incluso a nuestros hijos, imagino que puede entenderlo.

—Por lo que dice que hizo Donovan, estoy seguro que tuvieron que hacer muchos cambios.

No hablaron mucho durante el camino, tampoco fue necesario, no estaban lejos de la propiedad de los Carter. Llegaron en menos de veinte minutos, Kiara observó la inmensa propiedad rodeada de un muro, era vieja a comparación de otras propiedades que miró en el camino, pero si era la más hermosa de todas, al igual que la más grande.

Príncipe del Desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora