Capítulo 18

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2:16 p.m.

El rastro de Graham era imposible de perder para Donovan, le disgustaba y por eso lograba captarlo con una increíble facilidad. Formaba parte de la lista de presas que anhelaba cazar en algún momento, pero en ese instante que le estaba dando caza, no era para matarlo, en realidad esperaba que le ayudara.

Tenía la esperanza que le ayudara a sanar el corazón roto de Eider.

Llegó hasta una enorme propiedad donde había una inmensa mansión que desprendía la esencia de Graham por cada rincón, podía pertenecerle para estar invadido de su aroma de la manera en la que lo hacía. No podía saberlo al no conocer absolutamente nada de él aparte de su mal comportamiento cada que estaban en el mismo lugar. No dudo en acercarse a la entrada y abrir la puerta que para su sorpresa estaba abierta, matarlo podía ser fácil después de todo, sin embargo era consiente que no debía confiarse de humanos con dinero.

Por más riquezas que tuviesen algunos no dejaban de ser ratas, las plagas de la humanidad.

Entró para percatarse de que había mucho silencio, parecía estar solo al no escuchar a nadie más, el único corazón que latía aparte del suyo era el de Graham. Parecía no tener miedos o preocupaciones, gente de su clase no suelen estar tan indefensos, incluso pensó que era una trampa por lo tranquilo que estaba. Dio pasos cautelosos solo para estar seguro, no tenía problemas en ser silencioso, era su especialidad y parte de la caza. Dio con el camino indicado que llevaba hasta donde estaba Graham, el costo fue afectar su nariz con tantos olores que llegaban a él conforme se iba acercando.

«Las cosas que llegó a hacer por ti, pequeña humana».

Se repetía que soportaba todos esos olores por Eider, era la única forma que encontró para ayudarla. Traer al culpable de sus llantos frente a ella para que le diera lo que necesitase, ya sea una explicación o algo más, no quedaban en Donovan el decidir que era lo que Eider necesitaba de ese intento fallido de relación.

Quería aprender sobre el amor, no quería dejarse afectar por el, no quería meterse en asuntos que no eran de su incumbencia. No estaba para enseñarles a los humanos como amar, él mismo no tenía idea de cómo hacerlo, solo conocía los vínculos de su mundo que era lo más cercano al amor para él. Ni con su conocimiento de vínculos podía entender la relación de Eider y Graham, era dañina, le causaba repulsión el hombre a quien había elegido la pequeña humana.

Pedía al universo que le mandara a su alma gemela a Eider porque dudaba que ella pudiera elegir algo bueno cuando ya había elegido a alguien como Graham, no tenía buen gusto ante los ojos de Donovan.

Era consiente de que los humanos no poseían tal vínculo con otros humanos, de ser así todos tendrían a alguien y no era el caso con ellos. Había personas que disfrutaban su soledad, no necesitaban de nadie, como también había otros que esperaban durante su corta vida a su amor verdadero cuando no podía haber absolutamente nadie para ellos, nadie los buscaría jamás y se quedarían esperando, era la triste realidad de los humanos.  No tenían tiempo para buscar ni para esperar, sus vidas eran muy cortas, tomaría todo de uno para buscar entre tanto humano al indicado y aún así no se podría estar seguro jamás de que fueran hechos el uno para el otro como ocurría en su mundo.

No había mucho conocimiento de que algo similar ocurriera con los humanos, pero deseaba que fuera así para que Eider encontrara a su persona. Merecía tener a alguien hecho para ella, aunque ella sola es suficientemente buena para necesitar de alguien más.

«Al menos así no tendría que buscar el amor donde no hay nada. El amor era para las almas vacías y Eider no está vacía, es un alma llena de magia aunque no crea en ella».

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