Capítulo 8

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Lunes.

Era el inicio de una nueva semana, habían pasado ya varios días desde que Donovan había llegado a la vida de Eider para ponerla de cabeza al tener que enseñarle todo sobre su mundo, como si de un pequeño se tratase.

— Nos la pasamos muy bien este fin de semana, pero ya acabó eso, regresaremos al trabajo que no me mantienen.

— Tus progenitores deberían encargarse de todos tus gastos hasta que puedas casarte, es difícil vivir sola, más cuando eres una mujer, no tienes las mismas oportunidades que un hombre, te enfrentas a una gran desventaja.

— Lo sé, es algo muy injusto pero se necesitan de muchos años para destruir una cultura que también tomo años en formarse.

— No entiendo de que hablas.

— De ese tipo de pensamiento, como el que tú tienes, que debo casarme, sobre mi reputación, que me tiene que mantener mi marido, que no puedo estar sola o ser independiente.

— Así me enseñaron, Eider— no lo culpaba por tener ese tipo de pensamiento, lo culparía si a pesar de lo que ella dijese, continuara pensando igual— no intento ofenderte, mucho menos hacerte sentir menos.

— Mientras estes aquí, tendrás mucho que aprender de mi, para que todos esos pensamientos que tus padres te enseñaron se borren de tu cabeza.

— Las enseñanzas que llevamos los miembros de la realeza son diferentes a la de la gente común en nuestros reinos— le explicó— con gusto aprenderé lo que quieras enseñarme.

— Eso quería oír— era temprano y se encontraban en la habitación de Donovan, él estaba en la cama sentado mientras que Eider revisaba su armario buscando el traje perfecto— desde hoy empezarán a relacionarte conmigo, debo vestirte de manera que digan que trabajamos juntos pero que no hay ninguna relación a parte del trabajo.

— Parece que ya no será necesario que piensen en que tenemos algún tipo de relación— habló Donovan— eso te dejaría en un mal lugar con tu pretendiente. 

Lo estaba pensando bastante, quería en verdad a Graham lejos de Eider, no le importaría alejarlo, con solo hacerlo creer que estaban juntos sería suficiente para que entendiera que no hacía falta en la vida de Eider. El único problema de ese casi perfecto plan era las repercusiones que tendría Eider una vez que Graham pensará alejarse, terminaría dañada y Donovan no podía permitir eso, mucho menos podía ser el causante.

— Ya estamos en un lugar muy mal para empezar, todos creen que lo estoy engañando contigo. Maldita gente que se inventa cosas, no tiene nada de malo que hable con más hombres.

— Creí que no te importaba lo que los demás dijeran.

— Es diferente con este asunto, no soy la única involucrada, tu lo estás al igual que Graham.

Tomó un traje gris con corbata más oscura para dárselo a Donovan, le quedaría perfecto para el puesto que tendría. Se vería muy profesional vestido de traje, atraería miradas de respeto, aunque esperaban que no demasiadas ya que tenía que pasar desapercibido.

— ¿A dónde iremos?— empezó a desvestirse— ¿Cual es tu oficio en este mundo?

— Lo que sea que mis padres deseen que haga— espero a que Donovan se desvistiera para darle la ropa— soy la esclava de esos dos.

— Eres su primogénita, su creación, no puedes ser su esclava, vives libre. No eres nada comparada a los esclavos que tenemos en mi reino.

Príncipe del Desastre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora