Capítulo 42: Tiene buena ortografía.

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Mackenzie

No volvemos a la mesa en la que estábamos sentados, Dylan me lleva a la terraza. Apenas me doy cuenta de que estamos en el último piso del edificio.

Solo hay un par de personas afuera, y es que ¿quién en su sano juicio saldría con este clima tan frío?

Dylan me suelta de la mano estando afuera y se recarga en la estructura de metal que rodea todo el borde de la terraza. Suspira y cierra los ojos apretándolos unos segundos. Después los abre y se queda viendo hacia la nada.

Me pongo a su lado y observo la ciudad enfrente de nosotros. Se ve hermoso a esta hora. Incluso se alcanza a ver el monumento a Washington. Si que es alto.

Me quedo callada, solo esperando a que él decida hablar. La música de la fiesta no se escucha mucho, de hecho, puede escucharse el ruido de la ciudad.

Evito recargarme en la barda de cemento para no sentir el frío de esta. De por sí, estoy congelándome. Solo me cruzo de brazos para mantener un poco de calor.

—¿Crees que me vi muy despechado?... ¿Con lo que dije? —me mira, esperando mi respuesta.

—No...

—¿Segura?

—Si, estuvo bien. No se me habría ocurrido algo mejor. Más bien se vio como que... estabas poniéndolos en su lugar. Después de todo, no dijiste mentiras. —me encojo de hombros. —Lance es patético y si ella te cambió a ti que eres... un poco... perfecto —tartamudeo un poco porque no quiero que mis palabras suenen como que soy una admiradora de Dylan. —también puede cambiarlo a él en cualquier momento.

Dylan asiente y vuelve a mirar hacia el frente, a la ciudad.

Quiero decirle que volvamos adentro porque muero de frío, pero quizás necesita estar aquí para poder tomar aire, así que no lo hago. Pero es injusto porque yo estoy usando un vestido sin mangas y el trae su traje de manga larga y abajo trae una camisa blanca y debajo seguramente trae una camiseta.

—No la extraño, te lo juro. —no me mira mientras habla. Es más bien como si se lo estuviera diciendo a él mismo. Como si tratara de convencerse.

Es horrible que te rompan el corazón. El confiar en alguien ciegamente, sentir que amas a esa persona y después que se encarguen de mandar todo a la mierda. Sientes que a pesar del tiempo que compartieron juntos, nunca terminaste de conocerlo por completo. Nunca esperaste que te lastimara. Y lo peor de todo es que es difícil olvidar los buenos momentos y deshacerte del amor que sientes. Siempre hay una sensación de vacío al saber que ya no está esa persona.

El romance es mierda.

—Ok...

—No, de verdad. No lo hago. Solo... me enoja haber sido tan imbécil como para confiar tanto en alguien —se ríe amargamente. —Y no fue la única que lo hizo. Hay mujeres que realmente son...

—¿Interesadas? —me señalo a mí misma riendo. —Solo ten cuidado con las palabras que vas a usar porque... no soy tan diferente a ellas.

—No, Mack. Tu si eres diferente a ellas. Al menos tú no estás fingiendo ser algo que no eres. No estás... engañándome. ¿Entiendes? Los dos estamos ayudándonos mutuamente. En unos meses los dos obtendremos lo que queremos y cada uno podrá seguir con su vida normalmente. Tu por tu lado, yo por el mío. Nada de corazones rotos ni lágrimas.

Auch. Eso de "tú por tú lado, yo por el mío" dolió. Ahí van todas las esperanzas de que Dylan pueda sentir algo por mí.

Bueno, ¿quién quiere volver a enamorarse?. Yo no.

Dame un año (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora