Capítulo 58: No soy nadie.

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Mackenzie

Cuento tres segundos y no siento nada. Con nada me refiero a sentimientos de amor por Dante como antes sentía.

No hay mariposas, no hay piel de gallina. Dejo de tener mis brazos cruzados, en cambio abro las palmas de mis manos y las pongo en su pecho para empujarlo.

El no pone resistencia. Da un paso hacia atrás asintiendo y mirando hacia el suelo, como si estuviera avergonzado.

—Sé que lo que hice estuvo muy mal... ¡mierda!, fui un idiota, Kens, pero aprendí la lección...

—Dante... ya te dije que te perdono por eso. Deja ya de mencionarlo.

—¿Entonces? —me mira, sus mejillas están un poco rojas. Se acomoda el cabello que se le fue a la frente y se lo hecha hacia atrás. —Una sola. Una sola oportunidad más...

—No puedo.

Me mira fijamente a los ojos. No habla durante varios segundos, pero siento como si estuviera examinándome con su mirada, como si quisiera leer mis pensamientos.

—Lo quieres a él. —afirma.

Niego con mi cabeza. ¿Está bien decirle a mi ex que me gusta alguien más ahora?

—Si, Mack, lo quieres a él. 

—No lo sé...

—Quería pensar que solo eran mis celos por verte con alguien más, pero me di cuenta de que tú y él tienen como dicen por ahí, "química". Veo que confías mucho en él... lo que es raro en ti. —ríe bajo. —tu no confías en nadie fácilmente y cuando los vi juntos había cierta complicidad. Supongo que tiene suerte de que lo quieras a él.

—En realidad ni siquiera importa. —me encojo de hombros. —él no siente lo mismo.

—¡Por favor! Le importas mucho, eso es obvio.

—Le importa que terminemos el año de casados sin ninguna sospecha de parte de su familia. —no sé por qué carajos estoy hablando de esto con él. —hay mucho en juego.

Dante niega con su cabeza y tiene una pequeña sonrisa de lado. —No creo que solo le importe eso.

—Bueno, ¿Y por qué ya tiene listos los papeles para el divorcio? —siento un nudo en la garganta. Tomo una larga respiración para no echarme a llorar.

Sería muy patético que me pusiera a llorar por el hombre que me gusta enfrente de mi ex.

—Tal vez te sorprenda y no firme esos papeles. —se encoge de hombros. —Como en las películas románticas o novelas o lo que sea. Recuerda que la realidad supera la ficción.

Me hace reír con ese comentario.

Claro que la realidad supera la ficción. Pero mi realidad nunca va a ser mejor que una película de amor cursi. Si mi realidad va a superar la ficción, probablemente será de una forma nada bonita.

—Dante, tengo que seguir con lo que estaba haciendo. Fue... bueno hablar contigo. —sonrío un poco.

Dante asiente. —¿Me llamarás cuando necesites algo o quieras hablar? O bueno... puedes buscarme en el departamento 345. Seremos vecinos.

—Lo haré.

Dante levanta sus brazos dudando, como si me pidiera permiso para darme un abrazo.

Asiento y él se acerca para rodearme. Recargo mi cabeza en su pecho un minuto y también lo abrazo. Pienso en todo lo que ha pasado.

Dame un año (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora