Capítulo 57: Dame otra oportunidad.

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Mackenzie

Es el último mes. En 31 días, Dylan y yo nos vamos a divorciar. Tal vez sigamos "juntos" un par de semanas más para que no sea sospechoso. Aunque dos semanas no es mucho y para mí sigue siéndolo.

Lo importante es cumplir el año de casados. Ese día Dylan reclamará la herencia de su abuelo y será el director del Hospital. Lo que pase después ya no importará.

No hemos hablado del beso en la piscina desde que sucedió. Dylan no se ha acercado a mí como lo estuvo haciendo antes. No me ha tomado de la mano, no me ha abrazado, no hemos tenido conversaciones personales.

Es como si estuviera avergonzado por lo que hizo y como si estuviera tratando de hacerme entender que no pasará nada entre nosotros. Nunca.

Ya lo entendí. Y he estado tratando de hacer que Daniela lo entienda también.

Si Dylan quisiera algo conmigo, lo diría y ya.

Además, el otro día vi los papeles de divorcio en su habitación cuando estaba buscando uno de los juguetes de Lluvia. Lo único que falta es nuestra firma y entonces esto se acabó.

Estoy preparando las correas de los perros de Dylan. En este punto, ya puedo sacarlos a todos al mismo tiempo porque ya los puedo controlar. Ahora si soy yo quién los pasea y no ellos a mí.

Dylan va llegando del hospital antes de que yo cierre la puerta con llave. Estaciona su auto y se baja apresurado de su coche.

—¡Mack! Espérame, solo déjame ponerme unos tenis.

—Ok. —no hemos paseado juntos a sus perros en semanas.

Aguardo un par de minutos y Dylan sale de su casa. Cierra y se pone junto a mí.

Agarra las correas de Blacky y Drago y yo me quedo con la de Lluvia. Él sabe que Lluvia es mi favorita.

Suspira mientras caminamos. Lo miro de reojo y va como con la mirada algo perdida.

—¿Cómo estuvo tu día? —pregunto amablemente. Quizás no fue tan bueno.

—Bien. Todo tranquilo.

—¿Y por qué esa cara?

Dylan niega con su cabeza y me mira —¿Qué cara?

—Pues... te ves como... cansado —me encojo de hombros.

—Un poco. —asiente.

Seguimos caminando unos minutos en completo silencio hasta que él habla.

—No puedo creer que ya se va a acabar el año. Se fue muy rápido.

—Lo sé —trato de no sonar triste. —pero finalmente tendremos lo que queríamos.

—Si...

—¿Por qué tu abuelo quería que te casaras? ¿y porque darte la herencia hasta después de un año? —siempre estuvieron rondando estas dos preguntas en mi cabeza.

—Pues... creo que él se veía a sí mismo en mí. Tal vez no quería que terminara como él. Trabajando todo el día y... solo.

—Cierto, dijiste una vez que tu abuela le pidió el divorcio porque él trabajaba mucho.

—Sí y... antes de morir él supo lo que pasó con Stella. Que me dejó porque yo no le daba la "atención" que merecía. Mi abuelo se la pasaba diciéndome que no me diera por vencido, que algún día encontraría a la mujer correcta que me apoyara en todo. Que no me haría escoger entre el trabajo y ella... luego falleció y cuando regresé del viaje en el que estuve trabajando fuera del país, se leyó el testamento y pues... prácticamente él me obligó a casarme.

Dame un año (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora