Me levante por la mañana y lo primero que hice fue abrir mi Twitter y comprobar que lo de Rubén con otra chica era mentira. Pero que gran error, nada era una mentira, había miles de fotos de él con aquella chica rubia, no la conocía, y conocía a todos sus amigos, bueno por fotos, pero los conocía.
Apague el celular y lo deje en el cajón de la mesita de luz. Me cruce de brazos y no sabía si llorar o enojarme. Me sentía traicionada, creí que él no era capaz de eso. En realidad, estaba sacando conclusiones precipitadas a la situación, pero, ¿quién no lo haría?, más si tu novio estaba en una fiesta, borracho y casi besando a una desconocida.
Me levante y fui hacia el cuarto donde dormían Ash y Lucía, pero solo estaba Ash, fui a la cocina y ahí estaba, corrí hacía donde estaba ella y la abrace. Me respondió el abrazo, y antes de que dijera algo me puse a llorar.
-No, no. –Me acaricio la espalda. –No llores, ¿qué paso?
Me separe y le pedí su celular, me lo dio y le mostré las fotos. No dijo nada y me volvió a abrazar, sabía que no se lo había tomado bien, y que en cualquier momento iba a ir a pegarle. Sentí como alguien más me abrazaba por detrás. Me separe un poco de los dos, y me gire para ver a Félix, lo volví a abrazar solo a él esta vez. Al minuto entro Fran preguntando preocupado que paso. No dije nada, Lucía se había encargado de mostrarle todo.
Fran se unió al abrazo. Y yo no paraba de llorar, no importaba todas las cosas buenas que ellos me decían, me sentía ¿traicionada?, creo que esa es la palabra correcta.
Entre los tres me llevaron al sofá, y pusieron Transformers, lo cual era una buena idea para hacerme olvidar sobre lo que paso, aunque mis pensamientos se enfocaban más en Rubén que en la película. Félix a cada rato decía que me calmara, que de seguro todo se iba a arreglar, y que todo era un malentendido, que él me amaba.
En la mitad de la película sonó el timbre. Lucía se paró corriendo y fue a abrir, desde lejos se veía quien estaba. Rubén. No estaba viendo, pero sabía que Lucía lo estaba mirando con odio.
-¿Está Agustina? –Pregunto. Abrace a Félix escondiéndome en su pecho para no volver a a llorar, el solo acaricio mi espalda.
-No. –Dijo cortante. El suspiro.
-La estoy viendo. –Respondió.
-No me importa si la estas viendo, no está.
Eso iba a terminar en una pelea, y no quería que ellos dos se pelearan. Me levante, aunque Félix al principio no me dejo, y me acerque a la puerta. Y la hice correr un poco a Lucía. Ella me miro raro, pero le hice una seña de que todo estaba bien.
-¿Qué necesitas? –Pregunte con lágrimas en los ojos.
-Hablar con vos. –Me miró fijamente, pero cambie mi vista hacia al piso.
-Bien. –Salí cerrando la puerta.
Ahora estábamos los dos frente a frente, pero él no decía nada. Y yo no tenía nada que decir. Vi como trataba de hablar pero no podía, y empezó a llorar. Me agarro de la mano, pero lo solté bruscamente. Trago saliva.
-Las fotos. –Empezó a hablar. –No son lo que parece.
-¿Quién era ella? –Pregunte de la nada.
-Es alguien que conocí ahí... -Miro al piso. –No sé qué paso, salimos con Mangel, y tome de más, pero nunca fue mi intención.
-No, claro que no. –Sonreí falsamente. -¿La besaste? –Me salió aquella pregunta de la nada.
-Yo... -Empezó a dudar. –No me acuerdo... -Se secó una lágrima.
-¿La besaste verdad? –Ahora la que iba a llorar era yo.
-No, no la bese. –Me agarro de la mano. –No podría besar a nadie más que a vos. –Empecé a llorar de nuevo y me abrazo a la fuerza.
No me aleje, por más dolida que estaba lo amaba, y necesitaba abrazarlo. Me separe al darme cuenta lo tonta que era. Y lo mire a los ojos.
-No quiero que lo que tenemos se vaya a la mierda por mi culpa. –Dijo él. Seguí callada. –Por qué te amo. Y nunca pensé sentir algo así con alguien. –Trague saliva.
-Rubén... -Trate de hablar pero no me dejo.
-Lo único que necesito es tu perdón. –Dijo desesperado, y me miro esperando una respuesta.
Pero no dije nada.
