-Espera. –Lo aleje. –Dentro de unos días es la E3. –Lo mire.
Se me quedo mirando con cara de "¡¿QUÉ?!". Y me reí. Había cortado el momento.
-Me había olvidado. –Se tocó el pelo. –Es en dos días. –Se sentó en mi cama, y yo me senté a su lado. -¿Vas? –Me pregunto y sonreí.
-Sí, y la voy a arrastrar a Lucía conmigo. Y después ella me va a llevar a Paris. Es un trato entre las dos. –Él sonrió.
-¿Compraron sus pasajes? –Negué con la cabeza. –Porqué podemos ir los cuatro juntos. Quiero decir, Mangel, Lucía, vos y yo.
-Sí entendí. –Me reí. –Y sí, suena genial. Voy a ir hoy mismo a comprarlos para mañana. –Me pare de la cama. –Anda a preparar tus cosas, sos el único que se olvidó de esto. –Lo abrace.
-Bien, ahora voy. –Se levantó conmigo en brazos. –En un rato vuelvo. –Me dio un beso y me bajo.
Corrió hasta la puerta y se fue. Lo vi mientras caminaba al sofá, en donde estaba Lucía tratando de alimentar a Ash y Fran a la vez.
-Hola. –Me senté en el piso enfrentándolos.
-¿Lo echaste? –Pregunto Lucía tirándole un par de migas a Ash a los ojos. –Salió corriendo.
-No. –Sonreí mientras decía aquello con toda naturalidad. –Le recordé que en dos días es la E3.
Vi la cara de Lucía como si se hubiese olvidado de algo.
-¿Vos también? –Me empecé a reír.
-Déjame. –Dijo y salió corriendo a la habitación.
-Ay, me tiro migas a los ojos. –Dijo Ash con los ojos llorosos. –Encima ahora me abandona. –Fingió un momento dramático.
-Cállate Ash. –Le pego Félix. –No seas estúpido. Después a la semana vuelve. –Se cruzó de brazos.
-Tontos, me voy a fijar si ya tengo todo. Y después voy a comprar los pasajes. –Dije parándome de piso y sacudiendo el polvo que tenía en el pantalón. –Los quiero.
Fui hasta mi habitación y revise si todo estaba en orden, y así era. Así que guarde las últimas cosas, como el cargador de la computadora, y la computadora en sí. Dejando solo afuera la ropa con la que iba a viajar y el celular con el cargador.
Y me dirigí hacía la habitación de Lucía, en donde estaba tirando ropa y más ropa a la valija. Y algunos estuches con maquillaje, u otras cosas, tenía todo ordenado en estuches.
-Hola de nuevo. –Me senté en su cama sobre una pila de ropa. -¿Va todo bien? –Le pregunte mientras veía como doblaba.
-Sí, ya casi termino. –Camino hacía su ropero.
-¿Puedo usar tu computadora? –Le pregunte. Asintió. –Quiero comprar los boletos.
-Está ahí, por algún lado, bajo toda esa ropa. –Señalo el piso.
Camine hasta ahí, y empecé a buscar la computadora, hasta que la encontré. La abrí, y pude ver un fondo de pantalla de ella y Ash.
-Qué bonito. –Dije. –Nunca había visto esa foto de ustedes dos.
-Es privada. –Se sonrojo y me tiro con un pantalón.
-Ay. –Me queje riéndome. –Está bien.
Entre a la página, y compre cuatro boletos para Cancún. El viaje era mañana a las 7 a.m. Le avise por mensaje a Rubén, él le avisaría a Mangel.
-Listo. –Dije y la apague para que ella pudiera guardarla.
-Gracias. –Dijo agarrándola y poniéndola en su bolso de mano. Bueno, "bolso de mano", ahí entraban todos los muebles de la casa. –Termine. –Dijo cerrado la valija. –Al fin. –Suspiro.
Las dos fuimos hasta el salón, en donde solo estaba Ash hablando con Alex, con la televisión de fondo.
-Hola bebé. –Le dijo Lucía a Ash. –Termine. –Dijo sentándose en sus piernas.
-Hola Rubén. –Dije hablándole a la nada. –Yo también te amo bebé.-La imite.
-Basta. –Me saco la lengua.
Media hora después, apareció Rubén, ya había terminado de guardar sus cosas, y había grabado un vídeo para subir, si es que hay wifi, en el avión.
-Así qué... ¿mañana a las 7? –Pregunto Rubén en tono de "No quiero despertarme temprano".
-Sí, pero hay que ir a las 6. –Le dije riéndome de sus gestos. –No te quejes. –Le advertí. –Siento que va a ser genial, y vamos a estar en Cancún.
Volví a postear en Twitter el último vídeo que habíamos subido las dos, ya que no íbamos a subir video hasta el final de la E3, o bueno, tal vez subamos uno entre medio de la semana.
A las once en punto de la noche, la mayoría ya se había ido a dormir, sin antes despedirse de nosotros tres. No se iban a despertar a las seis de la mañana solo por nosotros, ni siquiera lo iban a intentar. Pero voy a imaginarme que sí. Son unos grandes amigos.
Lucía se fue media hora después, detrás de Ash, aunque el si se iba a despertar, solamente para despedirse de Lucía. Y de mí, no se olviden de mí. Soy su amiga.
-Ya tengo sueño. –Dije mirando el reloj de pared. Faltaban unos pocos minutos para que se hicieran las una.
-¿Queres que me quede a dormir? –Me pregunto sonriendo. Asentí. –Bien, voy a ir por mis cosas. –Dijo parándose del sofá. –Así mañana es todo más rápido, y le voy a decir a Mangel que venga directamente acá. –Camino hasta la puerta.
Aunque con eso no iba a ser problema, vivimos prácticamente al lado. Salió de departamento, y apague la televisión, para dirigirme hacía mi cuarto. Me tire sacándome los zapatos, y la campera que tenía puesta.
Me tape hasta la cabeza, y empecé a cerrar los ojos. Me dormí al instante. Aunque abrí los ojos de la nada, me había olvidado de poner el despertador.
Cuando volví a cerrar los ojos para dormirme, entro Rubén con sus cosas dejándola a un lado de las mías. Puso la ropa con la que iba a viajar arriba de todo, y se tiro al lado mío, casi aplastándome.
-¿No te dormiste? –Negué. –Ahora sí. –Se tapó mientras me abrazaba. –Perdón por tardarme, tuve que asegurarme que la persona que va a cuidar a los dos gatos lo hiciera. –Me sonrió y le devolví la sonrisa.
-Te amo. –Dije de la nada mientras cerraba los ojos.
Me quede dormida al instante, si haber escuchado una respuesta.