-¡Agustina! ¡Agustina! -Me desperté rápido y vi a Lucía arriba mío gritándome.
-¿Qué haces enferma? –Dije tirándola al piso.
-Ay. –Se paró despacio. –Estoy emocionada, por qué ahora me siento bien, y por qué mañana nos mudamos. –Empezó a festejar. -¿Le dijiste a Rubén? –Ups, me olvide.
-Uh... -Trague saliva. –Claro qué sí. –Me miro mal.
-¡NO LO HICISTE, TE VOY A ROMPER LA CABEZA! –Se tiro arriba mío y me empezó a pegar con la almohada.
-Basta, salí. –La trataba de tirar de nuevo. –Le voy a decir ahora pero soltame. –Se calmó. Estaba toda despeinada. –Pero ándate, quiero dormir.
-Son como las tres de la tarde, despertate te dije. –Me empezó a pegar de nuevo.
-¡BUENO, BASTA! –Me dejo de pegar y me levante, sonrió. –Le voy a hablar a Rubén ahora.
-Bueno. –Se fue corriendo como una nena de cinco años.
Me cambie rápido y agarre mi celular, Lucía estaba en lo cierto eran las tres de la tarde, suspire y marque el número de Rubén, fueron tres intentos y el no respondió. Sí sabía que los dos se habían vuelto a España ayer por la noche, pero ya tendrían que haber llegado. Hice un último intento y ahí respondió.
-Hola. –Respondió medio dormido.
-Hola, ¿te desperté? –Pregunte sintiéndome un poco mal.
-Sí, pero no importa, era hora de que me levantara. –Lo escuche bostezar. -¿Paso algo? –Su voz paso de adormilada a preocupada.
-No, es que te tengo que decir algo. –Dije y el no respondió nada. –Te lo tenía que decir hace días, pero nunca encontré el momento.
-¿Es algo malo?
-No, no. –Suspire. –Con Lucía hace años que queremos irnos a vivir a España, y hace unos meses encontramos una posibilidad de ir. –Sonreí.
-¿En serio? –Sonaba feliz. -¿Cuándo vas a venir?, digo, ¿cuándo van a venir? –Me reí.
-Mañana. Tengo muchas ganas de ir, y también de verte, y para terminar...
-¿Hay más? –Pregunto sorprendido.
-Sí. –Reí despacio. –Conseguimos un departamento al lado del tuyo.
-Ahora estoy más que emocionado, vamos a estar más que juntos ahora. –Sonreí. –Y podemos hacer cositas. –No lo veía, pero sabía que estaba levantando sus cejas con una cara pervertida.
-No. –Me estaba sonrojando. –Basta... -Me reí.
Estuvimos hablando por una hora más, hasta que él tuvo que colgar, iba a grabar junto a Mangel un vídeo para su canal. Tire mi celular a la cama, con miedo a que se cayera al piso y se rompiera, y camine hasta la sala en donde estaban Ash y Lucía teniendo su momento de pareja cursi.
-Hola. –Dije sentándome al lado de ellos.
-Hola. –Dijo Ash separándose de Lucía, ya que estaban abrazados.
-¿Preparaste tus cosas? –Le pregunte a Ash, ya que él iba a venir con nosotras. También iban a ir Alex, Fran y Félix, pero ellos iban a volver a los dos meses. Es que no podemos vivir si no estamos todos juntitos.
-Sí. –Me señalo donde estaban sus bolsos y valijas. –Todo esta listo. –Sonrió.
-¿Le dijiste? –Me pregunto Lucía y asentí. –Muy bien mi pequeña nena. –Me abrazo.
Estuvimos hablando sobre cómo sería el viaje, y después vimos Transformers (a petición mía), y nos fuimos a dormir. Mañana tomábamos el vuelo a las 7 de la mañana, nos íbamos a encontrar en el aeropuerto a las 6, donde se supone que nos estarían esperando Alex, Fran y Félix. Me emocionaba la idea de que nos íbamos a mudar a un país que tanto amo desde hace años, y también me emocionaba saber que iba a vivir al lado de la persona que tanto adoraba, y, no quiero evitar esta parte, iba a estar con mi mejor amiga, y mis amigos.
Me dormí última, y sabía que me dormí última, por qué Lucía es la primera en dormirse siempre, y escuchaba como Ash roncaba. Mañana iba a ser un día muy largo, pero iba a valer la pena después de todo, esto era lo que más quería.
