Después de varios intentos de llamadas, Rubén se dignó a contestar.
-¿Quién es? –Pregunto. Este es pelotudo.
-Soy yo. –Respondí tratando de apoyarme en un árbol.
-¿Qué vienes a buscar? –Me está tomando para la joda.
-Dale, no seas imbécil. –Suspire cansada.
-Bueno, ¿qué queres?, estoy ocupado. –Tenía voz de que se había despertado recién.
-¿Estabas durmiendo? –Pregunte.
-¿Qué es eso un interrogatorio?, no, no estaba durmiendo. –Hizo una pausa. –Estaba bebiendo hasta perder la consciencia.
-¿Qué tomabas? ¿Jugo? –Me quería reír, pero no, seriedad.
-Basta Agustina por favor. –Suplico. –Ya soy un adulto responsable, y puedo beber lo que quiera y nadiHAY UNA CUCARACHA. –Grito afinadamente. -¡AAAAAAY! ESTA VOLANDO. Me tengo que ir, adiós. –Colgó.
Y ahí empezaba de nuevo el intento de volver a llamarlo, que me dé ocupado o que ni siquiera me responda. Era el quinto intento, de nuevo. Y Work empezó a sonar, ¿qué clase de restaurante es este?
Vi como Ash le twerkeaba a Lucía, y ella no sabía dónde meterse, seguro que ahora estaba deseando ser de otro planeta, EH, espera. Yo sola le puedo twerkear a mi nena, este atrevido, lo voy a colgar del cuello.
Grant trataba de mover el culo, pero no tiene, así que es todo intento fallido. Los dos Jack's se creían Rihanna y Drake. Johnson era Rihanna.
Ahora me debatía si pasarla bien o llamar a mi novio que se asusta por cucarachas voladoras y finge tomar alcohol cuando seguro está durmiendo o jugando en la PlayStation.
Voy a intentar llamarlo de nuevo. Intento número seis. Por fin atendió, ahora le iba a gritar en siete idiomas diferentes.
-¡RUBÉN! –Grite, bueno, no tanto, nadie me escucho.
-¿QUÉ? –Grito también. Menos mal que nadie nos puede escuchar, parecemos una pareja de locos.
-¡SI ME COLGAS DE NUEVO TE VOY A... -Me quede pensando.
-¿ME VAS A QUÉ? –Sigue gritando.
-¡NO SÉ, DEJA DE GRITARME! –Los dos nos callamos.
-Bueno. –Dijo con voz normal.
-Ahora hablemos bien. –Insistí. El no dijo nada. -¿Por qué los celos?
-No son celos. –Puse los ojos en blanco. –O sea, si son celos, pero no celos. –Se empezó a enredar.
-Rubén. –Lo llame, se calló. –No seas tonto. –Escuche como suspiraba.
-¿Y si mejor venís a mi departamento, me abrazas, me das un beso y nos olvidamos de esto? –Me daba ternura.
-Tal vez vaya. –Hice una pausa. –Tal vez no.
-No juegues con mi cabeza y mis sentimientos. –Reclamo como si tuviera siete años. –Te quiero, perdón. –Bajo la voz.
-En un rato voy. –Y colgué.
No es que no lo quiera, lo amo demasiado. Pero me sentía un poco mal por sus celos, no tenía que desconfiar de mí, menos con Grant, que es uno de mis mejores amigos, y jamás tendría una relación con él.
Cuando colgué Work ya había terminado, llore y grite peor que Lydia, internamente, obvio. Era hora de volver a casa, tal vez vaya con Rubén, depende de cómo este al llegar. En el auto iban todos cantando, y eran cosas variadas, al principio eran canciones como Stressed Out y después como Let It Go.
Al llegar, con Lucía fuimos las primeras en llegar, estaba muerta de frío, igual tenía sentido ya era de madrugada. Mi pelo estaba hecho un desastre, y las trenzas de Lucía parecían cualquier cosa menos algo decente. Decidí ir con Rubén.
-¿A dónde vas? –Me pregunto Lucía mientras iba hasta la puerta del departamento de Rubén.
-Voy a ir con él. –Asintió. –Me olvide.
Me acerque a ella, le agarre la cara y le di un beso en el cachete. Me había pintado los labios, así que tenía mi boca marcada ahí.
-Bueno, gracias. –Dijo, la mire mal. –Ahora voy a poder dormir por la noche. –Ash apareció, tenía labial por toda la cara.
-¿En serio, Lucía? –Pregunte fingiendo enojo. –Infiel. –Hice puchero.
-¡NOO! –Grito despacio. –Ash es solo una noche, vos sos para toda mi vida. –Me abrazo.
-Que ofensivo. –Ash entro dando un portazo, era toda una diva.
-¿Está enojado? –Pregunte todavía abrazándola.
-No, ahora le doy algo y se le pasa. –Nos separamos, y Lucía me empujo. –Bueno, anda con tu hombre. Buenas noches.
Cuando me decidí a tocar, vi como todos subían y entraban al departamento. Cuando vi que todos entraron, toque la puerta. Nadie abría y los pies me duelen, así que me apoye en la puerta.
De un momento a otro siento que me empiezo a caer, pero que algo me atrapa. Casi me muero.
-Qué lindo, te atrape. –Dijo Rubén sonriendo. –Me siento Ryan Gosling en "Diario de una Pasión".
-¡Hubieses avisado que ibas a abrir la puerta! –Dije alterada. El me abrazo haciéndome callar.
-Perdón. –Repitió, no dije nada. –Perdón. –Me separe y me miro extraño. -¿Qué pasa? –Le di un beso agarrándole la cara.
El me siguió el beso abrazándome por la cintura. Soy débil, y él me puede, no puedo estar enojada con él.
-¿Estamos bien? –Pregunto cuando nos separamos.
-Supongo que sí. –Puso su cabeza de lado y sonreí. –Sí. –Afirme esta vez. Él sonrió y me volvió a besar.
-Voy a tener que borrar esos tweets depresivos de resentido con el corazón roto. –Dijo separándose, de nuevo.
-¿Es en serio? –Pregunte sorprendida, y el asintió. –No lo borres, tengo que darles RT, y burlarme de eso. –Se rió.
-Mejor vamos a la cama. –Dijo arrastrándome.
-Sí, tengo sueño. –Me reí en voz baja.
-Si claro, a dormir. –Aunque lo haya dicho en voz baja lo había escuchado a la perfección.
Entramos a su habitación y me tire a la cama, me saque los zapatos y me levante rápido para lavarme la cara, cuando tenía la cara limpia volví, pero esta vez me tire arriba de Rubén y lo abrace, y al segundo me dormí.
Al despertarme, Rubén seguía dormido a mi lado, así que agarre mi celular y me fui a Twitter, por alguna razón primero me fije en los tweets depresivos de Rubén, pobrecito mi bebé. Después vi que me habían etiquetado en una foto, y la gente estaba colapsando, creo que algunas me mataron veinte veces en sus mentes.
Vi que Rubén había subido una foto. No tenía ninguna descripción, solo un punto.
"."
all t lob, yo.