Sí, es un bebé. –Dije tratando de que el bebé no llorará.
-¿Por qué tenes un bebé? –Pregunto mientras me sentaba al lado de él.
¿Era hora de decirle una mentira para qué pensará cualquier cosa o no?, creo que sí.
-Lo adopte. –Dije.
Vi como su cara, tenía la expresión de estar procesando mis dos palabras, hasta que dijo algo.
-¿Adoptar? –Pregunto.
¿Sólo eso iba a decir?
-Sí. –Sonreí. –Mira sostenelo.
Lo agarro como si fuera un bebé de plástico. Le empezó a hablar como si fuera un gato, agudizando su voz, la cara del bebé era una mezcla de miedo y confusión, si pudiera hablar diría algo como "soltame nene", pero como no puede, se limitó a vomitarle encima. Haciendo que me riera demasiado. Había vomitado sobre su ropa y su cara.
-Qué asco. –Me dio al bebé, que ahora se estaba riendo. –Ya no quiero más a ese bebé. –Se acercó un poco. -¡Traición!
Empezó a gritar mientras iba a la habitación y buscaba ropa. Volvió a gritar "Traición" mientras salía, y grito una vez más al entrar al baño. Al minuto escuche el ruido de la ducha, así que se estaba bañando. Me quede con el bebé, que tuve que limpiarle la cara porque tenía un poco de vómito. Aunque después no vomito ni nada, se había quedado dormido. Así que lo acosté en el cómodo sofá y puse almohadones para que no se cayera.
Rubén salió bañado y con una toalla en la cabeza. Agarre mi celular y le saque una foto, para subirla a Twitter y después a Instagram, era hora de subir algo nuevo.
-¿Por qué una toalla? –Pregunte.
-No lo sé, quería tener una en la cabeza. –Se sentó al lado mío para sacarse la toalla al segundo. -¿De quién es el bebé?
-De la vecina. –Dije. –Se lo dio a Lucía y Ash para que lo cuiden, pero no se pueden cuidar ni a ellos mismos, menos a un bebé, así que me pidieron que lo cuide yo.
-Bien, por qué no lo quiero ver más. –Se tapó la cara mientras fingía llorar. –Es un traidor. Lo estaba considerando un amigo.
-Ya va a pasar. –Lo abrace fingiendo consolar sus lágrimas falsas. –Mejor vamos a jugar antes de que el bebé se despierte y empiece a llorar.
Los dos fuimos a la habitación, no sin antes, haber agarrado al bebé. Lo deje en la cama, poniendo, de nuevo, almohadones a su alrededor. Todo sea para ser buena persona.
Jugamos un rato al GTA V. Y le dio sueño. Así que agarre al bebé, y me fui al departamento. En un rato venía la madre a buscarlo. Pero le prometí volver para dormir un rato con él. Bendita sea la siesta.
-Hola. –Dije entrando.
Nadie me respondió.
-Gracias por responder. –Dije frustrada
Nadie respondió, de nuevo.
Entre y deje al bebé en la cuna que no me había dado cuenta que estaba ahí. Y me senté al lado de Lucía.
-¿Por qué están todos callados? –Pregunte.
-No sé. –Dijo poniendo su cabeza en mi hombro. -¿Cómo está el bebé?
-Bien, vomito arriba de Rubén, y se durmió.
-Que tierno. –Sonrió.
-¿Otra vez Alex te dio la pastilla que no tenés que tomar? –La tire al otro lado para ver a Alex.
-Bueno, tal vez me volví a confundir, pero no es tan malo como la otra vez. –Se defendió. –Mira, Fran decile que la queres. –Lo mando.
-Te quiero. –Dijo Fran y rápidamente se cubrió para no ligar una piña.
-Yo también. –Lo abrazo.
-¡ESTO ES PEOR! –Dije parándome. -¡Asesino! –Grite lo primero que se me vino a la cabeza
-Mejor anda con tu novio. –Me echo. –Yo me encargo de volverla a la normalidad.
-A los golpes no, por favor. –Me pare para ir a la puerta.
-Ay, bueno. –Dijo.
Salí y me quede en la puerta, porqué vi como alguien tocaba la puerta del departamento de Rubén, y no era alguien que yo conociera. Rubén abrió la puerta y vi cómo se abrazaron. Pensé que era una amiga, hasta vi como su mano se posaba en un lugar que ni a mí me había tocado. Entraron al departamento, y dude si entrar o no entrar. Y si lo hacía, ¿qué cosa me iba a encontrar?
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