El día por fin había llegado, Rubén y Mangel estarían acá en al menos una hora, lo íbamos a ir a buscar al aeropuerto, y trataríamos de sacarlo de lo que sería una futura avalancha de personas, bueno, es Rubén y Mangel. Y ya íbamos retrasadas, tendríamos que haber salido hace cinco minutos, pero nuestro segundo nombre es impuntualidad.
Salimos lo más rápido posible del departamento, Alex nos iba a hacer el favor de llevarnos, después de dejarnos se iría, íbamos a volver junto a aquellos dos.
-Apúrate. —Dije mirando a Alex.
-No me apures, mi auto, mis reglas. —Me miro mal por unos segundos. —Ya casi llegamos.
Y tenía razón, llegamos a los veinte minutos, y solo faltaban quince minutos para que el avión en donde venían Rubén y Mangel llegará. Nos sentamos a esperar, bueno, nos sentamos cinco minutos, después tuvimos que ir más adentro por el desastre de gente que se estaba formando.
Y el momento había pasado, habían llegado y a nosotras dos nos mandaron a su camioneta, bueno, la camioneta que los llevaría al hotel, ya qué sería un desastre encontrarnos en toda esa multitud, con suerte ambos podían respirar, creo.
El primero en entrar fue Mangel, que ni podía hablar, ya que había corrido hasta el auto, y no tenía ni aire. Tomo tiempo en recuperar el aliento, y nos abrazó a las dos. Se sentía bien al tener dos amigas en un país desconocido completamente por él.
Y por último entro Rubén. Que entro más exaltado que Mangel, pero a la vez eufórico, y no paraba de repetir que aquello fue una locura. Al verme se me tiro encima, y me dio un beso corto, y después le dio un abrazo a Lucía.
En el viaje del aeropuerto hacía el hotel, no fue nada interesante, solo hablamos de lo que hicimos en la semana, si, le contamos de nuestro desastre de hace dos días, y nos prometieron que en estos días que tengan libres antes del Club Media Fest íbamos a jugar los cuatro al GTA V.
La camioneta entro directamente hacía el estacionamiento del hotel, pero el auto causo varias sospechas de que fueran Rubén y Mangel, que eran ciertas, y comenzaron a golpearlo, que agresión al pobre auto. Pero entramos salvos y sanos. Al entrar, lo primero que hicieron fue buscar sus habitaciones, eran dos separadas, pero una al lado de la otra. Y dejaron sus cosas tiradas por todos lados, para bajar rápidamente.
En el lobby, se encontraron a Luzu y Lana, y varios youtubers más. Y se acercaron demasiado a la puerta, más que nada para darse una idea de toda la gente que los esperaba afuera. Con ayuda de un guardia de seguridad, los dos salieron a saludar fans, pero volvieron a entrar a los cinco minutos, ya que se había desordenado todo.
-¿Y qué tal hasta ahora? —Pregunto Lucía cuando los cuatro estábamos en la habitación de Rubén. Al rato se nos iban a unir Luzana, pero iban a saludar fans afuera antes.
-Es muy loco. —Dijo Rubén. —Nunca había visto tanta gente, en España no es tan así. —Dijo todavía sorprendido.
Seguimos hablando de los cuarenta minutos de los dos en Argentina, hasta qué tocaron la puerta. Supuse que era Luzana, pero no fue así cuando Mangel abrió la puerta, había una chica, y no era Lana, ni ninguna otra youtuber, bueno, no de las que yo conociera o estuviera invitada al Club Media Fest.
-Hola, me llamo Kyra. —Dijo ella feliz. —Vos debes ser Mangel, y vos Rubén. —Dijo sin borrar esa sonrisa. Hasta que su vista se posó en nosotras dos. -¡YO LAS CONOZCO! —Grito despacio.
-Hola. —Dije yo algo confundida.
-Veo los videos de los cuatros. —Dijo ahora más que feliz. —Ah, perdonen que no me presente, soy la hija del dueño del hotel. —Dijo avergonzada. —Y me dieron permiso de visitar algunos youtubers las habitaciones, perdón si los moleste. —Se rio nerviosa.
-Oh, no es molestia. —Dijo Rubén. —Aunque si fue algo extraño al principio. —Río. —Al menos no sos un fan loca desquiciada que quiere violar este hermoso cuerpo. —Abrió los brazos y poso.
Kyra como cualquier fan, lo abrazo fuertemente, al principio me dio ternura, por como Rubén reacciono, quedo con los ojos abiertos, pero la abrazo después de todo. Les había sacado una foto a los dos. Y termino dándome ganas de vomitar, por ese acto de amor entre fan e ídolo.
Al separase los dos, Rubén me vino a abrazar a mí, tal vez pensaba que estaba celosa por su abrazo con Kyra. Pero la verdad no, Kyra solo tenía 17 años. O bueno, eso me daba a entender su altura, y su cara de nena.
Estuvimos hablando con Kyra un rato, y sí, era una nena, aunque no tenía 17, tenía 16, y yo no podía estar celosa de una fan. Kyra se fue después de que Luzana había llegado, aunque también se sacó fotos con los dos. Era una buena chica.
Con Lucía nos volvimos a nuestro departamento a pie, si, caminamos cuarenta cuadras, pero ninguna quería parar un taxi, ni llamar a ninguno de los chicos, bueno, a Alex o Ash, eran los únicos con auto y licencia. Mañana Rubén y Mangel tratarían de venir a nuestro departamento. Aunque no lo veo muy posible con toda esa gente afuera.