Me levante ya que no paraban de tocar la puerta, vi la hora y el reloj marcaba las nueve, que clase de bestia toca la puerta a esta hora. Me dirigí a la puerta a paso de tortuga, ya que estaba muy cansada, y con todo mi pelo hecho un desastre. Abrí la puerta con los ojos cerrados, me estaba durmiendo parada, y siento como alguien me abraza y me levanta.
Me iban a matar, era mi fin. Pero no sentí más nada. Me había dormido.
-Despierta. —Sentí como alguien me daba un beso. —Despierta. —Se escuchaba más fuerte.
-Oh hola. —Dije abriendo los ojos. No reaccione bien con quienes eran hasta que los abrí completamente. -¡¿PUDIERON SALIR DEL HOTEL?! —Me pare exaltada del sofá en donde los dos me habían dejado al dormirme.
-Sí, fue difícil, pero no imposible, aunque no había mucha gente. —Dijo Mangel. —Es raro como hay grupos de gente a las ocho de la mañana y más con el frío que hacía.
Segundos después apareció Lucía acariciando al gato. Se sentó en el sofá sin mirar a nadie más, ni siquiera se dio cuenta de mi presencia.
-¿Quién es el gatito más lindo del mundo? —Le pregunto al gato poniendo voz de idiota.
-Yo, miau. —Respondió Rubén mientras yo me aguantaba la risa.
Lucía miro raro al gato, y después levanto la vista para vernos a los tres estallando en risas, eso hizo que nos mirara mal y se sonrojara, para después pegarnos a los tres, todo junto.
-No sabía que estaban acá. —Dijo ella defendiéndose.
-Yo tampoco. —Me senté a su lado. —Vinieron recién.
-Genial. —Sonrió ella.
Rubén y Mangel se sentaron junto a nosotras y empezamos a hablar. Un rato después me fui a cambiar, ya que era la única despeinada y en piyama. Aunque Rubén menciono que mis pantalones de pony se veían tiernos en mí. A terminar de cambiarme, dirigí de nuevo hacía el sofá, pero esta vez me senté arriba de Rubén, él tenía sus brazos rodeando mi cintura, mientras que estaba en twitter, y yo no era chismosa, pero mi vista lo único que podía ver era lo que hacía en su celular.
-Son muy tiernas. —Le susurré al oído.
-Algunas, te sorprenderías lo que dicen otras. —Me miro levantando las dos cejas haciéndome reír un poco.
Rubén twitteo que estaba pasando un gran momento con una gran persona para él, y muy especial, la mayoría seguro pensará que hablaba de Mangel, pero mientras lo escribía me abrazo fuertemente, dejándome un beso en la mano, para hacerme saber claro, que lo decía por mí.
-Ya que la gente no saben dónde están, tendríamos que salir. —Propuso Lucía. —Y si les preocupa que sepan quienes son, les ponemos una gorra y unos lentes.
-Suena bien, quiero conocer la ciudad también, y dentro de dos días empieza el Club Media Fest y no vamos a tener demasiado tiempo para recorrer la ciudad, y más que nada por toda la gente que impide el paso en el hotel. —Respondió Mangel.
Los chicos ya tenían gorras, así que solo le pusimos unos lentes, bueno, nuestros no eran, pero eran de Félix y Alex, pero por alguna extraña razón lo teníamos nosotras, y ahora recordaba por qué, se los pedimos prestados para ir al Ultra, aunque nunca lo usamos.
Y salimos los cuatro juntos, recorrimos desde el punto de partida, nuestro departamento, hasta el Obelisco. Entonces fue ahí cuando Lucía y Mangel se ofrecieron comprar agua para los cuatro, dejándonos solos.
Me pare enfrente de él, mirándolo, era muy alto, o era yo la baja... Rubén me miro y me abrazo por la cintura dejándome un beso en los labios. Fue ahí cuando sentí a alguien detrás de mí. Me separe y vi a una chica. Supuse que era fan de Rubén, bueno, el disfraz no era muy convincente, pero al menos pudimos caminar hasta acá. O tal vez, solo era una chica.
-Hola. —Dijo mirándome mal. -¿Sos Rubén? —El hizo una mueca, pero después sonrió.
-Sí. —Dijo bajito. —Pero... No digas nada. —Sonrió de nuevo.
-Sí, solo quiero una foto. —Sonrió ahora la chica. —Y decirte lo mucho que te amo, y me haces muy feliz con tus videos. —Lo abrazo, Rubén correspondió el abrazo.
La chica de mala manera me extendió su celular para que le sacará una foto junto a Rubén, pero bien, lo hice, aunque debería haberla cacheteado por haberme rebajado tanto. Saque la foto, y le devolví la cámara a la contenta y enojada chica.
-Bueno, gracias, no voy a decir nada. —Dijo la chica viendo a Rubén con una sonrisa. —Y uh. —Siguió mirándome mal. —Adiós. —Corrió como una nena pequeña.
-Creo que me odia. —Dije mirándola ir. —Creo que me iba a matar con la mirada. —Hice una mueca.
-O tal vez yo lo hizo. —Se río. Lo mire mal y le pegue despacito. —Te amo. —Dijo de la nada.
Me quede mirando a Rubén fijamente y sonreí ante ese te amo.
-Yo también. —Lo abrace.
A los pocos minutos Mangel y Lucía habían llegado con el agua, se habían tardado ya que un par de fans reconocieron a Mangel, y bueno, a Lucía también, pero ella no tuvo ninguna mirada mala, tal vez sabían que Lucía y Ash tenían algo.
No mencionamos nada más de lo ocurrido, y volvimos al departamento, íbamos a pasar lo que quedaba del día ahí, y luego ellos iban a volver al hotel, mañana vamos a ir los cuatro al Club, y más tarde hay una fiesta junto a todos los youtubers.
Decidimos grabarnos jugando al GTA V, pero iban a ser distintas partes, y lo íbamos a subir los tres, digo tres ya qué Lucía es cualquier cosa menos una gameplayer. Aunque si íbamos a jugar los cuatro.
Y empezamos. Como siempre, Lucía moría primera, haciéndonos reiniciar la partida, aunque esta vez le tomo la mano. Y comenzó a jugar a la par nuestra.
-¡MATE A UNO! —Grito Lucía cuando le había disparado a un policía con todo el orgullo. —Ya me puedo unir a su secta, ¿verdad?
-Seguro. —Respondió Mangel con sarcasmo.
Terminamos de jugar y grabar, y quede en mandarles las partes a los dos más tarde. Nos tiramos en el sofá y los cuatro estábamos metidos en twitter.
-Twister, tw-twister. —Empecé a cantar. Note como me miraban. -¿Qué? ¿Ya no se puede cantar?
-No, claro que sí. —Dijo Lucía con su mirada, de nuevo, en el celular. —Oh miren, una foto de ustedes dos besándose. —Abrió la boca en forma de sorpresa.
Oh-oh. Ahora sí, lo que no era oficial entre nosotros dos, ahora iba a ser oficial para los medios de comunicación y sus fans. Me iban a odiar, bueno, espero que sean maduras y no, pero nadie es maduro, y me van a odiar todas.
-Me van a odiar. —Me tape la cara. —Me van a mandar a matar. —Me tire al suelo hecha bolita. —Tienen a la mafia a sus pies. —Rubén se tiró al lado mío riéndose y me abrazo.
-Yo te voy a proteger de todos los sicarios que te manden. —Dijo tratándose de hacer el héroe.
-¿Cómo me vas a salvar si te asustan hasta las mariposas? —Le pregunte fingiendo llanto.
Y le mate la autoestima. Bien, más tarde lo iba a recuperar, ese era mi hombre. Termine mi escena dramática de muertes y sicarios, y nos pusimos a ver vídeos de Panam. Bueno, y a cantar sus canciones, como fanes orgullosas.
-PE A ENE A EME. —Deletreo Lucía.
-¡YO SOY PANAM! —Grite abriendo los brazos, causando risas entre Mangel y Rubén.
-Los shippeo. —Dijo Lucía viéndolo a los dos. —No me gusta que Agustina esté con vos, te shippeo con Mangel. —Dijo en tono de broma.
Después de armar una mini discusión entre parejas, Rubén y Mangel se tuvieron que ir al hotel, aunque mañana los vería, y pasado, y toda la semana hasta que se vayan. Ahora iba a poder dormir, bueno, no iba a poder, porqué segundo antes de que Rubén y Mangel se fueran, llego Ash y se encerró con Lucía en la habitación, pensé que iban a hacer cosas indebidas, pero no, estaban cantando karaoke. Esa es mi nena.
19 años de pelotudez.