Capítulo 32

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—Es gibt eine schwer verletzte Frau (Hay una mujer herida de gravedad) —declaró—. Frau Sullivan, bitte retten Sie sie! (¡Frau Sullivan, sálvela por favor!).

—Ich bin gleich da drüben, Wolfram! (Iré enseguida, ¡Wolfram!).

—Miss Sullivan, ich bitte Sie, uns zu erlauben, Sie zu begleiten, Sie haben uns Ihr Zuhause angeboten, wenn wir irgendwie helfen können, diesen Fluch zu stoppen, werden wir es tun (Señorita Sullivan le pido que nos permita acompañarla, nos ha ofrecido su hogar, si en algo podemos ayudar a detener esta maldición lo haremos) —le pedí.

La señora feudal asintió y llegamos al lugar del ataque. En el suelo estaba acostada boca abajo una mujer con la espalda llena de profundos arañazos, y el sangrado era demasiado, realmente era un ataque de una bestia incontrolable. Y la señora feudal parecía estar de verdad asustada por la salud de su súbdita, y la gravedad de sus heridas, a pesar de eso la niña se roció algunas gotas sobre la herida y poco a poco dejó de sangrar.

—¿Qué está diciendo, Alexandra? —preguntó el conde.

—Pregunta sobre un medallón —respondí—. Al parecer no pueden quitárselo, es un medallón protector.

—¿Qué opinas Sebastian?

—Es difícil saberlo solo mediante la herida —respondió el mayordomo—. ¿Desea que vaya a investigar al bosque?

—No lo recomendaría —intervine.

—Tiene razón, no podemos hacer movimientos sospechosos.

—Das ist die Wut der edlen Werwölfe! (¡Esa es la furia de los nobles hombres lobo!) —rugió una voz—. Die edlen Werwölfe sind wütend, dass wir Fremde in unseren Wald lassen! Die Außenstehenden müssen sofort verschwinden! (¡Los nobles hombres lobo están furiosos porque dejamos entrar forasteros a nuestro bosque! ¡Los forasteros deben irse de inmediato!).

—Das geschah, weil sie ihr Medaillon nicht dabei hatte! (¡Esto ocurrió porque ella no traía su medallón consigo!) —se excusó la niña—. Wenn ich es mitgebracht hätte, wäre das nicht passiert! (¡Si lo hubiera traído, esto no habría ocurrido!).

Nos está defendiendo... aunque viendo las circunstancias, la señora feudal tiene razón...

La anciana decrépita parecía estar bastante molesta con la señora feudal, llamándola bruja esmeralda, y recordándole todo el dolor y sufrimiento de sus antepasadas. Después de tal conmoción todas regresaron a sus hogares, mientras que nosotros regresamos a la mansión esmeralda.

(...)

—Prepáralo fuerte —ordenó el conde—. Esta noche promete ser muy larga.

—Como usted ordene —dijo el mayordomo—. En ese caso, bébanlo sin mezclarlo, por favor.

El aroma del té inundó mi cuerpo y el primer sorbo me relajó por completo.

—No esperaba que, de verdad hubiera víctimas de los hombres lobo —dijo el conde—. Pero resultó diferente a lo reportado por Klaus...

El conde fue interrumpido cuando Sebastian metió un bocado de postre en su boca, lo que pareció molestarlo bastante. Yo fui llevada debajo de la cama a una velocidad impresionante, y escuché con claridad como el mayordomo abrió con sigilo la puerta y la señora feudal cayó de bruces al suelo.

—Gut, gut, Frau Sullivan (Vaya, vaya, Frau Sullivan) —susurró Sebastian—. Bist du allein hierher gekommen, ohne deinen Diener? (¿Vino aquí usted sola, sin su sirviente?).

—Solange ich diese Hexballons habe, kann ich ohne Hilfe durch die Villa laufen! (¡Mientras tenga estos hexballon, puedo caminar por la mansión sin ayuda!) —explicó.

Amarte en la oscuridad | Ciel PhantomhiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora